(En el reino de la oscuridad...)
Malefor ganaba más fuerza cada segundo.
"Sabía que los negocios de Blagden se irían a la ruina..." pensó Malefor, sin darle mucha importancia a su esbirro caído, "No importa, cumplió su trabajo como receptáculo y obtuvo una cantidad considerable de maná de tierra. Solo faltan dos y podremos entrar a la siguiente fase..."
Una risa desquiciada, como la de un loco, le habló:
"¿Cuándo será mi turno, Malefor?" se rió uno de sus generales, "No sabes lo impaciente que estoy para jugar a la muerte..."
"De acuerdo, si tanto quieres asesinar. Te daré una misión: en el congelador de Dante, unos dragones están intentado aumentar sus poderes. Ve allá y liquídalos a todos... llévate a los espectros de los simios"
"Esos inútiles no sirven para nada..."
"¿Cuánto deseas asesinar?"
La risa de ese dragón oscuro se hizo más clara.
"Bastante" respondió ello, "Estuve años en ese manicomio y quería volver a salir..."
"Entonces, usa esa ira en tus látigos" le dijo Malefor, "Con eso tu ejército ganará fuerza y debilitarás a tus enemigos..."
"Eso es estupendo..." dijo mientras desaparecía en la oscuridad.
"En caso de que falles, serás el cuarto receptáculo de la oscuridad..." pensó Malefor, "Cada uno de ustedes es un pilar de oscuridad que me brinda oscuridad y tú tienes bastante..."
(De vuelta, en el congelador de Dante...)
El ataque ya había comenzado: espectros de simios, montados sobre gárgolas atacaban ferozmente el lugar. Por fortuna, los dragones de hielo apoyaban en la pronta reconstrucción de las torres o las murallas de hielo que caían, volviéndolos más sólidos. Para contratacar, los dragones de hielo lanzaban picos de hielo mientras que los topos usaban las catapultas con enormes bolas de nieve. Por el momento, se resistía.
En las murallas varios dragones guardias continuaban la feroz lucha. En un momento de respiro, uno de ellos de dijo a otro:
"Frost. Hemos mantenido a raya al ejército oscuro en la barrera exterior, creo que podemos durar un poco más. Pero, no sabemos cuánto más se podrá. Eh... ¿dónde está el maestro Cyril?"
"En la puerta de la Cueva del reflejo" explicó este, "Los jóvenes dragones que han entrado allí aún no han superado su prueba y quiere recibirlos cuando salgan. Me ha puesto a cargo hasta entonces"
"¿Aún no? Rayos, ya han pasado cuatro horas desde que llegaron..."
Pero terminaron de hablar pues, en el límite de la barrera exterior, había aparecido simios espectrales montados en gárgolas. Si bien eso no era lo preocupante, sino quien los guiaba: era un dragón negó con varias cicatrices en el cuerpo y en el rostro, llevaba rastros de algún tipo de ropa blanca (para los que no conozcan las camisas de fuerza) y su cara reflejaba a la de un lunático (por no decir 'loco' de frente).
*Este es el 'Domador', gracias a la idea de kionlove *
"Vamos mis esclavos" se reía mientras latigueaba a los espectros, "Es hora de causar varias matanzas"
Latiguear a sus esbirros era más que darles motivación: cada latigazo parecía darle más y más poder oscuro, lo que significaba que ese Oscuro era una especie de fuente para los ejércitos. Y eso no era lo peor:
"¡Descarga fotónica!"
(En el interior de la cueva...)
(PoV de Nina)
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La Leyenda de Spyro, La Última Guerra
FanfictionTodo parecía haber terminado... pero eso solo era el principio del final. Spyro, sus amigos y familia deberán hacer frente a una última guerra contra el maestro oscuro, quien necesita energía de emociones negativas para recuperar su cuerpo, ¿tendrán...