Capítulo 12

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XVIX

Desde ahora no más secretos

Eso fue lo que se prometieron entre los estantes con libros viejos, en un susurro que convenció a todos sobre la sinceridad de las palabras. No más mentiras, ni secretos entre ellos, no más misterios. Cualquier cosa que ocurriera era asunto de los tres, ni una excepción a tan valiosa regla ¿y si no era cumplida?

—Se llama Chifuyu— Confiesa Baji ante la mirada atenta de sus dos amigos. La oscuridad había consumido la ciudad hace pocos minutos, y ellos seguían despiertos, bajo el resguardo de la biblioteca con las luces apagadas, manteniéndose seguros solo con una lámpara en medio de los tres. —Tiene un niño pequeño llamado Naoto.

—¿¡Después de lo que pasamos con esos niños oscuros!?— Grita Takemichi olvidándose del tenebroso eco que producían las paredes. —Baji, fue peligroso. ¡y nosotros ni siquiera estábamos enterados!

—¡lo se! ¡pero Naoto es diferente! Él nunca...

—¿nunca te comería? ¿Él nunca te mataría a pesar de que es un oscuro?— interrumpió Mikey con fastidio. —Es un oscuro, no hay que tener compasión de ellos, esas cosas solo saben matar y acechar.

La mirada de Mikey es pesada sobre él, esperando a que solo baje la cabeza y acepte su error, pero Baji no lo hace, se mantiene de frente procesando todo lo que jura que ocurrió, recordando la voz de Chifuyu diciendo su punto de vista.

Los oscuros solo mata humanos ¿eso es algo bueno? Quizás no para ellos, pero los animales pueden vivir tranquilos mientras soporten el frio, ellos pueden correr por las calles en medio de la oscuridad sin preocuparse de las bestias gigantes. ¿debería decirle eso a Mikey? quizás no, porque después de todo son parte de esa minoría afectada por los oscuros.

Sin embargo, Naoto no seria capaz de matar a una persona, si, él lo vio comiéndose el cadáver de una mujer, aun así dudaba de que el pequeño hubiera sido el causante de la muerte, él solo estaba alimentándose. Y aunque se escuchaba mal aun tratando de minimizarlo Baji defendería al niño con todos los argumentos que tuviera.

—Naoto...

—¡Deja de darle un jodido nombre a un oscuro!— Baji y Takemichi retroceden, tal vez por la sorpresa de escuchar la voz de Mikey tan profunda. —No me importa si tomaste el té o jugaste a las muñecas con esas jodidas bestias ¡Esas cosas deberían ser quemadas y desaparecer, incluso sus maldita crías!

Mikey tiembla, sus delgadas manos meciéndose casi imperceptible ante los ojos atentos de ambos chicos. No es por el enojo del momento, tampoco es por el poco frio que se siente dentro de la biblioteca. El rostro enrojecido del menor es cubierto por su brazo derecho, dejando la tensión de lado y poniéndose de pie para caminar hasta su cama, recostándose sin decir más.

Takemichi y Baji se miraron en silencio, manteniendo una extraña conversación, un debate mudo que se dividía entre ir y hablar con el menor o solo dejarlo descansar. Takemichi fue el que tomó la decisión, caminando hasta la cama de Mikey y sentándose a un lado, seguido por Baji.

—Déjenme dormir— murmura el menor con el rostro metido entre las almohadas.

—¿estás bien?— Pregunta Baji, notando que el leve temblor sigue ahí. —No has dejado de temblar.

—No hablemos de eso hoy, estoy cansado.

—Tenemos que hablar de eso hoy— Insiste, negándose a dejar el tema por el temor a que después sea evadido o postergado. —Si algo te ocurre...

—Baji, algo ya ocurrió, y no quiero recordarlo.

Takemichi se quedó sin palabras, mirando a Baji con insistencia esperando a que él continuara para no dejar la duda suspendida en el aire.

Oscuro [Bajifuyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora