Capítulo 1
Normalmente, Yoongi no era alguien que juzgaba a una chica caliente por probar algo nuevo en la cama, oye, que era un chico de veinticuatro años con mente abierta y una conducta sexual sana, pero pensaba que era totalmente razonable pedir alguna advertencia antes de que una chica con la que estaba conectando le metiera un dedo en el culo.
—Whoa, ¿qué haces? —dijo con una sonrisa, mirando a la rubia desnuda entre sus muslos.
La vista era fantástica, la curva de su cintura y trasero le estaba haciendo agua la boca, pero el dedo mojado en el culo de Yoongi lo tenía demasiado espantado como para apreciar completamente la vista.
Sana dejó de chupar su polla el tiempo suficiente para sonreír y decir.
—Relájate. Tal vez te guste. A mi ex le gustaba tener un dedo en el culo durante una mamada. Dijo que se sentía más intenso.
Yoongi sacudió la cabeza riendo.
—No estoy en ese tipo de cosas, bebé…
Ella torció su dedo y Yoongi vio las estrellas, su cuerpo se convulsionaba mientras dejaba escapar lo que probablemente fue una mezcla entre un grito y un gemido. Él se corrió, y se sintió desorientado, su cuerpo temblando de placer. Cuando Yoongi finalmente fue capaz de enfocar su mirada de nuevo, se encontró con Sana mirándolo con una mirada de asombro en su rostro.
—Wow —dijo débilmente antes de sonreír—, no estás en eso ¿eh?
Yoongi se sonrojó, sintiéndose incómodo, avergonzado y asustado, por lo que rápidamente les dio la vuelta y se hundió en ella hasta que se olvidó incluso de su propio nombre, y más importante... de ese incidente. Después, cuando la puso en un taxi y se dio una larga ducha, Yoongi trató de no pensar en lo que había sucedido. No era un gran problema. No lo era.
* * *
—Ya suéltalo
—¿Qué? —dijo Yoongi dentro de su vaso de cerveza.
—Tienes algo en mente —dijo Kim Taehyung —. Suéltalo.
Yoongi bajó su cerveza y miró a su mejor amigo a través de la mesa antes de pasear su mirada alrededor del pub.
—No sé lo que estás hablando, hombre.
Silencio.
Suspirando, Yoongi volvió a mirar a Taehyung, que se limitó a levantar las cejas, expectante. A veces Yoongi odiaba lo bien que Taehyung lo conocía.
Como que, eran camaradas y todo, pero apestaba ser un libro tan abierto para Taehyung. Siempre le había molestado a Yoongi, en el pasado cuando iban a la escuela secundaria juntos, que Taehyung nunca había comprado su mierda cuando Yoongi alardeaba sobre sus conquistas. Taehyung siempre se burlaba con esa mirada molestamente divertida en los ojos, cada vez que Yoongi... exageraba las cosas un poquito.
Era molesto que todavía no pudiera mentirle a Taehyung ni una mierda, incluso luego de todos estos años. No era como si vivieran inseparables hoy en día. Ya no iban a la misma escuela: Taehyung estaba en la escuela de derecho, mientras que Yoongi no se había molestado con la Uni luego de la sexta aplicación, había decidido trabajar en el pub de su familia en cambio. Tenían diferentes amigos en estos días, diferentes intereses y todo.
Pero que mierda. Kim Taehyung seguía siendo su mejor amigo. Eran camaradas de por vida; Yoongi lo sabía.
No habían perdido el contacto incluso en el año en que Yoongi había vivido con sus abuelos en Los Ángeles. Cuando había regresado a Seúl, su amistad era tan sólida como siempre. Yoongi había sido la primera persona con la que Taehyung había salido del closet, la persona en que Taehyung había confiado más. Como que, aunque realmente ellos no hablan sobre sentimientos, ya que no eran niñas, pero ambos sabían que se cuidaban la espalda el uno al otro, sin importar qué.
Razón por la cual Yoongi estaba considerando la posibilidad de compartir su problema con Taehyung.
Lamiéndose los labios, Yoongi se quedó mirando a su mejor amigo con incertidumbre.
Taehyung le devolvió la mirada, sus ojos grises expectantes.
—¿Recuerdas la pajarita rubia con la que salí hace unos días? —dijo Yoongi.
Taehyung tomó un sorbo de su cerveza, pero había algo de curiosidad en sus ojos ahora. Taehyung sabía que Yoongi no se enganchaba con sus ligues ocasionales. Yoongi ligaba un montón; era fácil, divertido y sin complicaciones, lo cual era básicamente su lema de vida.
—¿La que estuvo manoseándote la polla en la pista de baile? —dijo Taehyung.
—Sí —dijo Yoongi, inclinándose hacia atrás en su asiento con una sonrisa.
Taehyung resopló.
—Sácate esa estúpida sonrisa. Pareces un idiota. Uno más grande de lo normal.
—Las chicas que se van a casa conmigo todas las noches, claramente no están de acuerdo contigo, y lo siento, su opinión es la que cuenta.
Taehyung se rio.
Es jodidamente adorable que realmente pienses que follan contigo a causa de esa sonrisa idiota. Agradece a tus padres por tus genes. Ese es el único motivo por el que logras follar. Aunque, personalmente, no veo el encanto.
Yoongi rodó los ojos. En privado, él siempre pensó que Taehyung exageraba un poco todo ese asunto de... no encontrarlo atractivo. Era un poco insultante, de verdad. No era algún tipo de gilipollas homofóbico. Taehyung debería saberlo ya. No iba a salir gritando si Taehyung admitía que Yoongi era caliente, objetivamente hablando.
Como que, Yoongi era perfectamente consciente de ser un poco vanidoso, pero era por una razón, ¿de acuerdo? No era su culpa que a las mujeres les gustara tanto. Era un tipo bien parecido, en forma objetiva. Tenía un bonito cabello rubio oscuro y ojos azules. Las chicas enloquecían con sus ojos… lo cual, a decir verdad, Yoongi no entendía, pero lo que sea.
—Mis padres no me dieron estos bebés —dijo Yoongi, acariciando su abdomen.
Taehyung —el culo— se rio.
—¡Por favor! No me digas que llamas “bebés” a tus abdominales. Por favor.
—Oh, vete a la mierda —dijo Yoongi, pateándolo por debajo de la mesa—. Desearías que tu cuerpo fuera tan sexy como el mío —Bueno, para ser totalmente honesto, Taehyung estaba tan en forma como él. En realidad, eran exactamente de la misma altura y de contextura similar. Taehyung podría o no tener mejores brazos, pero Yoongi no iba a admitir eso en voz alta. Nunca.
—Cierto —Taehyung descartó rodando los ojos—. Entonces, ¿qué pasó con esa chica rubia? ¿No pudiste hacer que se corriera o algo?
—Vete a la mierda. Deberías saber que la hice gritar — Yoongi bajó la mirada hacia su cerveza—. Fue sólo que... ella hizo algo... fue extraño y un poco asqueroso, pero no puedo dejar de pensar en ello ahora —lanzó una mirada hacia Taehyung y lo encontró con el ceño fruncido.
—¿Algo? — dijo Taehyung.
Yoongi sintió que su cara se ponía caliente.
—Como… que ella puso un dedo en… en mí.
Silencio.
—¿No te gustó?
—No… sí… yo —Yoongi gimió, incapaz de mirarlo a los ojos—… Me gustó, hombre. Ese es el problema. Nunca llegué tan duro. No puedo dejar de pensar en ello ahora, y está jodiéndome la mente. ¡No soy gay! ¡Sabes que no lo soy!
—Yoon.
Yoongi se obligó a mirarlo.
Taehyung tenía una expresión de incredulidad en el rostro.
—Te das cuenta de que los tipos homosexuales no son las únicas personas que pueden sentir placer por la estimulación anal, ¿verdad? En realidad, a algunos tipos homosexuales ni les gusta. Un dedo en el culo no te hace insatisfactorio de algún modo, hombre. Mucho menos intenso —miró a Taehyung implorante—. Eres gay… Lo entiendes, ¿verdad? gay, imbécil.
Yoongi exhaló.
Taehyung tenía razón. Taehyung lo sabía mejor. Taehyung era en realidad homosexual. A diferencia de Yoongi.
—Pero —dijo, mordiéndose el labio—. El problema es que me tiene mal… la cosa dedo. Ni siquiera puedo pajearme sin sentir que algo falta. Me follé una chica super caliente ayer y se sintió… no sé.
Taehyung lo miró con extrañeza.
—No realmente, en realidad. No soy —Se pasó los dedos por su negro pelo con una sonrisa irónica—… No es lo mío, Yoon.
Yoongi parpadeó.
—Pero eres gay —Se sentía casi traicionado. Se suponía que Taehyung era la persona que lo entendería.
Taehyung le dio una mirada algo taimada.
—Como dije, no a todos los homosexuales les gusta — Se encogió de hombros—. No hace mucho por mí. No vale la pena la molestia. Creo que mi próstata no es tan sensible. Pero parece que la tuya sí, así que felicidades. Disfrútala.
Yoongi lo miró con incredulidad. ¿Disfrutar?
—¿Estás bromeando, hombre? ¿Ese es tu consejo?
Taehyung se rio entre dientes.
—¿Qué tipo de consejo quieres? Compra algún buen lubricante y prueba con tus dedos.
—Mantén la voz baja, maldición —dijo Yoongi, con el ceño fruncido dentro de su cerveza. Hasta sus orejas se sentían calientes—. Soy un hombre heterosexual. Los hombres heterosexuales no hacen eso.
Taehyung exhaló con fuerza.
—Dios, eres un idiota. ¿Dime por qué somos amigos de nuevo? Tengo amigos mucho más relajados.
Yoongi se golpeó la rodilla contra la de Taehyung.
No mientas —dijo, sonriendo—. Soy tu mejor camarada. Todos tus amigos del colegio de abogados de lujo son aburridos y horribles. Y soy totalmente el mejor copiloto que un gay pueda desear.
Taehyung resopló.
—No recuerdo que nunca fueras mi copiloto. No necesito un copiloto al que arrastrar de todas formas.
—¿Por qué crees que levantas algo cuando salimos juntos? Los homosexuales te ven con un tío caliente como yo y piensan que no eres el perdedor que realmente eres.
—Sí —dijo Taehyung secamente—. debe ser eso.
—Oh, no me jodas.
Cayeron en un silencio agradable. Yoongi echó un vistazo hacia la barra, pero no parecía que Hoseok necesitara ayuda. Hoseok era nuevo, pero no era la hora pico. Él debía estar bien.
—Lo digo en serio, amigo —dijo Taehyung, haciendo que Yoongi volviera a mirar hacia él—. Consigue un buen lubricante y pruébalo. Si se siente tan bien como dices, te debes a ti mismo el probarlo. Si se trató de un golpe de suerte, no hay daño. Si no fuera así, bien por ti. Ponerte un dedo en el culo no te hará gay —Taehyung resopló y levantó las cejas— ¿Salvo que estés inseguro sobre tu heterosexualidad?
Yoongi entrecerró los ojos.
—Que te den. No estoy inseguro —Era cien por ciento hétero. Taehyung lo sabía mejor que nadie.
Recostado en su asiento, Taehyung lo miró por sobre el borde de su vaso de cerveza.
—Entonces hazlo. ¿Qué tienes que perder?
Más tarde esa noche, Yoongi se quedó mirando el techo de su habitación, jadeando como si acabara de correr un maratón, su polla gastada, sus dedos todavía enterrados en su culo, su cuerpo aun hormigueando luego del orgasmo más intenso de su vida.
No podía esperar a volver a hacerlo.
Y otra vez, y otra vez, y otra vez.
—Mierda —susurró.
Era todo culpa de Taehyung.