5 minutos atrás había terminado la llamada con Denisse, la asistente y mejor amiga de Laura; me había dejado muy claro las intenciones de los dueños de la empresa del programa, querían que junto a Laura llevara todo el tema de conducción.
Sonaba realmente atractivo, ahorita mismo no estaba en ningún proyecto y me encontraba en esa etapa de descanso y desconexión de ese mundo.
Mi celular comenzó a sonar, este descansaba sobre mi mesita de noche. Quien fuera que estaba llamando no pensaba en dejar de insistir, seguro era algo urgente.
-Hasta que contestas, rara.- Decía Niurka desde el otro lado del teléfono (mi hermana); era como mi madre, siempre estaba muy al pendiente de mi.
-Perdón, estaba revisando un contrato.- Dije aún un poco distraída.
-Así que estás considerando aceptar ¿eh?- Comentó burlona ; desde aquí podía imaginar su cara con su idiota sonrisa burlista.
-¿De qué hablas?.- Pregunté ya de muy mal humor, ya sabía a lo que se refería pero yo más que nadie sabía que le encantaba siempre burlarse de mí
-Trabajar con Laura, pensaba que esos programas no iban contigo en absoluto.- Decía al otro lado de la línea telefónica
-Era ajeno a mí. Hasta hace unos días que tuve una incómoda situación con ella.- Se formaba una sonrisa en mi rostro.
-Me lo comentó Ana. Que embarazoso, sin duda son cosas que solo a ti te pasan hermana mía.- Escuché su risa burlona.
Intercambiamos un poco más de palabras; hablaba de mis sobrinos y como iba con su trabajo, Niurka tenía una vida muy movida, llevaba una agenda apretada de principio a fin de la semana.
Niurka se hizo cargo de mi cuando éramos bastante pequeñas, ella tenía 20 y yo 16. Mis Padres murieron en un accidente y fue un problema enorme hacer el traspaso de propiedades e incluso de la propia empresa, ninguna de las dos estaba lista para hacerse cargo de tanto. Pero Niurka en lo que a mi concierne siempre fue muy responsable, se hizo totalmente cargo de mi y de nuestra empresa.
La empresa que nos dejaron nuestros padres era una distribuidora y lugar donde se fabricaban juguetes sexuales, con tantos diseños innovadores que teníamos nuestra empresa llegó a ser una de las más reconocidas de todo el país. Pero bueno, en realidad lo mío no era estar en una oficina metida, mi gusto por la producción y audios en televisión era lo que realmente me podía poner feliz. Bien dicen haz algo que te gusta para que no se convierta en un trabajo, así fue como la producción se volvió mi vida.
Por otra parte, mí abuela fue totalmente lo opuesto, ella se hizo cargo de sus cosas como toda la vida y no le importo que sus nietas aún teniéndolo todo les hacía falta ese amor de mamá y todas esas cosas de las que una madre se hace cargo. Carmelita Salinas no dejaría su vida de famosa por atender a sus nietas, estaba claro que ella simplemente no lo haría.
Seguía pensando en el contrato cuando el timbre sonó en la planta baja, me dio muchísima pereza pero sabía que probablemente serían las chicas, así que salí de mi comodidad y baje las inmensas escaleras.
Llegué agitada a la puerta y abrí.
Eran mis hijas.
Abrí la puerta y les saludé, las hice llevar al cuarto de lavado toda su ropa sucia ya que ellas eran unas fanáticas del deporte del fútbol, realmente se la pasaban jugando todos los días sin descansar. Así fue como se despidieron de mí con un beso en la mejilla, subiendo las escaleras para ir a sus habitaciones.
Poco más tarde, Valentina entro a mi habitación un poco preocupada.
-Mamá, estoy un poco confundida con algo.- Dijo sentándose a un lado de mí con su gato llamado Efy, como amaba a esa bola de pelos.
Despegue la mirada de mi libro y la volteé a ver. Era evidente su nerviosismo.
-¿Eres lesbiana?.- Había llegado la pregunta, algún día pasaría y hoy era ese día.
-¿Por qué la pregunta?.- Dije jugando con las pequeñas patitas de Efy; Ocultando mi nerviosismo.
-Pues es que ya empiezan los rumores de un posible romance entre Laura Bozzo y tu.- Decía Valentina.
-Bueno, no voy a negarte que Laura me atrae, pero no lo sé. No sé si en este punto soy bisexual, lesbiana o que es lo que soy.- Solté sin más, lamiendo mis labios.
-Pues no es tan complicado, ¿te gustan más los pechos que los penes?.- Se ruborizó y agachó la cabeza con un poco de nerviosismo
Mi asombro se hizo notar.
-No Vale, ambos me gustan.- Dije riendo.
-Pues ya está, eres bisexual- Sin previo aviso fue como me lo dijo Valentina.
-¿Y tú?.- Yo sabia que Valentina se sentía atraída por las mujeres, un día lo noté pero nunca me atreví a preguntarle, obvio como toda madre esperaría el momento en el cual ella quisiera decírmelo, sin más presiones.
-Me gustan solo los pechos.- Su color cambio de natural a rojizo.
-Está bien.- Solté restándole importancia.
-¿De verdad?.- Un pequeño asombro se hacía notar en su rostro.
-Sí, ¿Por qué no habría de estarlo?.- Dije mientras me recostaba más cómodamente en mi cama.
-Bueno, ¿pero si tuvieras tres hijas tortas?.- Jugaba con su labio inferior.
-¿Por que qué lo dices?- La verdad era una confesión que no esperaba.
-Nada, un simple comentario.- Se paraba de mí cama agarrando al pequeño gato Efy.
Se despidió con un ademán y salió de mi habitación, cerrando a su paso la puerta y corriendo por el inmenso pasillo.
Mis ojos empezaron a cerrarse y caí en un profundo sueño.
En ese sueño; Laura vestía poca ropa y me hacía un striptease mientras yo bebía un poco de vodka “Oso Negro", todo al ritmo con la melodía “Yes Sir, I can Boogie” de Baccara, era muy sensual el baile. Y Todo terminaba en John Cena peleando con un mapache afuera de mi casa.
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Alma de hierro
Romance¿Podrá una productora de Baby Shark enamorar a Laura Bozzo el alma de hierro?