El diario de Edwart

Capítulo 1: Nina

Aquel día comenzaba como cualquier otro en la casa de la familia Flores, Josefina se despertaba con el canto del gallo para alistarse e ir a la escuela, la joven chica de corte melena hasta los codos y en su rostro la acompañaban unas pecas de bajo de sus claros ojos color avellana, se levantaba de su pequeña habitación camino al baño de su casa, prende la luz, abrió la llave, se miró al pequeño espejo que estaba situado unos centímetros más arriba, abrió la tapa de la pasta dental, luego de eso tomo su cepillo de dientes y lo paso por el agua, le hecha la pasta para que esta pase por sus dientes, luego de eso se enjuaga, se lava la cara y agarra la toalla gris que se encontraba al lado izquierdo, apaga la luz y se retira por el pasillo dirigiéndose a la cocina en donde se encuentra con su madre, Patricia, quien le tenía en la mesa un pan de hace tres días recientemente tostado con mantequilla, aquella cosa que Patricia creía que Josefina no se daba cuenta que no tenía el dinero suficiente para comprar la comida del mes, no era que Josefina no se diera cuenta de las molestas situaciones que su madre y su padre pasan, ella veía cada vez que su padre llegaba ebrio y el tema del dinero generaba una discusión creada por Jaime hacia Patricia quien quería hacer mantener el dinero que él traía de los trabajos que hacía en el campo para poder alimentar a la familia, está ya no era una pelea una vez al mes o cada dos meses, esto ya se hacía costumbre de todas las semana o semana por media, en la casa de los Flores, Patricia no trabajaba porque Jaime no se lo permitía era un hombre "chapado a la antigua" en donde la mujer permanecía en la casa haciendo labores del hogar para que cuando el hombre llegue del trabajo, o de donde Jaime iba, estuviera todo perfecto; Josefina o Nina como más era conocida en el sector, tenía más que claro de que ella no quería una vida como la de su madre por lo cual siempre que su padre no está presente le dice:
-mamá, el día que yo termine mis estudios te juro, que te sacare de aquí y nos iremos lejos, muy lejos solo las dos y tomaremos un rumbo lejano y diferente de aquí donde nadie sepa quiénes somos.

Siguiente parte: Pero esa mañana...