Parte de una historia sin título

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Dazai no sabe lo que es el amor.

Él, simplemente, no puede comprenderlo. Nunca le había importado entenderlo, no lo necesitaba.

Hasta que sucedió.

Siguiendo el camino de pétalos rosados hasta el baño de la Agencia se encontró con un Atsushi rodeado de abelias y, oh, como desearía ser ignorante por una vez.

Como desearía pensar que tal vez esas flores eran para Akutagawa y ¿Eso no sería maravilloso para su asociación como Nuevo Doble Negro?

Pero no eran para Ryuunosuke.

'Devoción.'

Eran para el.

"Dazai-san."

Osamu no sabe lo que es el amor.

Pero si desea salvar a su obstinado subordinado deberá comprenderlo.

Antes de que sea tarde.

...

Atsushi era ingenuo. A pesar de todo el daño que el mundo le había hecho, seguía confiando lo mejor de las personas. El confía en Dazai.

Y esa confianza será su muerte.

Para Osamu el amor era sólo otra manera de manipular, un sentimiento poderoso como el odio que podía ser moldeado a su antojo. Era como una criatura extraña a la que había aprendido a domar sin conocerla realmente.

Según el articulo sobre 'amor' en wikipedia, aquel sentimiento se podía categorizar en tres ramas principales: El deseo pasional y de intimidad del amor romántico hasta la proximidad emocional asexual del amor familiar y el amor platónico, y hasta la profunda devoción del amor religioso.

Devoción, que palabra más bonita. Según aquel artículo, entonces, Atsushi lo veía como alguna especie de Dios al que idolatrar, no como a una persona a la que amar.

Lástima que las flores en sus pulmones dijeran lo contrario.

"Dazai-san, esto no es necesario..." La voz rota de su joven subordinado debería haberle destrozado el corazón. Debería querer abrazarlo y consolarlo, darle un beso apasionado como en las películas de amor.

Debería, pero no ocurrió.

En cambio, el castaño sonrió falsamente acariciando los ásperos cabellos del albino intentando adquirir un sentimiento del que nunca había deseado poseer.

Atsushi siempre lo sorprendia gratamente, haciéndolo hacer cosas nuevas y extrañas que jamás soño experimentar.

Pero esta vez la vida del más joven corría riesgo.

El hanahaki no tenía cura alguna, su única opción era una cirugía ilegal en casi todo el mundo que eliminaba por completo las emociones del paciente. Después de eso la persona quedaba como muerto en vida, un cascarón vacío de alma que Dazai no deseaba ver en su subordinado. Siendo que no había otra opción más allá de la muerte, Osamu debía corresponder aquellos sentimientos. Si o si.

"Todo estara bien Atsushi-kun. Descansa para que puedas recuperarte pronto así Kunikida nos retara a los dos por estas largas vacaciones." Si, vacaciones. Estas eran sólo unas vacaciones muy largas en las que si Dazai no calculaba bien sus pasos, sólo uno de los dos volvería con vida.

Cuando el más joven le sonrió tristemente antes de volver a dormir entre sus flores, Osamu debería haber sentido amor. En cambio, el doloroso vacío en su pecho le hizo preguntarse no por última vez porque estaba con vida.

...

Tres meses suele ser el mínimo para que dos personas se enamoren correctamente pero pasado sólo un mes Dazai supo que Nakajima no aguantaría tanto tiempo.

Ahora se sumaban a su jardín camelias rosadas, Anhelo, hojas de cedro, Piensa en mi, estrelladas, Despedida, y jacintos púrpura, Por favor perdóname.

Dazai las odiaba a todas y cada una de ellas.

Odiaba que Atsushi se despidiera de él con aquellas flores, odiaba que le pidiera perdón cuando no era su culpa, odiaba no poder amarlo como él lo amaba.

Odiaba no poder hacer nada mientras una de las pocas personas que lo había querido moría entre sus brazos lentamente. De nuevo.

Odiaba no poder salvarlo.

Otra vez, pérdida aquello que no deseaba perder.

Y esta vez, era todo por su culpa.

Debería haber sabido que alguien tan solo y desesperado por amor como Atsushi buscaría aquel sentimiento en la primera persona en tratarlo como a un ser humano.

Pero ese sentimiento que el albino buscaba jamás sería correspondido por su mentor. Él lo sabía. Aquellas flores estaban por algo después de todo.

Y aún así...

"Dazai-san... ¿Puedo pedirle un favor?" El albino dijo tan bajo como un susurro. Después de toser incontables flores, tallos y hojas la garganta de Nakajima estaba casi destrozada, la regeneración del tigre apenas podía mantener su cuerpo funcionado.

Y pronto dejaría de hacerlo.

"Por supuesto, Atsushi-kun." No dijo 'Haría cualquier cosa por ti' porque estaría mintiendo. No podía salvarlo. No podía amarlo. Pero si podía aliviar a aquel joven en sus últimos momentos, haria todo a su alcance para cumplir su último deseo.

"¿Podría... darme un beso?" Los pétalos salieron de los labios agrietados del joven, ya no tenían lugar en sus pulmones para habitar. Se acercaba el final y Dazai sólo podía cumplir su pedido.

Acariciando la mejilla pálida y fría, cumplió el deseo final del joven que lo amaba y unió sus labios en un primer y último beso mortal.

Sabia a sangre, lágrimas, flores y a amor. Era maravilloso. Era desgarrador.

Era tan doloroso que Dazai sintió como si fuera el mismo quien estuviera muriendo en aquella cama rodeada de flores marchitas, como un corrompido ataud.

Cuando las lágrimas desaparecieron de sus ojos, pudo ver por última vez el rostro con vida de Atsushi. Estaba sonriendo y abrio la boca para decir una última palabra que fue tapada por una ultima flor que brotó de aquellos labios marchitos.

Tomo aquella lila amarilla ente sus manos.

"Gratitud."

Incluso en su último momento, pudo expresar sus sentimientos a Dazai. Que amargo era aquel dolor en su pecho. Ese sentimiento que lo acompañaba como una carga pesada desde que el joven le había dicho que lo amaba.

Ese sentimiento que no pudo comprender hasta el funeral de Nakajima donde tosio la primera flor de melocotón.

'Mi corazón es tuyo.'

Ah.

Así que eso era amor.

Lástima que fuera demasiado tarde.

Dazai no comprendía el amor. Y ahora que lo entiende, desearía nunca haberlo hecho.

abandonar es antónimo de manipular || dazatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora