leer ultima parte de sano manjiro para mayor entendimiento. BRAHMAN VS KANTO MANJIKAI PT.2
— ¡MIKEY PARA! — te tumbaste al suelo con lágrimas en tus ojos — Por favor...
El nombrado respiraba agitadamente mientras veía a Chifuyu, quien yacía en el piso casi inconsciente con todo su rostro golpeado. Draken solo miraba la escena algo aturdido, todos se encontraban de esa forma debido a las acciones de su ex líder.
La comisura de sus labios se elevó con malicia y giro a observarte, de alguna forma le gustaba ver el sufrimiento ajeno. Escupió la sangre que había acumulado en su boca y se alejó sin más del lugar donde alguna vez se hicieron reuniones de la Tokyo Manji.
Te paraste con enojo e intentaste correr hacia a él para enfrentarlo, pero Draken te tomo de la cintura y te elevó del suelo para evitar que hicieras una tontería.
— ¡VUELVE! — tu grito se escuchó en eco por todo el bosque; autoritario y claro — ¡DEJA DE ALEJAR A LAS PERSONAS QUE TE AMAN! ¡VUELVE AQUÍ COBARDE! ¿¡O ACASO VAS A VOLVER A GOLPEARME!?
Mikey se paró en seco al escuchar la forma en que lo llamaste, Draken forcejeaba contigo ya que querías zafarte de su agarre, pero era evidentemente que no ibas a poder aunque patalearas lo suficiente.
— Para esto Aki — Draken giro sobre sus pies alejándote de tu novio — Tenemos que ayudar a Chifuyu y a Peh-yan.
— ¡SUÉLTAME! — intentabas salir de los brazos de Draken, pero a medida que forcejeabas más él te apretaba más, casi dejándote sin oxígeno debido a su fuerza — Suéltame... por favor Ken.
Tu cuerpo dejó de forcejear ante el agarre de tu amigo, tus sollozos eran lo único que se escuchaba para ese momento. Mitsuya tomó entre sus brazos a Peh-yan mientras Chifuyu a duras penas trataba de pararse después de la paliza que le dio Mikey.
— Akira, prométeme que no volverás a buscar a Mikey.
Cerraste tus ojos y asentiste sin poder negarte, aunque lo hicieras Draken de alguna forma iba a alejarte de Mikey.
Aunque tu no quisieras eso.
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Abriste los ojos asustada y te sentaste en el sofá mientras tocabas tu pecho, tu corazón latía muy deprisa.
— Otra vez...
Inhalaste y exhalaste algunas veces para poder tranquilizarte, habían pasado ya hace dos años pero aún seguías teniendo ese recuerdo de cuando Mikey le dio la espalda a sus seres queridos.
