𝙲𝙰𝙿𝙸́𝚃𝚄𝙻𝙾 5

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Al nuevo amanecer de una nueva vida, una nueva pareja feliz que marcaban mucho la diferencia en sus ideologías, era aquello que gustaban uno del otro.

Se sentía como una película, de esas mucha en el cine, una mujer bella servía a su adorado esposo la cena recompensada con un beso y una nalgueada. Pero cambiando los papeles solo de la hermosa dama, sería reemplazada por un lindo joven que ahora vivía en una mansión junto a quien prometió no dejarlo, y en cambio el esposo no trabaja.

Mejor explico, aclarando las cosas, trabajaban para él, si, encajaría en la parte de dar un beso a su amor y nalguearlo para luego comer. . . lo, si el tiempo alcanzaba, no solo comería la exquisita cena sino a su apetitosa pareja, la vida para el estadounidense era un tiempo sin pausa que no pensó dos o tres días en llevarlo a su "Hogar" -mansión, su único trabajo era tomar decisiones sentado en una silla al igual que su pareja.

Por supuesto, también asistir y escuchar lo que diría el pacifista de ONU en sus reuniones, ya llevaba tiempo desde la última vez que menciono la propuesta, y ese cuarto especial para los negocios fue manchado por sudor y esencia de los novios, no, no los nuestro, una parejita que le darían la misma idea, descubriendo que hace mucho FBI no revisaba esa cámara especial para controlar lo que sucedía.

Pero eso no significaba que FBI dejaba sin vigilancia esa cuarto, no no no, el mismo estaba dentro allí, si saben quién daría esa idea de hacer cosas no pacíficas.

Otro día, la misma y nueva rutina de ayer para el menor de los dos, despertar, despertar a su pareja con mimos cuál si fuera un niño, pero solo obtenía su risa adormilada junto a un abrazo para no dejar que se levantara, se las ingenia como siempre para salir de ese tierno gesto que lo rodeaba, pero, la vida perfecta lo confundía, no se sentía bien del todo, un amor casi perfecto, sirvientes, tener todo al alcance de sus manos, una mansión, todo no lo hacía feliz, nada de eso a excepción que ya no mencionaba algo de negocios con él, eso lo calmaba, si mencionaría eso en frente del estadounidense capaz que su comportamiento cambiaría en ser violento, nuevamente se atrevería a levantarle la mano en conseguir lo que quisiera, gritándole lo que es bueno para él, pero ¿Lo haría? Hasta el momento jamás pensó que fuera tan gentil, no mencionó nada sobre eso al respecto.

Bolivia estaba sentando en la mesa del comedor, no tenía nada encima de la mesa, le preguntaron que es lo que le apetecía desayunar hoy, respondió con un no gracias, estaba pensando la manera de despejar esos pensamientos, la mejor manera y única forma era salir de aquella mansión, perderce un momento por las calles, lo intentó con anterioridad, pero USA no se despegaba de su lado, si no era él quien lo acompañaba, sería alguien enviado por él, en un punto quiso volver a su vacío, pequeño y sencillo departamento, se lo impuso el porqué y para qué de su ahora pareja junto a esa frase  "¿Es porqué hay alguien?" Ya lo esperaba decir algo parecido, sus defectos de ser inseguro y caprichoso, aunque ese defecto de inseguridad también poseía al menor.

USA es el tipo de hombre que mataría solo con tener lo que él quisiera, típico de ser guapo y con dinero.

Acusado de amenazar con quienes hacia negocios, si estaba en sus posibilidades de matar un ser querido para ti lo haría, lo importante es que dirías que si para no llegar a ese extremo, también cabía la posibilidad de torturar, siempre en contra de él, nadie se juntaba con ese tipo de persona, le aterraba la idea de tener una deuda con él, pero era el mejor método para que hagan lo que sea por sus pedidos ya que sus deudas lo respaldaban, además de fijarse solo en su bien estar nunca metió alguien más y si lo hacía era para ganar algún beneficio, pero en que punto de su vida decidió tener al pequeño boliviano de su lado como pareja, ¿En qué andaba pensando? Era muy celoso con las cosas de su propiedad, y ahora el menor formó parte de sus pertenencias, y claro que mataría si tocaran lo suyo.

Para el joven tricolor sería un no, él también tomaría el control, y al mismo tiempo sabría que no sería controlado, ya no.

Negó con la cabeza.

—"Olvídalo"

Su voz suave. . .

Su vista se posó en la cara del estadounidense unos segundos, desvió la mirada al notar que quiso hablar, funcionó de alguna manera, aunque duró poco. Pues no dejaría de hablar del tema hasta sentirse de alguna manera seguro.

Lo agarró del brazo "¡¿Q-que- suelta. . .me USA" de un solo jalón lo sacó de aquel lugar donde se sentó un momento para conversar.

La fuerza que ejercía por encima de la tela le daría una marca llegando a su piel.

Le dio una alerta al menor, lo llevaba nuevamente a la habitación donde compartían la cama, lo que temía, pero le daba una esperanza o al menos lo intentaría, si es lo que piensa, tal vez encontraría una forma. . . Para lograr volverse la adicción de USA.

Intentaba seguir el ritmo con la rapidez que subía los escalones, no pararía ni tampoco lo escucharía hasta llegar.

El menor no imaginaba la cara que tenía su pareja mientras hacía aquello, lo miraba de espaldas mientras lo arrastraba casi literal por todo el lugar.

Hasta este punto lo mínimo que esperaría sería que lo encerraría allí mismo o que le grite cosas que tratarían de lastimarlo o convencerlo, tratando de ganar la razón.

Ya no lograría que el menor se sintiera culpable de todos modos.

Pero tenía un plan, si de sexo se tratara, ese trastorno que tiene lo utilizaría a su favor, y por suerte en esos pocos días, mirar algunas cosas privadas sin decirlas logra enterarse de muchas cosas, con solo contarlas a alguien lograría que lo dejara en paz.

Pero el plan no solo era eso, haría que sea la adicción de su pareja, tanto que lograría de alguna forma dañarlo, para no sentirse inservible, alguien fácil de manejar, era el turno de Bolivia de tratarlo peor como él lo trataba.

La puerta ya estaba cerca.

La abrio de una patada su pareja, alertando a los cercanos encargados de limpiar, se fueron todos, no querían ni ver lo que pasaría o lo que les sucedería si ellos entraran cerca de la vista de su amo y sobre todo si era otro de sus enfados.

El primero en entrar dentro de la habitación fue el menor que casi literalmente fue aventado a la cama, se miraron.

Sus brazos temblaba, le dolía, tal vez una supuesta marca  pronto apreciaría.

Notaba el ceño fruncido de su pareja.

Mirándolo sobre el hombro se dio la vuelta lentamente.

Si tan solo logrará más que ver sus gafas negras.

Bolivia. . .

Le llamo por su nombre, bueno, desde aquí se decidirá que es lo que pasará de ahora en adelante para Bolivia.

Talvez no fue buena idea ser parte de su vida, pero no era hora de arrepentirse, sinceramente, las piernas del menor comenzaron a temblar.

Su corazón pedía que lo dejara encerrado y no hiciera nada, palpitaba del miedo, pero su cabeza respondía que era el momento de cesar con todo este abuso y el mayor sea quien salga perdiendo.

Solo quisiera saber dónde se posaban sus ojos, su mano del mayor iba acercándose a su corbata, si, este día se volvió totalmente impredecible

Usa. . .

Tambien el menor respondió mencionando su nombre. La manera era agitada por todo lo que sucedía casi en susurro, cansado por llegar a toda prisa, si tan solo controlara su pecho que no paraba de subir y bajar exigiendo aire.








𝘿𝙀́𝙅𝘼𝙏𝙀 𝙑𝙀𝙍 (USA X BOLIVIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora