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Steve Rogers, líder de la organización más importante y temida en el mundo entero, había hecho grandes hazañas a lo largo de su vida de las cuales se sentía orgulloso. Pero, sin duda alguna, haber contraído matrimonio con Tony Stark, el multimillonario más conocido por su gran intelecto alrededor del mundo, había sido el logro más grande de su vida.

Su carácter imponente hacía temer a cualquiera, haciendo que su grandeza se alzara y pudiera saber el dominio que tenía sobre todos, pero, en esos momentos, sosteniendo la mano de su marido, el gran Capitán HYDRA se sentía un cobarde como todos sus enemigos que preferían rendirse antes de enfrentarlo. Sus piernas temblaban y aunque podía disimularlo a la perfección, sentía que en cualquier momento podría desmayarse.

Se había preparado para distintas cosas en su vida, la mayoría difíciles y sin importar lo que tenía que enfrentar. Fue parte del ejército, también sirvió como un experimento que al final le había dado todas sus habilidades, formo parte de las filas de los vengadores y ahora tenía toda una organización a sus pies, junto al amor de su vida. Todo lo había enfrentado sin miedo alguno pero ahora, la situación era muy diferente.

Estaba a punto de convertirse en padre.

No es que no lo deseara, lo hacía con todas sus fuerzas, era lo que más anhelaba junto a Tony pero el miedo que alguna vez su marido llegó a tener de no ser buen padre para su bebé, ahora lo tenía él.

Observo los ojos acuosos de Tony, gritando lo nervioso y emocionado que estaba. Apretó la mano del castaño y beso con delicadeza la frente del genio intentando calmarlo pero ¿Cómo darle tranquilidad? Él también era un manojo de nervios.

¿Cómo podía ser que una persona que aún no estaba en ese mundo por completo pudiera tenerle completo a su merced y al borde del colapso?

En medio de sus pensamientos, el fuerte llanto del infante avisó su llegada al mundo pero sobretodo, hizo saber a sus padres que estaba ahí, junto a ellos.

Tony sonrió y pudo sentir sus lágrimas resbalar por sus mejillas. Steve por su parte, hecho un vistazo a los doctores que sostenían a su precioso hijo que lloraba sin control al sentirse algo extraño por estar fuera del vientre de su madre.

El doctor apenas reviso que todo se encontrara en perfectas condiciones, lo coloco en el pecho del ingeniero.

—Hola mi amor—Tony lo sostuvo entre sus brazos tratando de no romperse en llanto de felicidad por finalmente tener a su pequeño bebé junto a él. Peter reconoció el calor del cuerpo de su madre y su llanto fue remplazado por pequeños hipidos—. Pops y yo te esperábamos con ansias Peter—el castaño le lanzó una mirada a Steve que se encontraba embobado con la escena.

—Así es cariño, te esperamos por mucho tiempo—HYDRA acaricio con uno de sus dedos la diminuta mejilla del infante que parecía estar demasiado cómodo en el pecho del genio—. Te prometo que voy hacer arder este mundo con tal de verte feliz y protegerte amor mío—susurró como promesa el capitán mientras observaba al pequeño bebé que ya lo tenía entre sus manos.

(◦◦◦)

Después de unas horas en que Tony logro recuperarse de la exitosa cesárea, ambos se encontraban ansiosos porque la puerta se abriera y entrara la enfermera con su bebé.

—Se tardan mucho—se quejó Tony—. Soy su madre, tengo derecho de verlo—bufó molesto—. Además esta comida sabe horrible—dejo la cuchara de la gelatina vacía a un lado—. ¿Y sí... y si alguien se llevó a nuestro bebé Steve?—pregunto alarmado pues la espera se estaba volviendo larga y tediosa.

—Descuida cariño, mis hombres están cuidando al pequeño Peter, además todas las entradas del edificio están cubiertas—acaricio la mano del menor con delicadeza—. Deberían ser muy estúpidos si quieren meterse con el primogénito de HYDRA—endureció su mandíbula al tan solo pensar que uno de sus enemigos quisiera hacerle daño a su hijo.

𝐁𝐚𝐛𝐲 𝐏𝐞𝐭𝐞𝐫 || 𝐒𝐮𝐩𝐞𝐫𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora