➳ Capítulo 10.

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...

Nozomi sonrió, una sonrisa repleta de amabilidad y diversión, y abrió la puerta, para encontrarse con una Yeojin tirada en el suelo, quejándose mientras acariciaba levemente su cabeza.

—Te ves ridícula, ¿qué haces en el suelo? —preguntó aguantando la carcajada que estaba a punto de soltar.

Yeojin rodó los ojos y fingió molestia.

—Solo para que lo sepas, tú te ves ridícula las veinticuatro horas del día.
—Lo sé, es mi encanto. ¿Me dirás qué hacías en el suelo?

—Me has empujado y tirado cuando has abierto la puerta.

A pesar de que aquello le hizo especial gracia por la imagen mental que rápidamente le llegó, arqueó una ceja y se cruzó de brajos, inspeccionando los ojos de su amiga y advirtiendo motas de culpabilidad en ellos.

—¿Y eso es porque...?
—Lo confieso, estaba mirando por la mirilla y escuchando. —hizo una pausa dramática para que Nozomi pudiera asentir ante sus sospechas. Alzó las manos en señal de inocencia—. ¡Pero ya sabes cómo soy! No me esperaba que tuvieras una repentina cita con el hijo de tu profesor.

Nozomi bufó.
—No ha sido una cita, aún así, no lo digas de esa forma. Suena muy mal —pidió. Se avalanzó sobre su cama, así como la más baja sobre la suya.

—Ajá... —Yeojin rió para sí misma—. El pobre Sunghoon ha venido a verte mientras estabas por ahí con ese chico, no he sabido ni qué decirle, no has dado señales de vida a nadie desde que te has ido...
—¡Sunghoon! —rápidamente, Nozomi se sobresaltó y sus ojos se abrieron como platos—. ¡Por Dios, Yeojin, no era una cita eso! ¡Apenas lo conozco, te dije que no asumas cosas de mi vida amorosa, no tengo!

Se levantó de inmediato y buscó su móvil en su bolso, el cuál había dejado en la mesilla. Tardó un poco, pues estaba todo alborotado y hecho un desastre, y sus ansias de encontrarlo no ayudaban, el enredo de sus dedos y todos los objetos del profundo interior fue un caos, hasta que finalmente lo logró.

Se acostó sobre el colchón de un salto y abrió la aplicación con la que chateaban. Tenía las notificaciones silenciadas para que no le molestaran durante su cena con Wonjin porwue este era, francamente, muy entretenido, y se lo pasó tan bien, que ni si quiera tuvo tiempo de mirar si tenía algún mensaje, además, en la clase de piano y después iba tan cansada que no lo utilizó en ningún momento, y, en efecto, se encontró con unos quince mensajes de Sunghoon.

Hoon

¿Cómo está mi pianista favorita?
16:50

Hoy no te he visto en ninguna clase...
16:53

¿Quieres que quedemos esta tarde para hacer algo, o tienes clase de piano?
17:00

Vaya, parece que sí tienes... No me has contestado.
17:40

¿He hecho algo para que estés enfadada?
18:30

Supongo que simplemente estás ocupada, cuando puedas contestarme, dime si quieres que salgamos esta noche.
18:56

¿Desde cuándo tus clases son tan largas? ¿Ni siquiera tienes tiempo para mirar el móvil un momento? ¿Me tienes silenciado?
19:50

𝐏𝐈𝐀𝐍𝐎 | Park Sunghoon | RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora