Oneshot

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Dos de agosto, cumpleaños de Leo. Eso ponía en el móvil de un jovencito chino que esperaba su maleta en el aeropuerto. Era el cumpleaños de su mejor amigo y había quedado con su grupo que era una excelente idea cruzar el océano para plantarse en casa del cumpleañero. Guang-Hong suspiraba arrepintiéndose de haber dado el visto bueno al alocado plan de Pichit, su amigo tailandés. Hablando del Rey de Roma, Don Ideas Alocadas se asoma.

- ¡¡Guang-Hong!! - se acercaba el chico de pelo negro y grandes ojos

- Pichit baja el volumen. Se supone que nadie sabe que estamos aquí - decía ya que sabía que era posible que algunos de sus fans les reconocieran. Que difícil era ser un patinador artístico a nivel mundial.

- Cierto, cierto. Me ha costado aguantar las ganas de publicar. - respondió el Rey de los Selfies - Ah, dice Yuuri que su vuelo llegará en media hora o así. ¡Vamos a explorar mientras tanto!

Al cabo de media hora y después de registrar todo el aeropuerto, vieron llegar a un japonés con gafas.

- ¡¡¡Yuuri!!! ¡¡Por aquí!!

- Te dije que no gritaras. - suspira de nuevo el chino. Apreciaba a su amigo, pero a veces era demasiado enérgico

- Hola, chicos

-Bien, ya estamos los tres. ¡Rumbo a casa de Leo!

Sólo al salir del aeropuerto se dieron cuenta de que ninguno conocía la ubicación de ésta.

- ¿Quién puede saber dónde vive Leo?

- Esa es una excelente pregunta. - respondía sin desanimarse el tailandés - ¿Le preguntamos a JJ?

Jean-Jaques Leroy era un patinador canadiense. Fanfarrón, molesto y la única persona que se les ocurría que pudiese responderles, ya que ambos habían sido compañeros de entrenamiento en el pasado.

Por alguna razón que nadie conocía, Pichit tenía su número y probó a llamarle. No le respondió. Le llamó otra vez, pero tampoco obtuvo respuesta. Con una mirada de estar cagándose en todo a pesar de estar sonriendo, llamó por tercera vez. Se dice que a la tercera va la vencida y esta vez el canadiense sí respondió a su llamada.

- Hola, Pichit. No recordaba que tuvieras mi número

- JJ, ¿tú sabes dónde vive Leo?

- ¿Eh?

- Pretendíamos darle una sorpresa, pero no sabemos dónde está su casa. - habló ahora el japonés ya que la llamada estaba en modo altavoz.

- Hm. Sé cuál es su barrio y la zona donde vive, pero nada más

- Nos sirve

Siguiendo las instrucciones de JJ llegaron a una calle de casas bajas con jardines de cierto tamaño.

- ¿Ese no es Leo? - dice entonces Pichit señalando una ventana

- Yo no veo nada

- ¿Qué estáis mirando, jovencitos? - les preguntó un anciano curioso

- Estamos buscando la casa de un amigo para darle una sorpresa, pero no sabemos dónde vive exactamente

- Se llama Leo de la Iglesia, tiene veinte años y viene de una familia de inmigrantes mexicanos

- El nombre me suena, pero no se muy bien quién es. Y hay unas cinco familias mexicanas en la zona

- Oh, bueno, muchas gracias

Más que ayudarles, aquella información sólo había conseguido confundirles más.

- Tengo una idea

Feliz cumpleañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora