Conejo blanco

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 Haechan suspiró profundamente, más que cansancio comenzaba a sentir cierto nerviosismo y ansiedad recorrer su cuerpo.

¿Qué es lo que había hecho? ¿Se había cansado tanto de la vida o solo decidió hacer lo que quisiera?

Sea lo que sea, creía que la mejor respuesta es que había enloquecido por completo, que la soledad que lo estuvo acompañando tantos años había consumido la poca cordura que le quedaba y su mente no lo pensó dos veces antes de moverse.

Era un idiota o lo que fuera, pero cuando encontró a ese chico tirado en medio del bosque agonizando por la terrible herida en su cabeza y pierna, la adrenalina se apodero de su cuerpo y no lo pensó dos veces antes de ayudarlo, su cuerpo tembló cuando cargo al chico, no sabía si era la emoción o el miedo, pero lo había logrado, llevó al chico hasta su hogar y lo curó.

Eso era bueno ¿no? Lo había salvado de morir en el frío de la noche y lo había curado, no podía molestarse si se despertaba ¿cierto?

Se había pasado el resto de la noche mirando al chico dormir profundamente y planteándose diferentes escenarios para cuando despertara, le explicaría las cosas o solo se quedaría mudo sin saber cómo entablar una conversación decente después de tantos años viviendo en el bosque sin una especie de contacto humano, realmente esperaba tener un buen plan para cuando ese momento ocurriera y el chico despertara, pero su mente vagaba demasiado entre demasiadas cosas, sobre todo ¿Cómo podía un chico ser tan hermoso?

Quizás era por no haber visto a nadie en tanto tiempo, pero no podía dejar de ver al lindo chico respirar tranquilamente en su sueño, el cabello rubio cubría parte de su frente y sus parpados se movían de una forma tan frágil sobre sus ojos cada que respiraba, parecía hecho de cristal, como si pudiera romperse si lo tocaba.

¿Cómo había resultado tan herido? Su pierna había sido lo peor aunque su cabeza fue lo que más sangro, había sangre por todo su cabello y rostro, por lo que le sorprendió cuando lo limpio y vio lo lindo que era, lo suave que era su piel, Haechan casi estaba emocionado de ver aquellos lindos ojos abrirse entre esos parpados y mirarle, se imaginaba que quizás serían de color marrón y serían el contraste perfecto ante la pálida piel y el cabello tan claro.

Haechan sacudió su cabeza —Concéntrate— se repitió en su mente intentando recordar que era lo que tenía que pensar.

Cierto, tenía que pensar en una buena explicación para la situación, no sabía que era lo que le paso, pero si le explicaba que así lo encontró y que él lo curo entonces todo estaría bien ¿cierto? No tendrían que enojarse o algo peor, quizás el chico le agradezca si tenía suficiente bondad, pero era obvio que era alguien bondadoso, es decir, esa linda carita no vendría de alguien gruñón ¿verdad?

Estaba demasiado perdido en sus pensamientos cuando vio al chico moverse desde el sillón donde estaba recostado, el chico suspiró parpadeando un par de veces moviéndose con cierta incomodidad, Haechan entro en pánico, no esperaba que fuera a despertar tan rápido y no había ni comenzado a pensar en algún plan para explicar las cosas, miro alrededor, si encontraba algo para cubrir sus ojos, quizás algunos lentes para sol o algo no se asustaría en cuanto lo viera o algo, pero apenas dio un paso hacia atrás, el chico ya lo había visto.

Haechan se paralizo sin saber que más hacer, pero estaba impresionado por los lindos ojos marrones, casi feliz de saber que acertó, incluso se sintió emocionado cuando el chico le miró, realmente era alguien hermoso.

—Uhm ¿Hola? —la fina y dulce voz del chico hizo que Haechan sonriera, justo antes de recordar en la situación en la que se encontraba.

—Hola—Haechan contestó sin saber por dónde más comenzar—¿Estas bien?—

El sol se oculta en el bosque [Renhyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora