Capítulo 3/Parte 2

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El chillido de unos frenos aerodinámicos avisó a ________ que había llegado el autobús. Guardó el diario en su mochila a las apuradas, se puso de pie y desenterró del bolsillo de sus jeans el cambio justo que tenía preparado para pagar su pasaje. Ése era otro tema que la fastidiaba: tener siempre a mano las monedas para el dichoso transporte.

En lugar de bajarse en la parada que quedaba en la puerta del Hogar, esperó la siguiente, ubicada frente al bar. Cruzó la calzada corriendo, empujó las pesadas puertas de vidrio y abrió. Se sentó en uno de los bancos y miró a su alrededor, buscando a ''Crawf'' si...ya le había puesto apodo.

El lugar estaba casi vacío. Algunos clientes ocupaban un par de reservados y también había un hombre inclinado sobre su periódico, al otro lado del mostrador.

Crawf entró por unas puertas vaivén que estaban detrás de la barra. Llevaba una pila de bandejas llenas de vasos. ________ no pudo contener el impulso de mirar el movimiento de los potentes músculos de sus brazos. Sólo esperaba no haberse puesto demasiado en evidencia. Pero le sobraba media hora y no había muchas formas de matar el tiempo en ese lugar.

Sacó su libro de francés, lo abrió y trató de concentrarse en la conjugación de los verbos. Imposible. Crawf la distraía demasiado. Con disimulo, lo espió de reojo mientras descargaba las bandejas sobre el mostrador de atrás. Cuando se volvió para acercarse a ella, ________ bajó la vista automáticamente.

― Hola ― la saludó. Sacó su anotador y el lápiz. ― ¿Qué vas a tomar?

― Una Coca. –Se quedó contemplando su espalda mientras trabajaba. Con movimientos firmes y seguros, llenó el vaso con hielo picado. Luego lo colocó debajo de la máquina expendedora. Parecía tener mucha confianza en sí mismo.

Se volvió y colocó la bebida frente a ella.

― Gracias.

Él le sonrió.

― No vives aquí. ― Fue una afirmación, no una pregunta.

________ desenvolvió la pajita y la deslizó dentro del vaso.

― Vivo en el este.

''Con calma ________ ― se dijo ―. Tranquila.''

― ¿Qué haces por aquí, entonces?

― Trabajo como voluntaria aquí enfrente. Pero mi turno comienza a las tres y media.

― ¿Voluntaria? ¿Te refieres al Hogar, a Lavender House?

________ sonrió.

― Sí. ¿Te sorprende?

Crawf se encogió de hombros.

― Me pareces muy joven. Eso es todo.

― Tengo diecisiete ― dijo, ganando cada vez más confianza. La mirada de él delataba que estaba impresionado. ________ decidió hacer un nuevo avance. ― Además, creo que debemos ayudarnos unos a otros, ¿no?

― Claro. ― Crawf tomó la cafetera y vertió un poco más de la humeante bebida en la taza del hombre sentado en el extremo de la barra, quien le agradeció entre dientes. ― Pero yo, entre el trabajo y la escuela, ayudar al prójimo es un lujo que no puedo darme. Con esto no quiero decir que esté mal lo que haces. Al contrario, me parece maravilloso.

― Te hace sentir bien ― acotó ________.

― Sí, lo sé. Nosotros también aportamos nuestro granito de arena. Henry, el propietario de este lugar, a veces me pide que vaya a llevar un pastel o una Tarta al Hogar. No es mucho, pero al menos colaboramos. Algunos pacientes vienen a tomar café. Si no estoy muy ocupado, les doy charla o jugamos una partida rápida a los naipes.

― Es muy amable de tu parte. ― Apuró un sorbo de Coca. ― ¿A qué colegio vas?

― Landsdale JC. Espero poder ir a Santa Barbara después de eso ― dijo él ―. ¿Cómo te llamas?

― ________. ¿Y tú? ― preguntó ella, aunque ya lo sabía.

― Crawford Collins. ― Le obsequió una amplia sonrisa. ― Supongo que te veré muy seguido por aquí. Ah… Con respecto al otro día, en el autobús.

― ¿Qué?

''¡Demonios! Se acordó. Ahora creerá que soy una idiota.''

― Oh, no es nada.

Mientras él atendía un cliente y a otro, conversaron hasta que ________ tuvo que marcharse. Se enteró de que Crawf vivía con su madre viuda, que estudiaba en la universidad y que aspiraba a convertirse en psicólogo algún día. Notó que había despertado interés en él. Lástima que no tuviera auto. Pagó la cuenta y pensó que, si empezaban a salir juntos, tal vez sus padres se apiadaran de ella y le devolvieran su licencia de conducir.

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NO ME OLVIDES (Matthew Espinosa y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora