Ellos y yo nos pusimos a llamar a los timbres de la gente que vivian cerca de ese puerto, para preguntarles si se oían ruidos extraños, todos nos decian que se oía un pitio que te hacía meterte en un profundo sueño, pero uno no dijo se oye el zambullido de las olas y el canto de una bella mujer que se mete en tu mente y deja en un estado de perdida de conocimiento. Paso un día y me levante y vi una cosa en la noticias, un hombre muere ahogado en el mar, y también leí otra que informa de una extención de escamas de un pez de especie insistente en todos los puertos de Costa Rica