¿Amigo o Imperial?

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Una pena muy grande era que Doug McArthur, si algo aborrecía, era dar explicaciones. Más aun a antiguas gerentes del equipo al cual había traicionado para irse a uno que se alineaba con los intereses "enemigos".

Aparte, lo que menos importaba en ese escenario era él.

—. ¿¡Te secuestraron!?

—. Sí—. Se paró sola, Doug bastante ocupado pensando en sí mismo—. Creyeron que era una gerente imperial.

—. ¿Les dijiste que no?

—. Les dije... pero me dijeron que me matarían, así que les dije que sí y me subí al ferri.

—. Entonces no es secuestro—. Razonaba—. Si les mentiste y encima subiste voluntariamente al ferri-. Ignoraría completamente la parte de que lo hizo porque la amenazaron—. Sería más acertado decir que estás infiltrada. Gracias al cielo no te atraparon...

Se preocupa por mí, sabía que tenía corazón; pensaba una Rosie conmovida e inconsciente total de que Doug agradecía al cielo porque no necesariamente estaban queriendo información de miembros oficiales del Raimon.

Salvado por los pelos nomás. Y hablando de pelos, Rosie tenía los suyos tan enredados con ramitas y hojas que en verdad lucía harapienta.

—. No sabes cómo me alegra haberte encontrado. Salgamos de aquí juntos.

—. Rosie, yo no voy a ninguna parte—. Se soltó del agarre de la chica, sacudiéndose el polvo que le había pasado. Encima ahora notaba como Rosie tenía una herida a la altura de la rodilla que podía infectarse en cualquier momento. Qué pena me da... ¡Que no me haya preguntado por mi uniforme nuevo! Mira como me queda, Rosie, literal, ¿Estás ciega? Es más, ni siquiera me preguntaste como ando. Lo mínimo que podrías hacer para compensar esta falta de respeto a tu superior es que intentaras tomarme una foto con mi nuevo-Oh, ya lo estás haciendo.

—. Te quedan muy bien esos colores—. Sonreía amable, aunque muy en el fondo pensaba que estaba como mucho "meh".

—. Gracias —. Esta vez se sacudió el flequillo con frescura, feliz de que aun su encanto natural hipnotizase a las chicas de un club del cual ya no era parte—. Bueno, adiós.

—. ¿Qué? —. Incluso al exclamar palabras, Rosie manejaba una voz tan suave que los "¡!" se hacían invisibles.

—. No me pueden ver contigo, me meterás en problemas. Creerán que ambos somos infiltrados y quien sabe que me harán si creen eso.

—. No puedes dejarme sola—. Exclamaba—. Tú eres veterano del Raimon, tienes que cuidarme.

—. Ya no estudio en el Raimon—. Decir eso le había sabido demasiado bien—. Por ende no estás bajo mi cargo.

—. Pero-

—. Apapa, sin peros. Quizá no te diste cuenta, pero estoy de su bando ahora.

—. ¿Y por qué no me entregas? Dado que ahora estás con los malos...

—. Porque—. ¿Qué sonaba mejor? "Me da paja" o "Literal quiero pasar desapercibido" —. Que estuvieras en peligro me quitaría el sueño—. Literal me tendrían horas preguntándome de qué te conozco y así no me dejarían dormir.

—. Doug...—. Le tomó otra foto para ocultar sus mejillas coloradas—. ¿Aunque sea sabes cómo salir de aquí?

—. Me parece que hay un ferri al otro lado de la isla... no sé, este lugar es raro.

¿¡Rosie es una Imperial!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora