Capítulo 10

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XXIII

Naoto forcejea en los brazos de su mayor, sacudiéndose y retorciéndose escuchando al Khan chillar alrededor. No quiere ser sostenido como un bebé, pocas veces era cargado sin su consentimiento, y aun con él no dejaba que otros Oscuros lo tomasen de esa forma, eso era humillante sabiendo que para ellos podía pesar lo que una pluma.

—¡Naoto! ¡Basta!— Inui lo suelta, dejándolo caer con cuidado y sacudiendo sus manos de arriba abajo deshaciéndose del polvo en ellas. —¿sabes lo preocupado que estaba cuando vi que Khan estaba aquí afuera? ¡Chifuyu me mataría si algo te pasara!

Inui se inclina a la altura de Naoto, sosteniéndose sobre sus rodillas con ambas manos. El pequeño se sacude, girándose para encararlo descubriendo que ya no tiene que elevar tanto la cabeza como lo hacia antes. Se echó hacia atrás para ver mejor a Inui y se detuvo en seco.

—Papá me dijo que fuera con Ran y Rindou, pero Khan se escapó en el proceso... Lo siento, Inui.

Naoto descendió sus pequeños ojos verdes hasta el pavimento, asentándolo ahí con el brillo resplandeciente. Inui tomó sus mejillas entre sus manos, sintiendo la suave piel infantil, lo indefensa que esta estaba y lo rara que era a comparación de los demás niños.

La piel del hijo de Chifuyu no era dura, pero tampoco era tan blanda como la de un humano, no era reseca ni húmeda. Inui aun no descubre alguna semejanza en la naturaleza para describirlo, no hay nada que se sienta como Naoto, o no hay nada que él haya tocado y que se sienta como el pequeño.

—No te preocupes por ello, Naoto.— Inui sonríe. —Buscaremos a Rindou y Ran, después regresaremos a casa ¿esta bien?

El pequeño asiente con una leve mueca que apenas se asoma por sus labios, sus ojos verdes viajan del suelo a los rosas brillantes, con sus mejillas rojas por haber causado tantos problemas. La sonrisa del adulto lo reconforta, una sonrisa paterna que lo hace querer alzar los brazos y treparse a él en busca de protección, pero no lo hace, ya no es una pequeña cría.

Inui se levanta con un impulso y ofrece su mano a Naoto, quien la toma con algo más de entusiasmo al ver que Khan llega corriendo a sus brazos. El mayor comienza a caminar, siendo seguido y tomando bien la mano del pequeño para no perderlo entre las calles.

—Inui...— Murmura Naoto. —¿puedo preguntarte algo?

—¿Qué cosa?

—¿puedes ver la luna?

Inui eleva el rostro sin detenerse, siendo guiado por el niño a medida que caminan. Hay un largo silencio en el que Naoto se distrae observando a su mayor.

—La luna... La luna... No está. — Se detienen, uno curioso y el otro desconcertado. —Así que ese es el sol...

XXIV

Correr lo más rápido que puede no significa lograr huir, quizás es por eso que Mikey busca desesperadamente alguna luz en la cual resguardarse, quizás es por eso que busca linternas o personas que pudieran ayudarle. Las luces de los negocios parpadean a lo lejos, y no sabe si podrá llegar, porque comienza a distinguir el bullicio de las personas.

Quizás por cansancio, se siente mareado y a sus pulmones no llega suficiente aire como para seguir, sus piernas le arden al igual que su garganta mientras que intenta tomar grandes bocanadas de aire. Intenta ponerse de pie, pero de nuevo cae al suelo como si fuera un objeto.

No puede seguir y no puede ver.

—¿te cansaste?— Le susurran demasiado cerca.

Siente el calor en su cuerpo y lo maldice a pesar de que lo necesitaba con urgencia, está tan malditamente cerca que siente incluso como respira cerca de su rostro. Tiemble, sintiendo de forma accidental aquella piel dura con la que choca, e intenta alejarse pero solo consigue caer de nuevo contra el concreto, maltratando su ya de por si maltratado cuerpo.

Oscuro [Bajifuyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora