-¿Crees que fue buena idea dejar a Dahana al mando de la UESI?- Zelda removió la cuchara disolviendo azúcar de su taza de té y apartó la mirada del enorme ventanal de la oficina en la que se encontraban para centrarla en su padre.
El hombre estaba sentado en un elegante sillón que le permitía contemplar gozoso el bello panorama de la ciudad capital de Melien debajo de ellos, la ventaja de poseer dinero y recursos le había dado la oportunidad de construir varios rascacielos que le regalaban una hermosa vista. Siempre se había creído superior al resto y verlos desde arriba no hacía más que demostrar su poder sobre el resto.
-¿Dudas de las aptitudes y capacidades de tu hija? Zelda.- Benjamín se sirvió un poco más de té y aspiró el delicioso aroma que este desprendía.
-Nunca pero...- Zelda volvió a mirar el paisaje a través del cristal. -Ella es muy diferente a nosotros, no sé si sea capaz de ser líder.-
-Tranquila, no hay de que preocuparse, sus cortos meses como líder demuestran que es más que capaz de sobrellevar la responsabilidad, además...- El anciano sonrió satisfecho. -La crie para eso, tú la criaste para esto. De entre todos era nuestra mejor opción para seguir levantando el brillo de la UESI.-
-No es así, sabías que mis hermanos podían ser mejores opciones, tenían más experiencia.-
-Pero nunca fueron leales, Dahana moriría y mataría si yo se lo ordeno.-
Zelda hizo una mueca y tomó a siento junto a su padre.
-Nuestro control sobre ella no durará mucho, mientras más alto la pongamos más independiente será y nuestra influencia se irá debilitando, se volverá fuerte y decidirá más por ella misma, no podemos permitir que algo así ocurra.-
-No ocurrirá Zelda.- Benjamín sorbió con cuidado su té. -Dahana seguirá bajo nuestro paraguas, no podrá liberarse de todo aquello que le inculcamos, además... Sigue dependiendo de nosotros, no podrá encontrar a nadie tan fuerte como para guiarla o protegerla tal como lo hacemos.-
-En eso también te equivocas, padre.- Zelda dejó de lado la fina taza de porcelana que aún sostenía intacta. -Hace poco Dahana entregó un reporte sobre el nuevo miembro en su élite, es una joven de su misma edad, su don no se menciona, parece que incluso tiene más potencial que el experimento R513.-
-¿A sí?-
-Sí, de hecho gracias a ella la organización va progresando igual, es bastante cercana a Dahana y parece que su poder e influencia sobre ella rivaliza con la nuestra.-
El hombre hizo una mueca.
-Manda una orden para que la ejecuten.-
-Ya lo hice.- Zelda suspiró. -No quiero que ella nos arranque a Dahana.-
-Entonces problema resuelto.-
-Me gustaría que fuera así, sin embargo...- Zelda tomó una tableta colocada en la mesa, tecleó rápidamente algo en la pantalla y luego mostró un video grabado por cámaras de seguridad. -Mandé tres escuadrones de veinte asesinos cada una, los acabó a todos sin necesidad de usar las manos.-
Benjamín observó en silencio aquella grabación, prestaba atención a cada detalle, tal parecía que el don de aquella joven era inhumano, sacado del mismo infierno quizá, porque de otra manera no encontraba explicación al porque era tan peligrosa y letal.
-¿Qué sabemos de esta... Chica?-
-Prácticamente nada.- Zelda buscó otro archivo en su dispositivo. -En el informe Dahana ni siquiera da su nombre completo.-
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ND Una danza de asesinas
Novela Juvenil"-Ella solo te está ocupando, así que, déjame ofrecerte un trato... Trabaja para mí y todos tus crímenes serán perdonados, no solo tendrás la protección de la UESI sino también la mía.- -Ajá... ¿Yo para qué mierda quiero trabajar para una mocosa mim...