LA EMPERATRIZ DIVORCIADA - UNA NUEVA HISTORIA

UN CAMBIO INESPERADO

Navier se deslizó con cuidado detrás de un seto, esforzándose por no reír mientras Evaly corría emocionada, buscando a su "presa".

—¡Te encontraré, Su Majestad! —gritó la niña con entusiasmo, moviéndose entre los arbustos y mirando detrás de las columnas del jardín.

Navier, agachada, observaba a Evaly con una sonrisa. El sonido de la risa infantil llenaba el aire, ofreciéndole un breve respiro de los problemas que la atormentaban últimamente: el cambio inesperado en el comportamiento de Sovieshu, quien ahora parecía querer acercarse a ella de nuevo tras haber abandonado a su amante.

—¿Qué habrá sucedido? —se preguntó en voz baja mientras Evaly seguía buscándola.

Un ruido detrás del seto la distrajo momentáneamente, pero lo descartó como un simple pájaro.

En el despacho de Sovieshu...

El emperador tamborileaba los dedos sobre la superficie de su escritorio, su ceño profundamente fruncido mientras en su escritorio pilas de libros. Los ojos del emperador cansados por la falta de sueño y en su mente una imagen que jamas  podria olvidar, MORTEM.

—Si vuelve a atacar... —murmuró, apretando los puños.

El enmascarado no solo amenazaba su poder, sino que también ponía en peligro a Navier. Por mucho que sus relaciones hubieran cambiado, no permitiría que ella sufriera daño alguno.

Mientras intentaba idear un plan, sintió algo extraño en su cuerpo. Un ardor lo llevo a levantarse y caminar de un lado al otro, en ese instante y a punto de desmayarse se sostuvo sobre un espejo y en ese momento, y para su sorpresa, la imagen de un león reflejado en el cristal se hizo presente.

—¿Qué...? —Su voz se apagó cuando sintió un calor recorrer su cuerpo.

Un escalofrío le recorrió la espalda mientras su piel comenzaba a transformarse, cubriéndose de un pelaje suave. Su tamaño disminuyó, y sus manos y pies se convirtieron en pequeñas patas acolchadas. Cuando intentó hablar, un débil rugido fue lo único que salió.

—¡Esto no puede estar pasándome! —pensó, luchando por mantener el equilibrio en sus torpes patas.

Tropezó con una alfombra y rodó hacia la puerta, terminando frente al balcón. En su confusión, no notó lo cerca que estaba del borde.

En el jardín...

Evaly finalmente encontró a Navier detrás del seto, gritando de alegría.

—¡Te atrapé!

Navier se levantó con una sonrisa, sacudiéndose el vestido.

—Eres muy rápida, Evaly.

La niña sonrió orgullosa, pero un ruido extraño desde el balcón superior llamó la atención de ambas. Navier levantó la mirada justo a tiempo para ver algo pequeño y dorado caer directamente hacia los arbustos cercanos.

—¿Qué fue eso? —preguntó Evaly, mirando con ojos muy abiertos.

—No estoy segura... espera aquí.

Navier se acercó rápidamente al lugar de la caída.

Entre los arbustos...

Sovieshu, todavía en forma de cachorro, se tambaleó mientras trataba de levantarse. Su pelaje dorado estaba cubierto de hojas, y sus pequeños rugidos de frustración eran cualquier cosa menos intimidantes.

—Esto es... ridículo... —pensó, avanzando torpemente entre las ramas.

Unas sombras se proyectaron sobre él, y al levantar la vista, se encontró con las verdes esmeraldas de Navier.

—¿Hola, pequeño? —dijo ella, arrodillándose para verlo mejor.

Sovieshu intentó retroceder, pero sus patas torpes lo traicionaron, haciéndolo caer sobre su lado.

Navier ladeó la cabeza, confundida.

—¿Un cachorro de león? ¿De dónde has salido tú?

El cachorro trató de rugir, pero solo logró un sonido adorable. Navier dejó escapar una risa suave.

—Eres lindo, pero... ¿cómo llegaste aquí?

Sovieshu la miró, horrorizado.

—¡Soy yo, Navier! —quiso gritar, pero su forma actual solo le permitió otro rugido débil.

Navier lo recogió cuidadosamente, sosteniéndolo con ambas manos mientras lo inspeccionaba.

—Quizás Evaly sepa algo... o tal vez deba llamar al encargado de las bestias del palacio.

Los ojos de Sovieshu se abrieron como platos.

—¡No, no, no!

Navier comenzó a caminar de regreso al jardín, llevando al cachorro con ella. Sovieshu, en silencio, no pudo evitar pensar que las cosas no podían volverse más humillantes... aunque, tratándose de Navier, quizás podría permitirse esa humillación.

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HOLA GENTE....

VOLVI DE ENTRE LOS MUERTOS DOS AÑOS DESDE LA ULTIMA PUBLICACION, ALGO CORTO PERO BUENISIMO ESTE DOMINGO SALE TRIPLE CAPITULO ESPERENLO