Capítulo 43

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Holaa, les dejo el siguiente capítulo ☺️ y muchas graciaaas, ya hay 10k en lecturas y 1.36k en votos, espero sigan disfrutando la historia 🥰

Hermione había llegado en el transcurso de la mañana. Se la habían pasado en la habitación del segundo piso, donde dormía Ron.

Se habían puesto al corriente de muchas cosas, hablaron sobre la Orden; pero ninguno tenía tanta información de lo que podrían estar haciendo, sólo tenían en cuenta que hacían misiones.

−No ha vuelto a haber otra reunión –dijo Ron.

−La última fue hace como dos semanas –concordó Athena, pero sabía que estaban esperando a que Severus trajera más información.

De pronto se escucharon, algunas voces que trataban de no gritar. Los tres salieron de la habitación, tratando de no hacer ruido. Las voces venían del comedor, eran las voces de Sirius, Remus y los señores Weasley. Al parecer era una pequeña discusión y Athena no dudaba que la haya empezado su papá, ya que Remus trataba de tranquilizarlo.

De pronto, la puerta principal se abrió, dejando ver a Ojoloco Moody, seguido de una joven muchacha que tenía el cabello de un color fucsia. Caminaban con prisa hacia la cocina. Al parecer había ocurrido algo.

Subieron de nuevo hacia la habitación al ver que el ojo azul de Moody los miró.

− ¿Qué habrá pasado? –preguntó Ron al entrar de nuevo a la habitación. 

−No lo sé, pero no fue algo bueno –dijo Athena.

Los tres se quedaron en silencio por unos momentos, tocaron la puerta, la señora Weasley entró, dándole una ligera sonrisa a Athena.

−Athena, querida. El profesor Snape ha llegado –anunció la señora Weasley.

−Ya bajo, gracias –dijo Athena mientras se levantaba de una de las camas. La señora Weasley se retiró−. Si consigo enterarme de lo que pasó, se los diré.

Hermione asintió levemente.

Athena salió de la habitación y se dirigió hasta el salón. Se paró en el marco de la puerta, mirándolo con una sonrisa burlona. Él se encontraba de espaldas, mirando hacia el tapiz que tenía el árbol genealógico de los Black.

− ¿A quién buscas? –preguntó Athena mientras se acercaba hacia él. Snape le miró y alzó una ceja.

− ¿Estás aquí? –preguntó Snape.

−Sí y no –dijo Athena acercándose hacia el tapiz, señaló un circulo que salía de una rama, en el otro extremo se encontraba un agujero con los bordes chamuscados, pareciendo una quemadura de cigarrillo−, ese era el círculo de mi padre, yo debería estar aquí –señaló el circulo en blanco al otro extremo−. Mi abuela dudó en ponerme, no soy sangre pura, pero al parecer le caía bien –soltó una ligera risa.

Severus le miró, frunciendo el ceño ligeramente.

−Era su única nieta, pero su manía por la sangre pura, no la dejó colocarme en el árbol. Claro, tampoco me importó –dijo Athena frunciendo el ceño. Severus se giró y se alejó para cerrar la puerta del salón.

−Espero que hayas practicado –dijo Severus. Athena frunció ligeramente los labios, se le había olvidado.

−Sí –respondió evitando su mirada.

−Sabes que sabré si lo hiciste o no –dijo Severus poniendo una sonrisa sarcástica−. Bien, como ya sabrás, voy a intentar entrar en tu mente. Vas a tratar de resistirte, harás lo necesario para que no vea nada.

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