PRINCIPE

733 59 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


DESCENDER DEL PRINCIPE

ORIGEN DEL GUARDIAN DEL OCTAVO NIVEL INFERNAL "FRAUDE"

Pocos son los recuerdos que mantengo de Lucifer, mi padre. Y quien, en su mayoría solo eran alguna clase de holograma que me condenaban a realizar tareas para probar mi determinación como futuro heredero. No podría comparar mi preparación con algo en concreto porque toda mi vida la pase en esta dimensión de fuego.

Ser el hijo de una persona como mi padre me enseñó a formar de la manera más vil y poco considerado mi carácter. Mi completo descenso al mundo de los caídos comenzó con su primera "prueba" de sumisión ante él. Tenia cinco años en ese momento, el cual nunca olvidaré.

Granny, la persona encargada de cuidarme había mantenido en mí una idea errónea de lo que realmente conllevaba llevar la sangre de él. Quizás lo hizo para hacerme olvidar la clase de dimensión donde nos encontrábamos. "Un padre amoroso, considerado y sobre todo, que le importaba". A esa edad, cualquier niño era ingenuo y creía en la bondad de sus progenitores, incluso la ilusión que Granny, la demonio encomendada a cuidarme solía narrarme para hacerme creer en el poder del amor y fuerza de un primer beso.

Mucho tiempo creí que mi padre no era del todo un ser depreciable, pero era obvio que su ausencia en mi vida solo me hacía subestimar su real cara. Yo no hacia la diferencia. Pero si representaba su único medio para clarificar su poder. El octavo circulo había sido diseñado para mí, como un refugio y hogar que durante mucho tiempo solo habitamos mi cuidadora y yo.

Tan diferente a los demás paramos, mi creación había sido el reflejo de un lugar en apariencia normal, donde no había llamas y según Granny, era parecido al sitio donde había vivido mi madre.

– Matala. – miré la paloma entre mis manos y los gritos de Granny en el otro extremo. Unos demonios la estaban sosteniendo para evitar que llegara a mí. Mis lagrimas caían sobre mis pequeñas y regordetas mejillas.

– Papi no quiero. – intenté apelar al corazón de ella me dijo, el hombre frente a mí poseía. Pero solo encontré intensos ojos azules no mostrar alguna clase de compasión.

– No estoy para tus malditos lamentos Amon, hazlo. No voy a repetirlo. – la tierra crujió por su evidente enojo.

Era la primera vez que veía a mi padre y no había salido como imaginé, a los cinco años estaba frente a un holograma. Su amenaza esta allí así que tenía que elegir.

– Hazlo o de lo contrario ella muere. – sabia que Granny no era mi madre, pero era la única persona cercana a excepción de Jimin, el jinete que vestía extraño y traía juguetes nuevos cuando visitaba mi circulo. – Si realmente eres mi hijo, esta clase de sentimentalismos debes de olvidarlas, no dejaré que alguien de mi sangre sea un maldito débil. – aventó mi cuerpo al pasto. – Una maldita decepción. – el dolor que sentía mi corazón fue lo suficientemente poderosa para incinerar entre mis manos a dicho animal. Y no solo eso, sino revelar esa parte oscura de mí que yacía dormida.

Siendo joven e inexperto, el poder con el que había nacido era tanto que era difícil de controlarlo. Así que esa primera experiencia había sido suficiente para él. Su circulo había quedado en su mayoría destruido. Y los demonios que sostenían a Granny y alrededor estaban sin vida. Yo había hecho todo eso.

– Perfecto. – no dijo otra palabra, se dio la vuelta y su holograma se perdió.

Después de aquello experimenté lo que implicaba vivir en el infierno. Los entrenamientos empezaron, las practicas del control de mi poder eran extensas y las torturas cada día, junto a los años eran más.

Hasta que cumplí la mayoría de edad, estaba lo suficientemente corrompido para tomar el mando de la dimensión de mi padre. Mi reputación se iba fortaleciendo porque ya no era el niño ingenuo. Ahora la bestia había desarrollado todo su potencial dentro de mí, y Amon, el príncipe de la oscuridad se posicionaba como el ser mas poderoso de la dimensión. Recuerdo mi preparación para desfilar en el camino de fuego. Desnudo y con las llamas más puras del inframundo quemando mis pies, el dolor ya no lograba doblegarme. Los ojos de los jinetes que alguna vez Granny me contó asistieron a mi presentación como el primogénito de su señor Lucifer, me veían con respeto e inclinaban sus símbolos como señal de obediencia.

– Ego Amon filius peccatum, victor et mundos legitimus ab inferno. (Soy Amon, hijo del pecado, conquistador de mundos y legitimo gobernante del infierno). – inclinando sus cabezas toda la sociedad importante del infierno me reconoció como su líder.

– Nisi infernum, nisi majora.( Salve el infierno, salve Amon.)

FALLEN  | LIZKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora