Prólogo

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Escuche un fuerte estruendo desde la cocina y solo pude sospechar de dos personas que habitan en esta casa. Dejé mis estudios para salir de mi habitación y dirigirme a la cocina, una vez llegué encontré a Ayato y a Laito con el horno en llamas y con manchas de lo que creo que es comida por todo el lugar. Al parecer estaban tan ocupados apagando el fuego que no se dieron cuenta de mi presencia.

— ¡Apagaló rápido imbécil! ¡Si Reiji ve esto nos va a matar!

— ¡Tu eres el que quería cocinar Takoyakis, tú eres el responsable! – Laito intentaba apagarlo tirándole aire con una bandeja, está claro que son idiotas. Siempre tenía un extintor en caso de emergencia, por lo que fui a buscarlo y al volver apague el fuego, pero no escuché ningún suspiro de alivio... Parece que saben que les viene encima.

— H-hola Reiji... Eh... ¿Estás aquí desde hace mucho o....

— Lo suficiente como para saber exactamente el castigo perfecto para ustedes dos.

Logré ver sus miradas atemorizadas ante mi oscura e intensa aura debido a la ira que sentía. Iban a escapar pero los tome a ambos de la parte de atrás del cuello de sus prendas y comencé a arrastrarlos hasta el sótano, sin embargo cuando pasaba por el salón principal oí a alguien tocar la puerta.

— Se salvaron por ahora...

Los solté a ambos ya que era el único responsable, ellos salieron corriendo obviamente, mientras yo fui a abrir para ver quién era. Arreglé mis anteojos y luego abrí la puerta, para encontrarme cara a cara con "esa persona"

— Buenas noches, Reiji. ¿Me permites la pasada?

— Si le soy honesto, me encantaría cerrar la puerta en su cara, pero alguien debe dar el ejemplo. Por favor, pase adelante.

Esto no me agrada, no solemos recibir visitas de él, tiene algo en su mente y se nota. Abrí la puerta por completo para luego, una vez el entró cerrarla. Pude sentir como las presencias de mis hermanos se tensaban y aparecían en el living, Por lo que me dirigí a dicha habitación con aquel hombre siguiendome. El paso por mi lado y se sentó en un sillón individual del salón. Yo me mantuve de pie mientras analizaba con la mirada lo que sucedía.

— Voy a ser directo con todos ustedes, tengo dos noticias. La primera, es que los Mukamis vendrán a vivir a la mansión.

—¡No! ¡Me niego a compartir techo con esos impuros!

Lo que dijo Ayato, por una vez agradezco que haya hablado en vez de pensar. Todos sentíamos lo mismo, pero sé que esa decisión va con otra cosa, no lo haría por qué si...

— La segunda noticia, la dire a en la cena. Los Mukamis están en camino, así que vayan preparándose.

— Ya lo escucharon, muevanse.

Me iba a dirigir a la cocina para preparar la cena pero una mano me detuvo desde el hombro.

— También sospechas ¿no?– Pude notar a Shu serio y despierto, esto es casi un milagro

—Bastante, esto es demasiado repentino para ser un capricho cualquiera. Por un segundo pensé que se trataba de Yui, pero... ¿Porque sometería a esa humana a estar con 10 vampiros? Además creía que el quería que fuese uno de nosotros el que se la quedará.

— No lo se... Pero con esta tensión no creo que pueda dormir en paz.

— Ahora no me molestes más, vago. Debo hacer la cena.

Le quite su mano de mi hombro para ir a la cocina.
Unas horas después habían llegado los Mukamis, como siempre fui el que abrió la puerta dándoles la bienvenida.

— Más les vale comportarse, no podemos caer tan bajo como ellos.

— Por favor Ruki, No generalices.

—Tranquilo, créeme que no me refería a ti en lo absoluto. Eres el único con modales en esta casa.

—Podria decir lo mismo de ti, pero ahorremos la charla y pasemos a la mesa.

Mis hermanos fueron apareciendo de menor a mayor, a veces me pregunto si lo hacen de forma sincronizada. Pero luego recuerdo que la mitad de ellos son idiotas y que el mayor es un vago. Así que solo es coincidencia. Los Mukamis también se sentaron en la mesa, y esa persona se sentó en la cabecera. Fui a buscar los platos con comida y comencé a servirlos de uno en uno. Una vez que todos tenían un plato me senté y comenzamos a comer. Luego de unos minutos, nuestro "padre" se levantó llamando la atención de todos.

— Para empezar, les diré... Que la humana se va.

Eso nos impacto a todos, normalmente nos dejan con las novias de sacrificio hasta que no resisten o se llegan a casar con uno de nosotros.

—¡De que hablas estúpido viejo! ¿¡Nos piensas dejar sin alimento!?

—Calmate Ayato, no va a ser así. Verán estoy cansado en que desechen todas las novias que traigo a esta casa, también habló de las que mandó donde los Mukamis, por lo que pensé en escoger a uno de ustedes como el siguiente novio de sacrificio.

Eso causo un silencio eterno en la sala, y ¿como no? ¿Como es eso de que ahora uno de nosotros es una fuente de alimento?

—¡Maldita sea! ¡Siempre haces todo a tu pinta! ¿¡Al menos sabes quién de nosotros es?!– Subaru estaba muy enojado, volvió a romper la pared.

— La verdad es que no. Resulta que antes de que Reiji sirviera los platos, coloque una pócima en una de las comidas. Así que podría ser cualquiera de ustedes, pero no sé preocupen, pronto lo sabremos.

Fue en ese momento... En el que maldecía mi existencia y el de esa persona. Dejé caer los cubiertos en el plato asustando a algunos de mis hermanos. Empecé a sentir como la sangre en mi cuerpo empezaba a hervir, mi garganta se sentía seca y me estaba mareando.

—Vaya, miren quien fue el afortunado.

Pov Omnisciente

Mientras Reiji sufría un cambio drástico en su cuerpo el resto estaba impactado y molesto. Algunos se lanzaron a Karlheinz. Estaba hartos de hacer lo que siempre el ordena.

Se podía notar como la piel de Reiji dejaba de ser tan pálida como antes. Al final cayó al suelo de rodillas ya que no parecía recibir aire. Shu se acercó a su hermano y lo reviso para ver si estaba bien. Pero una vez que el azabache se encontraba mejor, un delicioso aroma inundó las narices de todos los vampiros, que se giraron a ver de donde provenía... Y venía de aquel vampiro que intentaba respirar con normalidad.

— ¿Q-que es lo que... Me has hecho?

— Verás, te volví mitad humano, no necesitas sangre para vivir, pero eres inmortal y te curas más rápido que el resto. Tampoco puedes usar tus poderes.

Eso dejo en shock a Reiji, se dio la vuelta notando todas las miradas de sed de sus hermanos y de los Mukamis. Este sería el infierno para el segundo hijo de Karlheinz. Reiji no dudó ni un segundo y sin mostrarse alterado se levantó y se retiró de la mesa tranquilo, para luego llegar a su habitación en donde rápidamente se encerró. Sabía que sería inútil, pero se sentía un poco mejor, el azabache se lanzó a la cama, su cuerpo seguía un tanto débil después de esa transformación y no quería ver a nadie. Fue ahí que por primera vez se sintió débil, empezó a darse cuenta de cómo debieron sentirse todas aquellas chicas, ¿Acaso esto era su castigo?

—¿Como es que termine de esta forma?

¿¡Cómo Terminé Así?! || Todos x Reiji || YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora