Mi pésima suerte

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Siempre me ha preguntado, ¿Es posible hacer un viaje en el tiempo?.

Más que nada para evitar perder a mi mejor amiga.

-¡Demonios James! ¡Asesinaste a mi padre!

-No, Hime espera, ese no es tu padre

-¡Claro que es mi padre! ¡Maldito idiota!

Claro, mi padre es un demonio y señor del aire. Mi mejor amigo es mi medio hermano, aceptable. Embarcarme en la búsqueda de un híbrido para recuperar el alma de mi medio hermano, seguro.

Ver a Orihime llorar por mi culpa, eso hizo ver a todo lo demás como un cuento de hadas. No me quedó más que seguir adelante.

Tomé a Starfall y corrí mientras Hime me gritaba.

-¡James! ¡Regresa James!.

-¡No puedo!- Le grité.

Ahí supe que había pasado la linea, nunca le había gritado a Orihime, pero bueno, acababa de asesinar al que creía que era su padre. Oficialmente me odiaba a mi mismo.

Corrí hasta que ya no pude más y los gritos de Orihime se fusionaron con la nada.

Atravesé calles y más calles hasta que llegué a un páramo helado, blanca nieve cubría todo. Una vista muy bella, salvo que nunca nevaba en esta ciudad.

-Bravo muchacho- Dijo una voz entre las sombras- nunca pensé que pudieras ganarme.

Y desde la sombras salió un individuo, pues como un híbrido podría ser.

En su tiempo pudo haber sido un ángel de gran belleza, ahora no tanto, cara perfilada con ojos rojos y una barba blanca no muy larga, cuerpo de atleta musculado con tonos de piel verdoso y rojizo con unas puernas musculosas acabadas en patas de macho cabrío y unas largas alas negras, unas enormes alas negras que atentaban contra la naturaleza en si, algo tan puro y bello como unas alas de cisne, negras y con manchas rojas como sangre.

-Hasta cierto punto tengo que agradecerte- dijo- ya me estaba cansando de  cuerpo.

-¿Quien eres?.

-Oh, te mandan para asesinarme pero no sabes quien soy, bueno, hasta hace una hora era John "StarFall", claro, " Starfall" es falso.

-No te desvies, te he preguntado quien eres- le dije.

-Bueno, lamentablemente al ser un híbrido pues no tengo nombre, pero puedes decirme Reitō Akuma.

-¿Eres Japonés?- le dije.

-No, pero me gusta el manga, ¿eso cuenta?-  me contestó de manera burlona.- Pero no nos desviemos pequeño demonio, ¿Por que quieres asesinarme?.

-Lucifer me mandó para reclamar tu vida, ya que, tu existencia amenaza el orden de las cosas.

-Oh ya veo, así que te ha mandado Lucy, bueno, eso te costará. Me pudiste derrotar antes por que yo quise que así fuera, pero, ahora que no tengo limitaciones humanas no será tan fácil.

Con un movimiento de manos hizo aparecer de la nada la espada de fuego verde y haciendo lujo de su nuevo nombre congeló el fuego verde, escalofriante, pero hermosa.

-Ven por mí pequeñajo.

Sin dudar convoqué mi forma demoníaca e invoqué a Carnificem.

Sin duda tenía razón, cuando tenia el cuerpo del padre de Orihime sus movimientos no eran muy rápidos como ahora, y en cuanto su espada, bueno, si creen que el fuego congelado no es mucha amenaza, creanme cuando les digo que se equivocan.

El Heredero de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora