pero mi hermano sí

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Notas su agarre contra tu trasero, pegándote lo máximo posible a él. No hay ningún tipo de separación entre vuestros cuerpos. Puedes sentir su larga y dura longitud rozar contra tu coño ya húmedo, haciendo que el deseo se apodere de ti.

Deja besos descuidados por tu cuello, mientras con una mano sigue pellizcando tu trasero y con la otra te agarra de la cabeza echándola para atrás, para así tener una mejor vista de tus clavículas, a las que llena de chupetones y mordiscos. Jadeas al notarle sobre tu piel sensible.

Te quita rápidamente el vestido, dejándote solo con un sujetador y unas bragas. Se aleja de ti para observarte mejor, produciendo que tus mejillas se sonrojen. Se relame los labios sin apartar la vista.

"Qué bonita eres cuando te pones tímida" deposita una mano delicadamente encima de la mancha de tus bragas "Hasta parece que no eres una pequeña puta desesperada"

Gimes cuando comienza a bajar sus besos por tu pecho, agarrando con su boca uno de tus pezones ya erectos para lamerlo lentamente, provocándote una ola de placer. Notas sus fuertes manos apretar cada vez con más fuerza sobre tu trasero, hasta el punto en el que ya estás sintiendo los moratones que tendrás mañana, lo que hace que tu deseo aumente.

Ahora mismo solo quieres que sea más duro contigo. Que te posea. Que esté dentro de ti. Que te obligue a hacer todo aquello que te da vergüenza pronunciar pero que tantas noches te imaginaste. Que te humille y se ría de tu estupidez e inexperiencia. Tus pensamientos revolotean mientras deja tu culo tranquilo para volver a rozar tu coño que no deja de palpitar.

"¿Sabes?" murmura contra tu oreja "Me gustaste desde el primer momento. Pero que mi hermano se haya obsesionado contigo hace que me gustes más" puedes observar como se le escapa una sonrisa muy distinta a la que tiene siempre. "Me gusta lo prohibido"

Lentamente comienza a bajar tus bragas. Cierras las piernas instintivamente.

"N-no mires" tienes la cara completamente roja. Siempre te ha dado mucha vergüenza sentirte tan expuesta a alguien. Tu inseguridad es demasiada.

Te calla con un beso sorprendentemente dulce para lo bruto que suele ser.

"¿Por qué no debería de mirar ese coño tan bonito que tienes?" introduce un dedo en tu coño para sacarlo completamente mojado y llevárselo a la boca para lamerlo delante tuya. Te obliga a mirarlo mientras lo hace.

"Sabes muy bien, pequeña zorra" lleva su dedo a tu boca para que lo chupes, lo que haces sin rechistar. "Eres muy bonita. Y muy frágil... voy a destruirte"

Agarrando uno de tus pechos, usa su mano libre para introducir de nuevo su dedo dentro de tu vagina.

"Mírame" te ordena "Quiero ver esa cara de puta que tienes. Quiero ver tu expresión cuando ruegues por mi polla."

Sus palabras te calientan aún más, si eso es posible, y solo jadeas a modo de respuesta. Un escalofrío te recorre de pies a cabeza cuando introduce un segundo dedo dentro de ti, mientras frota tu clítoris. Sus dedos entran y salen de ti rápidamente y cada vez estás más cerca.

"M-más rápido" tu cabeza está completamente nublada y no puedes pensar con claridad. Solo puedes mover tus caderas para sentirle más dentro de ti, golpeando tu punto.

"¿Cómo se piden las cosas?" dice mientras frena su ritmo provocando tu frustración. Gimes por lo mucho que te palpita el coño. Por lo mucho que necesitas correrte ahora mismo.

"P-por favor" le miras desesperadamente "por favor, haz que me corra"

Parece que dijiste las palabras mágicas, ya que comienza a frotar con su pulgar tu clítoris cada vez más rápido y con más destreza, consiguiendo que apenas no puedas sostenerte sobre tus pies, teniendo que apoyarte sobre él, que te agarra del cuello para pegar tu espalda a la pared.

Estás hecha un desastre y de tu boca solo salen gemidos cada vez más altos. Te cuesta respirar y no hay parte de tu cuerpo que no esté sintiendo escalofríos en este momento.

"M-me... me voy a..." pero no te da tiempo a terminar la frase porque justo en ese momento llegas a tu punto. Tus dedos de los pies se retuercen y liberas todo de ti

Los ojos de Smiley observan tu cara con lujuria, y el ver como te deshaces hace que su erección cada vez le moleste más en el pantalón. Sus dedos están llenos de tu líquido y no hay nada que le parezca más atractivo que verte así. Sonrojada y ahogada en gemidos.

Roza sus dedos por tus pliegues mojados antes de dejar tu coño y levarlos a tu boca; boca que te obliga a abrir, aunque tampoco es que puedas poner mucha resistencia en este momento. Te los mete muy dentro, y lentamente los chupas sin apartar tu mirada de la suya.

"Pf" jadea el chico al ver como lames sus dedos con tu propio flujo. Su pantalón parece a punto de explotar, y ya tiene el calzoncillo mojado, por lo que decide terminar de desabrocharse, para sacar su larga polla fuera.

Observas con hambre el líquido preseminal que sale de su longitud y piensas en lo muchísimo que quieres que moje tus labios. Cuando estás a punto de hacer un movimiento, Smiley te coge de la cabeza y te arrastra abajo, para posteriormente agarrarte del pelo.

"Harás lo que yo quiera" te dice desafiantemente "el que decide soy yo" y sin dejarte tiempo a responder introduce su miembro en tu boca hasta que este toca el fondo de tu garganta.

Cuando lo saca, toses, dejando escapar saliva de tu boca.

"¿Qué pasa pequeña puta? ¿Acaso esto es demasiado para ti?"

Vuelve a introducir su polla en tu boca con la misma rapidez de antes, pero esta vez sin dejarte tiempo a respirar, haciendo que te den arcadas que intentas reprimir lo mejor posible.

Escuchar sus gemidos te gusta y te calienta a partes iguales, por lo que en un momento en el que parece relajar su agarre sobre tu pelo, le escupes en la polla, para después lamer lentamente y en círculos sobre su punta, lo que hace que el chico jadee más fuerte.

"Así me gusta. Que me demuestres lo sucia que eres" su burla hace que tu coño vuelva a palpitar desenfrenadamente. Y él se da cuenta. "Pareces tan tímida... eres tan callada... y resulta que te gusta que te humillen eh, pequeña zorra" dice mientras te agarra fuerte del pelo, obligándote a mirarlo.

"Abre la boca" sus palabras son autoritarias y su tono es grave. Obedeces sin rechistar. Cada una de sus órdenes solo hacen que tu coño se moje un poco más.

Mirándote fijamente, acerca su rostro al tuyo, para después escupirte en la boca.

Tragas, sin apartar la mirada, y él te sonríe.

"Buena chica" sisea mientras vuelve a introducir de nuevo su pene en tu boca.

Intentas cogerle el ritmo a sus embestidas hasta que sientes como tiembla y todo su líquido te llena. Te lo tragas y abres la boca sacando la lengua para demostrárselo.

Él te felicita agachándose para darte un beso que sabe a él.

Y cuando estás a punto de decir algo, ves como se gira y golpea el botón que anteriormente había pulsado, haciendo que el ascensor comience a ascender de nuevo. Unos segundos es lo que tardáis en llegar a vuestro piso, y cuando la puertas se abren, Smiley sale, parándose únicamente un momento fuera para mirarte.

Estás tirada en el suelo, sin bragas ni ninguna pieza de ropa encima salvo los zapatos y completamente mojada. Tienes el pelo enmarañado y tu frente está sudorosa.

"Será mejor que te vistas rápido" ríe "No vaya a ser que algún otro vecino te vea así. Yo no soy muy celoso, pero mi hermano sí" y con estas, pulsa el botón de la planta baja antes de marcharse por el pasillo.

Lo último que ves antes de que se cierren las puertas del elevador es su pelo rizado.

un poco de sal [Angry/SmileyxReader +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora