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La tensión se cierne como una niebla densa, atrapando a Arthur en una danza incesante entre los recuerdos que lo persiguen y las verdades esquivas. En el silencioso aposento de terapia, sus palabras resonaron, suspendidas en el aire como el eco lejano de un juramento no cumplido.

⎯No debería haber discutido contigo ese día, papá. Mi rabia... mi orgullo...

La sala de terapia se impregna de un silencio denso mientras las confesiones de Arthur flotan como sombras proyectadas en las paredes. El terapeuta observa con atención, pero la respuesta a esa declaración parece evadir incluso al propio Arthur, quien lucha por desentrañar el nudo de remordimientos y conflictos entrelazados.

En la mente de Arthur solo revivía la escena de aquel fatídico día.

(10 años antes)

El crujir de las llantas sobre la carretera nevada resonaba en la cabina del auto mientras Arthur, un joven de mirada inquieta, compartía el espacio con su padre. Las ventanas empañadas atestiguaban el gélido invierno que abrazaba el paisaje exterior. La charla sobre el trabajo de su padre se desenvolvía como una fina capa de hielo, frágil y a punto de quebrarse.

—Me encuentro inquieto sobre trabajar en tu empresa, papá. Hay cosas que quiero hacer por mi cuenta.

—(ignorando la preocupación en la voz de Arthur) ¿Entonces colaborarás conmigo, hijo? Necesito tu ayuda.

Arthur, nervioso, observa cómo su padre aumenta la velocidad del vehículo, sintiendo la ansiedad crecer con cada kilómetro recorrido.

—(incierto) Papá, vas muy rápido...

El padre, absorto en su propia visión, no presta atención a la advertencia de su hijo.

—Insisto, Arthur. Tu ayuda es crucial para el negocio. Necesito que estemos juntos en esto.

Las luces del camión que se aproxima destellan en la distancia. La preocupación se refleja en los ojos de Arthur mientras el vehículo acelera imprudentemente.

—(levantando la voz) ¡Papá! No trabajaré en tu empresa porque no es lo que quiero. No quiero seguir los mismos pasos que sufriste.

El rostro de su padre refleja sorpresa y decepción antes de que la tragedia se desate.

—Papá, yo... ¡Cuida-

Un estruendoso impacto interrumpe las palabras de Arthur, el mundo se torna caótico. El camión, como una fuerza imparable, colisiona con el lado del conductor del auto. El sonido de metal retorcido y cristales quebrándose llena el aire mientras la realidad se desintegra en una mezcla de caos y desesperación.

El camión, impasible ante el impacto, permanece en buen estado, pero el automóvil de Arthur y su padre está deformado, con el lado del conductor completamente aplastado. Testigos del accidente llaman rápidamente a los servicios de emergencia, mientras el tiempo parece ralentizarse para Arthur y su padre.

Las palabras de Arthur quedan suspendidas en el aire, ahogadas por la irrupción de la tragedia. El auto, antes un espacio de diálogo y conflicto, ahora es un amasijo de metal retorcido. La muerte ha llegado sin piedad, dejando al joven Arthur inconsciente con un rostro ensangrentado y un brazo roto.

La madre de Arthur, desconociendo el destino que le aguarda, recibirá la noticia con el corazón destrozado, y la vida de la familia Hotman se desgarrará irrevocablemente en ese fatídico instante de invierno.

Meses tras el accidente, la sombra del pasado sigue acosando a Arthur, pero no solo en los recuerdos del accidente. La relación con su madre se ha vuelto un tormento psicológico y físico, tejido con hilos de culpa y desesperación.

Mi Pequeño TrastornoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora