29.|𝑀𝑒 𝐴𝑔𝑎𝑖𝑛𝑠𝑡 𝐷𝑒𝑣𝑖𝑙|

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La incertidumbre sobre el paradero de la persona que tanto quería le oprimía el pecho con cada minuto que pasaba. El aire fresco, que le peinaba cada uno de sus cabellos, acompañaba a los pensamientos que Eliana trataba de acomodar. Buscaba alguna alternativa, los malos presentimientos gracias a sus pesadillas le dejaban un mal sabor de boca, y no confiaba en el mensaje transmitido por David. Adelantó tanto como le fue posible un boceto de lo que sería, un álbum o portada de su nuevo single, todavía no estaba segura. Una estética oscura, con colores fuertes (claramente rojo y negro) no podía faltar, le llamaba la atención lo femenino y demoníaco, la combinación perfecta entre sensualidad, odio y fatalidad. A la discografía no le desagradó la idea, pese a que había bastante que pulir. Se enorgulleció de haber participado en el dibujo a pesar de que ese lado artístico suyo no lo había sobreexplotado hace años, hablando ya desde su época adolescencia. 

 Así que sin mas, buscó dentro de los contactos de su celular, un número que desde hace ya muchos años no seleccionaba. El pasado, muchas veces puede ayudarnos a encontrar el camino. Esperaba ansiosa alguna respuesta, rogando que no hubiese un cambio en el paradero de quienes necesitaba.

[Llamada]

{Buenas tardes, residencia de los Guerrico.} Una voz femenina y mayor atendió.

{¡Javiera! ¿Qué tal? Soy Eli, Eli Barraza.} Eli.

{¡Ay Eliana! Tanto tiempo, es impresionante. Me alegro mucho escucharte. ¿Cómo van las cosas en la otra ciudad?] Javiera.

{Todo está perfecto por suerte, parece un sueño. Alguno de estos días hago una escapada para verte y contarte a detalle. Lamento cortarte de esta manera, pero necesito hablar con dos de los chicos.}  Eli.

{¿Junior y Dante?} Javiera.

{Así es} Eli.

Era tan raro escuchar la voz del recuerdo. Una mujer de pelo castaño y cortito, parada siempre junto al doctor Guerrico, tío de sus amigos más cercanos de la infancia que los vigilaba para que no hagan desastre en sus reuniones tan alegres de policías y ladrones. Los tres hermanos: Romeo el mayor, Dante el del medio, y Junior el chiquitín.  Siempre la recibían con la mayor de las sonrisas, una familia adinerada pero con los mejores valores. Por algo eran amigos el señor Diego Guerrico y Jorge. Imaginar ahora la distancia que se dibuja en el presente le dio mucha nostalgia, hasta que alguien cambió al receptor de la línea que estaba en espera. 

{Cuanto tiempo, Li} Dante.

{Nos tenes demasiado olvidados, muy malo de tu parte.} Junior, sarcástico.

{Yo también los extrañé, chicos. } Eli.

{¿En que te ayudamos? Vos no avisas cuando caes, siempre lo haces y ya, después de todo es tu casa también} Dante.

{Necesito encontrar a alguien, estoy preocupada y se que ustedes pueden ayudarme.} Eli. 

Si alguien conocía de tecnología, eran sin duda ese par de hermanos. Un pequeño favor por los viejos tiempos,  que implicaría un cierto alivio en sus pensamientos. Remi se había vuelto alguien muy importante, una influencia diferente en su vida, por lo cual esto era necesario. 

Terminando de analizar cada una de las grietas que encontrara en su techo, tomó la medicación correspondiente mientras las imágenes de la gala pasaban en su cabeza como una película. El amor podía ser tan difícil a veces. De no ser por un acuerdo entre RM y Halsey, su leal amiga desde una colaboración con Big Hit (su compañía), a lo mejor jamás hubiera podido concretar y expresar lo que sentía por aquella mujer, Eliana. Desde ese momento, donde pudo ser finalmente él mismo sin ninguna restricción que lo encadenara al silencio, se comprometió en ayudar desde las sombras. Debía mejorar su salud, volver a ser él mismo para poder aportar a la causa. En poco tiempo, sus prioridades dieron un giro inesperado, pero no pensaba abandonarlas. 

𝐷𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora