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—¿Qué demonios es esto? —Preguntó Peter mirando con desconfianza la jeringa que Diana había repartido a cada soldado de la batalla que se aproximaba.

—Cállate e inyectate. —Espetó Tessa clavando la jeringa en su muslo.

Malia miraba con desconfianza la aguja pero se encogió de hombros y también se inyectó el liquido rojo que había en ella.

—¿Para que es? —Preguntó uno de lo miembro de otra mandada.

Clary sonrió orgullosa y habló. —Fue hecho por un miembro de nuestra manda, evita que nos dañe el acónito o cualquier tipo de hierba venenosa —Señaló a Diana. —Si algún día quieres drogarte, buscala. —Le quiñó un ojo al chico y luego se volteó hacia Tessa. —¿Cuál es la orden jefa?

—La orden es no matar a nadie. —Habló la pelirroja mientras se miraba en el espejo de uno de los coches que la cubría, y pintaba sus labios, todos instantáneamente la miraron, no parecía palabras de ella después de todo.

—¿Sabes que vienen a matarnos? —Peter le quitó el pinta labios, ganándose un gruñido.

—Lo sé, pero a los cazadores más que el odio por los hombres lobos, lo mueve el orgullo. —Se cruzó de brazos. —Y su orgullo se verá dañado cuando, les muestre que un hombre lobo los ha liderado años.

Su atención caerá en él y nos dejarán en paz.

—Esperemos que funcione tu plan. —Mumuró Theo. —Porque ya están aquí.

Poco a poco los ojos de cada hombre lobo presente comenzaron a brillar y los rugidos a escapar de sus gargantas. —Recuerden... No matar a nadie.

Tessa tomó su arco y colocó su capucha roja antes de subir al techo del coche que los cubría. Suspiró y cerró los ojos concentrándose en el sonido de los coches que se acercaban.

Apuntó aún con los ojos cerrados y cuando los abrió, estos brillaban tan amarillos como el sol, en sus labios teñidos de rojo apareció una sonrisa y dejó ir la flecha, quien como una aguja en el viento, como un águila cazado su presa, fue directo hacia las ruedas de la camioneta haciéndola derrapar.

Clifford fue el primero en bajarse, sorprendido viendo a su hija, sobre el techo de una camioneta, apuntándolo con una flecha.

—Tessa.... ¿Qué?

—Ah hola Papi. —Su sonrisa se extendió. —La próxima cierra el sótano.

—Tiene una explicación hija...

—Si la tiene, tu regalo para mi aún hablaba. —Dejó a un lado el arco disfrutando del terror que poco a poco se dibujaba en los labios de su progenitor. —Y me contó tu sucio secreto.

El hombre no lo pensó dos veces, no debía dejar que supieran quien era él, no debía dejar que conciensen su secreto. —¡Ataquen! ¡Está con el enemigo!

Los cazadores no lo pensaron dos veces para salir y disparar. Una sola bala le dio a Tessa en la mano, pero tenía veneno suficiente como para matarla en segundos) ella no se movió, nadie más disparó.

—Creo que deberían saber que estoy vacunada contra la rabia. —Mostró como la herida desaparecía. —Emerjan de las sombras hermanos míos y luchemos por nuestra vida.

Todos los lobos cultos salieron de las sombras cuando la pelirroja se dejó caer del techo de la camioneta con una sonrisa en los labios, y sus garras salieron a la luz.

—¿Estás bien? —Preguntó Theo acercándose a ella.

—Si. —Respondió con una sonrisa. —Lo que te recomiendo que evites las balas, esa mierda arde como... Bueno como mierda.

Dangerous➳Teen Wolf \ Theo Raeken✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora