Capítulo #1

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Y aquí estoy, en un año más, por dicha es el ultimo, ya para el próximo no tendré que verle la cara a este montón de idiotas que no saben hacer más que contar chistes malos y machistas.

Me presento mi nombre es Alisa y tengo 17 años, vivo en Alemania, exactamente en Berlín, suelo ser esa típica chica que pasa desapercibido de los demás; aunque me entere que me consideran una de las mas linda del instituto, y no mentiré tengo un cuerpo lindo, mido al rededor de 1.60, mis curvas son notables, soy de tez clara y mi cabello es color café, mis ojos son color miel igual a los de mi madre.

Mi madre y mi padre se la suelen pasar de viaje o ocupados en sus trabajos desde que tengo memoria no recuerdo a ver pasado mas de una semana junto a ambos. Mi madre me escribe todos los lunes para preguntarme que como estoy, y mi padre me llama pero muy poco, la verdad no diré que los extraño, crecí sin ellos y a este punto no me hacen falta.

Mamá suele decirme que tengo que mejorar mi actitud y que tal vez así tendría amigos pero no es algo que me importe, todos son una bola de ignorantes que no saben lo que hacen, así que prefiero pasar mis días sola total ya me acostumbre.

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Estaba en el patio del instituto admirando el cielo que estaba un poco nublado, a decir verdad me gusta este clima, cuando me entere de que las clases habían comenzado hace 5 minutos.

Genial- pensé, llegaría tarde de nuevo y odio llamar la atención.

Corrí lo mas rápido que pude para llegar, de seguro el profesor no había llegado todavía y no me pondrían una sanción.

Subí dos pisos corriendo, porque si, mi instituto no era para nada pequeño. Llegue al aula y antes de abrir la puerta me di cuenta que me tocaba con el profesor Albert y a decir verdad este señor me odia y yo a él.

Decido pasar y cuando abro la puerta todos giran hacia mi.

-Señorita Müller, que sorpresa verla por acá, tiene un nuevo record- dijo con ironía y miro su reloj.- Solo 10 minutos tarde, ¿que le parece?- juro que lo odiaba.

-Perfecto no cree- conteste con el mismo tono de ironía que el.

Me volvió a ver con cara de odio y de cansado por mi actitud, me hizo una señal para que entrara estaba a punto de entregarme el papel que significaba mi sanción cuando sentí a alguien de tras de mi, me gire y vi a un chico alto talvez, de unos 1,84, su cabello era de color blanco lo mas probable es que se lo hubiera pintado, sus ojos eran de un color negro profundo te podías perder en ellos, era de tez clara y estaba lleno de tatuajes, tenía un cigarro en su mano al cual le dio una ultima calada y tiro al piso, y lo aplasto con su pie. Después de darle un recorrido con la mirada a toda la clase se giro hacia el profesor el cual le dijo.

-Señor Hoffmann, que sorpresa, pensé que no llegaría- se giro para tomar otro papel y se lo dio.

-Aquí tiene su sanción- le dijo con una amplia sonrisa en su cara.

No entiendo, que es que a este señor le gusta repartir sanciones por todo.

El chico llamado Hoffmann tomo el pape lo miro y después simplemente lo arrugo con su mano derecha y lo echo en el bolsillo de su pantalón, miro al profesor y le dijo.

-¿Ya me puedo sentar entonces? no quiero presentaciones.- se podía escuchar cierto todo de irritación en su voz.

Albert simplemente le contesto un si, y me extendió el papel con mi sanción con una sonrisa, lo tome y lo arroje a la basura ya estaba harta de eso papeles me miro con decepción y me dijo.

-Siéntese ya señorita Müller.- así que eso hice, y me senté en el ultimo asiento de la fila en una esquina.

Tengo que admitir que el tal Hoffmann es guapo y su pinta de chico malo lo hacia aun mas atractivo. Gire hacia el y me percate de que me estaba observando, me dio una sonrisa de medio lado un tanto escalofriante pero linda, y de inmediato quite mi vista de la suya.

Cuando regrese mi mirada al frente el profesor Albert estaba poniendo su nombre en la pizarra. Se volvió y dijo.

-Bueno creo que ya podemos dejar de mirar al señor Hoffmann, ¿no creen?, y prestar atención a la clase- y era cierto todas las chicas de la clase lo miraban como si se tratara de la persona mas atractiva del mundo. Todas dejaron de verlo y prestaron atención al profesor.

-Bien quiero que sepan que para este año en química trabajaremos en grupos de dos- todos gritaron de emoción hasta que el profesor dijo- Pero seré yo quien elija los grupo- en ese momento todos comenzaron a abuchear. Yo no hice nada sin embargo odiaba trabajar en grupo prefería trabajar sola.

-Dichos grupos los eligire en la próxima lección ya que por lo que veo hacen falta tres compañeros, ahora por el momento pueden copiar lo que esta escrito en la pizarra que es un pequeño comunicado que tiene que venir firmado por sus padres, luego se pueden ir- dicho esto se dirigió a su haciendo, y cuando se sentó me miro y me dijo- Tu no Müller, no es necesario te puedes retirar.- y bueno es que ya todos saben que mis padres pasan fuera de el país o de la cuidad entonces les hacen llegar estas cosas por mail. Decido tomar mis cosas e irme pero cuando voy a comenzar a caminar escucho como Kate la chica mas detestable de este instituto medio susurra.

-Huérfana.-a lo cual sus amigas rieron, echando humo por su comentario que me dice desde el primer día de instituto, decido sacar el chicle que traía en mi boca y cuando pase por su lado se lo pegue en su cabello, y comenzó a gritar, me percate por un segundo que el tal Hoffmann me estaba mirando pero no le di importancia, sonreí victoriosa por mi linda acción y salí por la puerta de la clase diciendo un "Hasta luego señor Albert" el cual me miro con cara de cansado y me dijo "Me tiene que decir Vogel señorita Müller" y salí por completo de la clase.

El día transcurrió con normalidad hasta que tocaron el timbre de salida a las 2:00 p.m.

De camino a casa me llego a la mente el tal Hoffmann, el chico se veía un tanto misterioso, podría agradarme, aunque no pienso hablarle.

Cuando llegue a casa subí a dejar mis cosas a mi habitación, y baje para ver que había de comer.

Me encontré con una nota de Marie que decía "me tuve que ir temprano hoy cariño, te deje spaguetti tu favorito, te quiero, besos." deje la nota a un lado y me dispuse a buscar mi almuerzo.

Marie era la señora que limpiaba la casa algunos días a la semana le tenía cariño siempre estaba ahí para mi. Cuando mi almuerzo ya estaba listo lo tome y subí a mi habitación para comerlo ahí.

Termine de comer y puse un poco de música y comencé a ordenar un poco mi cuarto que estaba un tanto desordenado, cuando termine me puse a ver una película y así acabe mi día.

Efímero💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora