Dicen

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Dicen que los mejores poetas son aquellos que tienen el corazón roto.
Veamos si tienen razón.

Prometo escribir con el corazón en la mano.

He perdido los días desde que te fuiste, desde que dejaste un vacío roto en mí, desde que hiciste polvos mi corazón, él cuál habías curado.
Es una de las peores sensaciones que he sentido.
Tú, que parecías lo más cercano al amor sincero,
y me pregunto si hemos estado juntos en el momento equivocado.
¿Es que me dejaste de querer de la noche a la mañana? ¿Es que la cagué tanto joder?
Te prometo que quise cambiar, pero fue tarde.
Para ti.
Para mí.
Para los dos.
Y nuestro amor.
Supongo que ya no se puede hacer nada, pero me atrevo a decir que si sigo así, es porque realmente me sigues importando.

Porque te necesito como al aire.
Te necesito.

Sé que no eras para tanto y yo no era para tan poco.
Sin embargo, te sigo queriendo por el simple hecho de haberme hecho feliz.

Una enamorada empedernida.
Y de ti.

Porque serás el más tonto.
El más infantil.

Pero que yo me lanzaría una y mil veces a la piscina vacía por ti.
Porque yo te prometí estar en las buenas y en las malas, aunque no me hables, ni yo tampoco, cumpliré mi promesa.
Estás pasando por fases, me haces daño, te lloro todos los días, pero soy lo más estúpido que puede haberse fijado en ti, y por ese hecho, te esperaré.
Porque no te olvido aunque me arranque el corazón.

Hasta que te des cuenta cariño.
Hasta pronto querido.

Memorias de una empedernida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora