Capítulo 6

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Shinso Hitoshi había nacido en una familia de clase media relativamente normal, su infancia mo fue muy buena ya que le costaba hablar con los otros niños y estos lo veían como bicho raro, por lo que el joven obto por aislarse del resto, enfrascandose en su propio mundo.

En la secundaria no le fue mejor, los demás lo ignoraban ya que algunos lo consideraban raro y hasta le tenían miedo, a Shinso eso no le importó nunca él no necesitaba a los demás o eso se decía a si mismo para sentirse mejor, en su casa las cosas no eran mejores su familia lo ignoraban por completo, odiaba estar en su casa por el maldito silencio que siempre había en ella, se sentía sólo aún cuando estaba con su familia, pero aún así pensaba que la vida no era tan mala, podría ser peor, y tenía razón podía ser peor, ya que un día al salir de su colegio presenció como unos hombres se llevaban a dos chicas y estos notaron su presencia, trato de huir pero fue inútil, tan solo sintió un golpe y todo empezó a volverse negro, había estado en el lugar equivocado en el momento equivocado.

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Shindo ya había aceptado su destino, es decir vivir en una mansión y ser amante de in hermoso chico era muchísimo mejor que vivir en las calles y tiene y que robar siempre para comer.

Había pasado una semana encerrado en esa celda luego de eso fue liberado y le enseñaron sus aposentos, también empezó a tomar clases de lucha junto a los otros cuatro chicos, ya que además de ser amante también debía ser guardaespaldas de Izuku su amo.


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Nuestro pecoso favorito se encontraba en su despacho revisando algunos documento que le había enbaiod su padre, cada vez tomaba más responsabilidades en la mafia de su padre ya que sería el legítimo sucesor, y su padre estaba muy orgulloso con los resultados, no esperaba menos de su único hijo.

entre los papeles que tenía vio que había un sobre, lo abrió y vio de lo que se trataba, dentro había un anillo de oro con una un diámetro negro y una invitación a una subasta (clandestina e ilegal) como era hijo del gran All For One lo habían invitado ahora que había empezado a darse de notar en ese mundo, su puerta fue golpeada.

-Adelante- dijo.

La puerta fue abierta y por en La paso un chico de cabellos negros y sonrisa seductora, Izuku sonrió al verlo.

-Shindo eres tú- dijo alegre como si La ser con  sus aumentes- ¿necesitas alg- preguntó, el pelinegro se sentó delante suyo.

-Sólo quería verte- dijo sonriendo- haz estado aquí todo el día, debes estar algo retrasado-

- La verdad si lo estoy- dijo él pecados sobandose el hombro.

Shindo se puso de pié y rodeo el escritorio quedando detrás de Izuku, llevo sus manos a los hombros del pecoso y empezó a mesajerlo.

- No es bueno estar tan estresado- susurró moviendo sus manos.

- ¿Me ayudarás a relajarme?- pregunto coqueto.

-Por supuesto haré que te sientas mejor- beso su hombro- además aún no me has estrenado- le lamio la oreja.

-Lo siento he tenido mucho trabajo- se mordió el labio.

Shindo se puso delante de él y lo beso, fue desarrollado la camisa del peliverde hasta dejar su pecho y torso totalmente expuesto, fue bajado sus besos por el cuello y pecho del pecoso hasta llegar a su entrepierna, desabrocho el pantalón del más bajos y sacó el miembro de este, no dudo en llevárselo a su boca, haciendo gemir al pecoso, siguió con su trabajo hasta lograr que Izuku terminará en su boca, se tragó todo.

-Delicioso- dijo lamiendose los labios- ahora es tu turno de hacerme sentir bien- dijo sentándose en el escritorio y abriendo las piernas para darle más  accesibilidad a su miembro.

El Príncipe Mafioso y sus Cinco AmantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora