Capitulo 1

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Estaba recordando la primera vez que te vi y he sonreído. Luego era junio y ya sentía algo, busqué excusas para verte y qué feliz me hacía!!!
Recuerdo que me encantaban los miércoles, tu risa y sentido del humor, llegué a adorar el color rojo, ese que alguna vez dije que era mi favorito, recuerdo el vaso de agua, un viaje triste, los celos de una de tus novias, la primera vez que tocaste mi mano, la belleza de las tuyas.
Siempre me sorprendes y aunque has cambiado haces despertar las mismas emociones. Pasó aquel día cuando me dijiste que te gustaban las muchachas que no se maquillan. Dormí una noche contigo y a pesar de todo, nunca me vuelto a sentir igual, o sí , sucedió al compartir una misma silla y un teléfono reproducía stay with me.
Era agosto te vi con novia, que fea ella, pensé al verla, tú que tienes un gusto tan refinado cómo puedes estar con alguien con fascie mongoloide, no me daba gracia la obra, me temblaban las piernas, me preguntaba una y otra vez còmo podía sucederme esto y no me dejaba concentrarme , me acordé de la última vez que te vi y me pediste irnos juntos y te dije que no, que esperaba a alguien.
Estaban sentados delante de mi, solo tenía ojos para ustedes, te vi a la salida, parecías asombrado o al menos esa fue mi percepción, yo estaba hecha polvo había sufrido una decepción, no me lo creía, después de todo, de crearme cosas en mi cabeza tú andando con una chica y llevándola al teatro, eso fue suficiente para en septiembre ya no mirarte de la misma manera, ya me saludabas y por educación te respondía y así me empecé a interesar por otra persona, esta vez fue intenso, loco y paranoico . Debo decir que te olvidé por un buen tiempo aunque en las cartas a mis futuros hijos ya te mencionaba y les contaba que tú serías su padre, tus gustos musicales, de cocina, las bromas, les dije que alguna vez me habías dicho que yo era la persona con la que más te habías reído en tu vida y que serías bueno con ellos, aunque eso me lo replantee el día que supe que tus hijos tenían que ser los mejores del aula y claro que no serían los mismos, porque definitivamente mis hijos serían felices.
Alejandro era un año mayor que yo, conocía la vida y la vivía de una manera que me hacía cuestionarlo, me intimidaba su presencia. Tenía una inteligencia que no había visto nunca, una agilidad mental y algo más que me sacaba del estado de confort. Admito que no me atraía su físico, sentí alguna conexión con su forma de ser , vivía criticándome y eso llegaba a molestarme, no lo soportaba, pero era noble , a veces me hacía reír con sus estupideces y un día cualquiera no paraba de pensar en él, ahí me di cuenta que había caído, no supe cuando me enamoré pero recuerdo que todas las noches le decía te quiero al acostarme. Creo que perdí el contacto con la realidad, aún así podía aprobar todas las asignaturas de la universidad y con buenas notas, algo que particularmente admiré mucho.
Te vi una noche de salida, me llamaste con una alegría y no pude evitar sonreír.
De Alejandro recuerdo un amor diferente, ese en el que caes y no sabes por qué lo haces, ese en el que no te importa el físico para sentir algo más, que no te deja despegarte, el que te hace cuestionar tu existencia, ahí comencé a leer, comencé a buscar, no pude evitar pensar en ti y en si te gustaban los libros que leía, seguramente no, eres más realista, aunque si; luego supe que conocías a Deepak Chopra, que habías disfrutado almas gemelas, que alguna vez fuiste noble y no estabas roto y eso me dio alegría, podía sentir que eras bueno, a tu lado crecía y no ha pasado un día en que haga algo y piense que dirías al respecto.

Un día cualquiera llegó un mensaje de un tal Ernesto y yo me hice llamar Paula. Así comenzó otra historia entre risas, erotismo y largas conversaciones, fue el amor del descubrimiento, muy carnal, idealizado como tantos otros, inmaduro y nada comprometido lográbamos una química que me hacía asombrar, le hablaba de genética, religión; él en cambio, me contaba sus historias de secundaria, cómo se arreglaba una bicicleta, cómo había logrado aumentar su masa muscular y definir todos sus músculos, le prestaba mucha atención, bromeábamos mucho y siempre había algo de que conversar, un día me preguntó si alguien me había dado mejores besos, yo sorprendida le dije que no le iba a contestar para no herir su orgullo y entonces sonreí de esa manera pícara con qué podemos hacerlo las mujeres y nadie se da cuenta y pensé en aquella noche de invierno del 28 de enero donde me besó bajo las estrellas Y aún hoy después de tantos años puedo recordarlo como el mejor de mi vida . La historia con Luis quien empezó como Ernesto no duró mucho, aún quería a Alejandro y a pesar de vivir momentos únicos, creía que él era el hombre de mi vida, sentía que lo engañaba, que me engañaba a mi misma. Todo un drama acuático que ahora mismo me hace reír, no sé si te ha sucedido pero me apenaba que nos vieran juntos, luego me di cuenta que no lo quería, que buscaba algo que no encontraba y pensé que Alejandro lo tenía, Ya por ese entonces ni pensaba en ti, ya había cambiado mis prioridades, me había enamorado y era capaz de cambiar todo, ya mis hijos no serían los tuyos, ya te veía diferente, incluso ya me percataba de tus defectos, creo que tenías novia nueva, no era la fea del teatro,creo que esta era más refinada, pero ya no me importaba, tenía otras preocupaciones, comencé entonces a vivir una vida nocturna, salía casi todos los fines de semana, casi siempre estaba ocupada , empecé a conocer gente. Le di un beso a un desconocido en una fiesta,
Vi a Luis llevar a sus novias a los mismos lugares que a mi, cultivé buenas amistades. Me paré en una prueba y la entregué en blanco, en otra llegué casi una hora tarde y logré sacar el máximo, era el tiempo de tres seminarios en un día de asignaturas diferentes . Fui a la escuela sin haber dormido la noche anterior, aprobaba las pruebas con solo estudiar el día antes, y sacaba buenas notas, aunque no tenía conciencia de que necesitaba algo más, un número me era suficiente, no quería pensar mucho, aunque por la noche llegaba la tormenta. De momento me empecé a interesar más por la universidad, comencé a admirar a las personas por algo más que no podía explicar, creo que mi pensamiento estaba evolucionando o despertando, rodeada de mentes brillantes vivía casi todos los días sorprendiéndome, fue entonces cuando te me sentaste al lado y me garabateaste la libreta, ahí todo empezó de nuevo, te miré molesta pero por dentro me estaba derritiendo, había algo que no me dejaba ofenderte, vino de repente el recuerdo de ella la canción de omi, siempre me ha llevado a ti y a la sensación de nerviosismo, a tus risas por mi torpeza, fue la canción que escuchaba mientras te sentabas a mi lado en una reunión de la universidad aún cuando no habíamos intercambiado una sola palabra.

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2021 ⏰

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