Donde estamos ahora [Mitsuya x Yuzuha]

Parte 5

La campanilla en la puerta de la tienda de animales sonó cuando Yuzuha ingreso al cálido lugar. Algunos mininos maullaron en busca de atención y otros dignos reyes le dieron la espalda.

Yuzuha camino con prisa en el recibidor, mientras en sus brazos cargaba un gato plateado.

—Chifuyu ¿cómo estas?

Un simpático chico de cabello negro con estilo undercut se giro detrás del mostrador. Sus ojos brillaron con amabilidad cuando reconoció a la persona recién llegada al establecimiento.

—¡Yuzu! tiempo sin verte — saludo el chico, apoyándose del mostrador con ambos brazos.

—Lo mismo dijo, Chifuyu.  

Ella le dedico una sonrisa amble y dejo a su querido y muy peludo gato color plateado arriba del mostrador, quien empezó a mirar todo a su alrededor con curiosidad, o con reconocimiento.  Después de todo, Yuzuha había adoptado a su gatito en la tienda de Chifuyu hace dos años atrás.    

—Traje a Crookshanks, para su baño y corte de uñas.

Chifuyu asintió, tomando al gato en brazos con una sonrisa. 

—Se lo llevaré a Kazutora. Aunque en estos momentos esta atendiendo otro gato, así que tendrás que esperar un poco más Yuzu. — Le miro con pena. 

—No te preocupes, esperaré. 

Yuzuha miro partir a Crookshanks a la tras tienda y tomo asiento cerca de la puerta. Pensó que podría hablar un momento con Chifuyu, el chico desde que lo conoció en aquella Navidad le había caído muy bien, y desde entonces se habían vuelto muy buenos amigos, pero este no regresó hasta que trajo a su gato con él.

—Al final termine atendiéndolo yo, Kazutora se vio en aprietos con el gato que él estaba atendiendo.

—¿Está bien?

—¿Kazutora? Si, por supuesto.

Yuzuh río.

—Si, claro. Aunque, yo me refería era al gatito.

Chifuyu carcajeo. 

—Es que si eso fuera sido un ring de boxeo, créeme, el gatito hubiera noqueado a Kazutora en la primera ronda.

Yuzuha reprimió como pudo las ganas de reír, en esos momento Kazutora salia de la trastienda en un aspecto poco favorecedor.  

Ambos se saludaron con cordialidad. 

—Hola Shiba.

—Hola Hanemiya.   

Yuzuha tomo a Crookshanks en brazos y le paso su tarjeta a Chifuyu para que cobrara por el servicio a su querida mascota.  Al terminar, alzo una mano para despedirse de ambos chicos. 

Cuando iba saliendo de la tienda, escucho que Chifuyu la llamaba.

—¿Qué pasa? — inquirió Yuzuha, cuando el chico se coloco frente a ella azorado.

—Oh, Yuzuha, lo lamento ¿podría pedirte un favor?

Ella asintió.

.

.

.

Yuzuha empezaba a creer que el destino era caprichoso.

Si tomaba cuenta que ella se había alejado dos meses de él, buscando que se le pasara aquel extraño sentir. Ese, que aun no entendía y ni muchos menos quería comprender.