CAPÍTULO XIX

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A las 5:30 de la mañana la alarma programada del celular de Kei comenzó a sonar

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A las 5:30 de la mañana la alarma programada del celular de Kei comenzó a sonar. Ambos chicos comenzaron a soltar quejas en voz baja.

— Kei, apaga esa cosa o te golpearé... — Baji cubrió su cabeza con una de las almohadas mientras empujaba el cuerpo de su amigo fuera del colchón.

Para suerte del Okumura no había tanta distancia entre el suelo y la cama improvisada por lo que el daño fue mínimo, solo se llevó un susto de muerte que lo hizo gritar.

— ¡Oye!, ¿Cuál era la necesidad de tirarme?, ¡Keisuke, no me ignores! — Un aturdido bicolor se levantó de suelo para apagar la alarma. — Tengo que hacer el desayuno, levántate y ayúdame.

— ¿Qué? — El pelinegro aún con el cabello revuelto abrió los ojos, la oscuridad del lugar apenas le permitió enfocar el cuerpo del contrario. — ¡Mierda, ni siquiera hay luz natural!, ¡Es fin de semana, déjame dormir!

— ¡Te dije que iba a salir con unos amigos y tengo que hacer el desayuno para mi padre!, ¡Levántate!

Una pelea a gritos, con varios golpes con una almohada y sobre todo dos cuerpos caídos terminó cuando Kei salió de la habitación en dirección a la cocina, seguido de cerca por Keisuke que se quejaba por el golpe que recibió en la cabeza.

— Guarda silencio o lo máximo que te daré de comer será un plato de cereal.

— Eso es a lo que yo llamó un desayuno balanceado. — Bromeó el mayor mientras daba un par de golpes en sus mejillas como un intento de despertarse por completo.

Kei no respondió a eso, solo soltó un suspiro  y se colocó el mandil negro que ocupaba para cocinar. Le dió la espalda a Keisuke y como si no estuviera presente comenzó a preparar el desayuno para tres.

Ambos se mantuvieron en silencio, escuchando únicamente el sonido del sartén y la espátula, no tardó mucho en terminar todo, lo único que faltaba eran las rebanadas de pan.

— Buenos días, señor papá de Kei. — Baji saludo de primeras al ver la sombra del adulto.

— Buenos días, padre. — El bicolor colocó tres platos sobre la barra, en ellos se podían apreciar un par de huevos fritos y dos rebanadas de tocino.

— Buenos días hijo y buenos días... Niño que no conozco. — El padre de Kei bostezó y se dirigió a buscar una taza de café, dió un pequeño sorbo y miró a ambos chicos, todo iba bien hasta que recordó que en esa casa solo vivían su hijo y él, del susto casi se quema con el agua caliente. — Espera, ¡Se supone que solo somos dos!, ¡Tú!, ¿Quién eres y cómo entraste aquí?, ¡¿Qué le hiciste a mi lindo hijo?!

Ambos menores lo miraron confundidos, poco después Kei desvío la mirada para seguir esperando a que la tostadora botará las rebanadas de pan, como si nada pasara mientras Keisuke seguía analizando al padre de su amigo.

PETRICOR ・・・  Chifuyu Matsuno  ¤ CANCELADA ¤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora