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Después de una larga noche donde cuido e intento curar a su Tía, los primeros rayos de sol entraron por la ventana.
También había estado leyendo las interminables hojas llenas de información sobre este universo, por fin entendiendo cómo funcionaba el dinero, además de encontrar una copia de los registros que tenían en este mundo.
— Estaban muy bien prevenidos. — Ayaka pensó con una triste sonrisa al recordar su hogar y a su familia.
Despejando su mente de esos pensamientos, miro a su tía una última vez, la noche anterior había comenzado a mostrar señales de comenzar a despertar. — Hace un mes que fue atacada, la tía Sakura nos contó que tendría que estar en reposo mínimo dos meses antes de que su cuerpo eliminara por completo el veneno de su sistema.
Saliendo de la habitación que había rentado, le quedaban unas horas antes de que se acaba su tiempo, aprovecharía para encontrar un lugar más barato y conseguir comida.
Caminando por las calles concurridas de Musutafu Ayaka observaba impresionada los enormes edificios aún más altos de los de Amegakure, viendo a lo lejos a unos chicos que salían de las llamadas tiendas de conveniencia un poco nerviosa por dentro, se dirigió a la tienda, entrando en esta, tomo unas cuantas cosas para comer y tomar dirigiéndose a la caja registradora donde un amable joven la atendió, asegurándose de pagar la cantidad justa que le pedían tomo las cinco bolsas y salió del establecimiento.
Camino unos conatos pasos cunado una voz masculina le llamo.
— Disculpe señorita, ¿Necesita ayuda?
Ayaka volteó para mirar a la persona que se ofreció a ayudarla, aunque no creía que necesitara ayuda. Fue un chico con un taje de héroe, quien le ofreció ayudarla.
— ¿Es un héroe? — Ayaka intentó sonar como un civil.
— Por supuesto, soy Sugarman, un héroe en entrenamiento. — Sugarman se presentó con una sonrisa amable en su rostro.
— Aceptare su ayuda con gusto. — Ayaka con una ligera sonrisa le dio tres de sus bolsas al héroe, quien se había ofrecido a cargar todas por ella.
Caminaron en un silenció bastante cómodo, hasta que llegaron al hotel donde Ayaka se hospedo.
— Gracias por su ayuda. — Ayaka hizo una ligera reverencia como agradecimiento, Sugarman un poco avergonzado insistió en que no era un problema y que era el trabajo de un héroe ayudar a las personas.
— Sugarman, disculpe la pregunta, pero, sabe usted donde hay algún lugar que este rentado algún cuarto. — Ayaka se animó a preguntarle al héroe, quien encantado de dio unas cuantas indicaciones alguno lugares que había escuchado.
Después de darle las indicaciones Sugarman se despidió de la chica para volver con Backdraft.
Ayaka no tardó mucho en entrar, llegando rápidamente a su habitación coloco las cosas sobre una pequeña mesa que había en la habitación, camino hacía su tía para revisar su estado.
