Gavriel.
Cuando me reencontré con Alexia, vine a cumplir mi promesa esa que le había hecho años atrás cuando nos conocimos. Cuando un Sokolov tiene algo en la cabeza, va por ello por todo y así fui a Chicago por mi Reina, por Alexia Soul, mi mujer y la reina de la mafia roja.
Hemos pasado de todo juntos, cada día nuestra relación se hace más firme y sólida, ella tiene el respeto de toda la Bratva, mi sobrino Sasha el día que encuentre a su reina la tendrá bastante difícil, porque será complicado querer superar a mi esposa que se ha consagrado como una de las mejores reinas de la mafia rusa.Como digo con Alexia creamos de todo juntos y con ello vinieron nuestros hijos amados, Alik y Adrik, mis primogénitos. Yo pensaba que me las sabía todo y eso no era cierto, sobre todo cuando esos dos terremotos manipuladores llegaron a mi vida. Soy un padre baboso por sus hijos, pero a la vez bastante estricto con el tema de su educación o sobre todo su entrenamiento, son posibles herederos de mi trono y quiero que cada camada que se convierta en el Rey de la mafia roja supere al que estuvo anteriormente.
Los Sokolov tenemos un renombre, un respeto y eso debe seguir siendo siempre.
Alexia no quería más hijos, con los gemelos alcanzaba, pero ambos nos entró a picar la curiosidad de lo que sería ser padres de una niña, fue un sueño que tuvimos en la cabeza y nos pusimos en marcha para cumplir con ello.
Cuando me enteré que mi esposa estaba embarazada de nuevo, no pude ocultar mi felicidad y la añoranza de que sea una niña. Fue complicado sobre todo manejar mi ansiedad, quería saber con urgencia que era, pero se hizo esperar hasta que la doctora nos confirmó que si era una niña.Seré padre de una niña.
— Gavriel — murmura mi esposa.
— ¿Sucede algo mi reina? — pregunto cuando me acerco a la cama. Recién llegaba de una reunión que había tenido con Odik y Sasha. Mi sobrino eligió el camino que todos esperábamos, sería mí sucesor en un par de años, el próximo líder de la Bratva, estaba orgulloso de su decisión y sobre todo del hombre en que se estaba convirtiendo, cada día se notaba más su presencia dentro de la mafia, no era el único que lo notaba, eso solo significaba que sin dudas será un grandioso rey de la mafia roja.
— No me estoy sintiendo bien, creo que debemos ir a la clínica — contesta apoyando su mano en su gran viente de treinta y ocho semanas.
— ¿Tú dices? ...
— Tengo contracción, en medida cantidad y espaciadas, no rompí fuente, pero no me siento cómoda quedándome en casa — acota tratando de levantarse de la cama.
Con cuidado me acerco a ayudarla, la tomo entre mis brazos para cargarla y así llevarla al baño. Cada gesto de mi mujer me daba indicios que no se estaba sintiendo bien y el dolor empezaba a ser más intenso.
Este era su segundo embarazo, completamente diferente al que vivió con los gemelos, pudo estar más activa y relajada. Ahora al parecer nuestra niña llegaría al mundo y será un gran desafío comenzar a cambiar pañales de nuevo después de cinco años, los gemelos ya iban a la escuela, estaban en otro etapa, lo que significaba que debíamos empezar repartirnos para no faltar en ninguna etapa de nuestros hijos.Definitivamente debía hablar con Gauss, no entiendo como él y Danna, pueden organizar su tiempo como pareja y a la vez controlar a sus cinco hijos, sin volverse locos en el intento. Debía buscar consejos de personas experimentadas para no fallarles a ninguno de mis tres hijos, se que los padre podemos cometer errores, pero la verdad que yo no quería cometer ninguno con ellos, son lo más importante de mi vida.
Nunca imaginé ser padre y ahora lo sería de tres niños, mi legado lo llevarían ellos por completo.
— Gavriel — murmura mi esposa mientras la subo a la camioneta.
— Como lo practicaron en diez minutos en la clínica — le ordeno a Antonily, mi guardaespaldas.
— Si, señor — declara.
Antes de subir definitivamente al vehículo, cargo las cosas de Alexia y la bebé, hablo con la nana de los gemelos para avisarles que nos íbamos a la clínica, que volveré a buscarlos así conocen a su hermana en un par de horas.
— Gavriel — me llama Alexia cuando subo al fin a la camioneta que rápidamente se pone en marcha.
— ¿Estás bien? — consulto besando sus labios.
— Lo estoy, solo tengo una suave molestia — sonrie para tratar de tranquilizarme. — Parece que se invirtieron los papeles, tu estás nervioso y yo de lo más tranquila — acota divertida.
— Sabes cuando se trata de tí o los niños todo cambia — comento suspirando.
Estaba más nervioso de lo usual, eso debía reconocerlo.
— Estaremos bien, no te olvides que tu princesa es una Sokolova y ninguna es débil sino que todo lo contrario, somos fuertes y letales — dice provocando que una gran sonrisa se forme en mi rostro.
¿Cómo no amar cada día más a mí esposa?
Ella es lo mejor que pudo pasarme en la vida, primero llegó ella y luego coronamos nuestro amor con nuestros hermosos hijos.
Alexia es mi cable a tierra, la mujer de mi vida y todo es más fácil si ella siempre está a mi lado.
— Te amo, mi reina — digo al robarle un ferviente beso
— Te amamos, ruso cavernicola — murmura sobre mis labios.
Como estaba estipulado y coordinado llegamos a la clínica en menos de diez minutos, aunque mi esposa no quería igual la baje sobre mis brazos, una camilla ya nos esperaba la doctora Marlene.
— ¿Cómo está señora Sokolova? — le pregunta la doctora.
— No rompí la fuente, pero las contracciones si son intensas — responde.
Mi mujer no terminó de decir eso que justo en ese momento se escucho algo que se rompía y la camilla se mojaba indicando que ahora si había roto la fuente. Sin decir nada más la doctora la lleva a una habitación correspondiente para realizar algunos exámenes, Alexia tenía cinco centímetros de dilatación así que solo teníamos que esperar que ella continúe con su trabajo de parto.
Tres horas después con los nervios de punta, mi esposa había alcanzado su objetivo.— Gavriel — jadea sosteniendo con fuerza mi mano.
Ella hace el último intento y todo se queda en silencio en el preciso momento en que el llanto de nuestra hija se escucha en todo el recinto.
Mi niña, mi princesa.
— Señor Sokolov haga los honores — me habla la doctora al alcanzarme unas tijeras. Por inercia camino a ella, mis ojos se quedan fijos en la pequeña que no dejaba de llorar, sigo la indicaciones que me dan para cortar el cordón umbilical y sonrió cuando colocan a mi princesa en mis brazos.
— Audrey — murmura mi esposa emocionada cuando apoyo a nuestra hija en su pecho.
— Bienvenida a nuestra vida, Audrey Sokolova — musito besando los labios de mi reina.
Audrey Sokolova, mi princesa, nuestra amada hija.
Es uno de los días más felices de mi vida, mi niña ya estaba con nosotros y vaya que el mundo debía empezar a prepararse porque otra niña Sokolava llevaba para dejar en claro lo fuertes, peligrosas y letales son las mujeres de mi familia.
La Bratva tenía una nueva princesa y debíamos festejar a lo grande su llegada.
* Cómo extrañaba al ruso cavernicola y su reina.
Tenemos una nueva princesa en la Bratva. 😍
¿Qué les pareció el extra?
De a poco empezaré a subir extras de SAP, habrá de todo y a esperar que cuando menos lo esperen los seguiré sorprendiendo con ellos.
Nos vemos pronto ❤