Capítulo 19

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Recuerdos tormentosos

Anastasia

Tamborileo los dedos impaciente sobre la mesa. No soy una persona puntual eso lo acepto pero también sé que en este momento me molesta esperar ya que estoy ansiosa por comenzar a hablar.

Llevo dos días queriendo hablar con Chad pero ha resultado prácticamente imposible ya que las labores en el comando no han parado. Los entrenamientos con la tropa no me lo permiten y él al ser un simple cadete no tiene tiempo ni de respirar pero supongo que ha de estar encantando ya que le fascina trabajar.

Con el equipo hemos estado haciendo el plan para tomar el armamento que los polacos van a entregarle a los búlgaros en Italia. Tenemos información de primera mano ya que Damien contrató a un equipo de expertos para obtener dicha información.

El cargamento de armas es una misión que saldrá de imprevisto ya que no tenemos ninguna fecha próxima para la misión, solo recibiremos un aviso y tendremos que actuar de acuerdo a lo acordado y estamos conscientes que no podemos fallar ya que si el cargamento es tan grande como se espera sería un golpe del que le costaría reponerse a Aleksandar y su clan.

Vuelvo a observar la hora en el reloj de pared que cuelga en una de las paredes de la cafetería y comienzo a impacientarme. Pienso en ponerme de pie e ir a buscarlo cuando llega agitado y se sienta a mi lado con una botella de agua a medio beber.

Me sorprende que no me apresure para hablar ya que tiene mucho trabajo y para él es lo más importante. Lo miro analizando cómo le diré las cosas. No quiero lastimarlo, le tengo mucho cariño y hemos pasado muchos momentos lindos. Ahora las cosas no van bien pero eso no quiere decir que antes no lo fueran.

Chad es una persona reseca, no acostumbra a hacer cosas lindas por mí, es extraño a su manera pero me ha querido y yo a él. Lo encontré cuando estaba en un momento difícil de mi vida y aunque no se lo dije me ayudó en bastantes cosas y creo que yo igual a él. Conozco su pasado, ese que tanto odia y el cual yo sería incapaz de juzgar pues todos somos capaces de cometer errores.

Tomo una bocanada de aire en busca de encontrar la manera adecuada de decirle lo que quiero.

—Chad...

—Espera, sé lo que vas a decir —me interrumpe sin darme oportunidad de decir algo más.

—Déjame hablar —pido un poco agobiada por esto—. No quiero lastimarte, de verdad, pero esto ya no está funcionando. Nosotros ya no funcionamos juntos.

—Tú no me puedes dejar.

—No hagas esto más difícil.

—No, no —se pone de pie, desesperado—. ¡No puedes dejarme!

Suelta un grito que llama la atención de varios soldados que se encuentran en el lugar y me levanto avergonzada por la escena dispuesta a salir de aquí. Por fortuna lo logro pero por desgracia él viene detrás de mí.

—Anastasia, no puedes dejarme —me sujeta de la muñeca, aumentando el agarre provocando que suelte un ligero quejido.

Lo aparto de un suave empujón.

—¿Qué harás sin mí? ¡No puedes dejarme! —no me gusta cuando comienza a ponerse violento.

El pasillo en el que estamos está desierto. No tengo miedo ya que tengo un excelente entrenamiento militar y él apenas lo comienza pero es una persona con antecedentes que no son nada buenos.

—Chad, no compliques las cosas. Esto no está funcionando —vuelvo a decir tratando de que lo comprenda.

—Si funciona —dice desesperado y estas conductas tan represivas son las que no me gustan de él—. Solo dame una oportunidad, no podemos ser los únicos que lo dejemos. Jenna y Scott están juntos, el comandante va a casarse y...

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