Sanji no podía dormir, las ansias de un cigarro lo consumían y la necesidad de tranquilidad luego de un mal sueño lo inquietaban. A pasos lentos salió del camerino a que le diera el aire, donde se encontraba el chico de cabellos verdes con una botella de sake en mano mirando el cielo.
--¿Tampoco puedes dormir, Sanji? -Preguntó cautelosamente el chico, girando su cabeza en dirección al de las cejas rizadas, quien llevaba escrito en su cara pasotismo.
--Que raro que tu no puedas, Zoro.
--¿Verdad? Sentí la necesidad de estar despierto, hice bien, el cielo está precioso.
--Cierto, hoy tiene más colores -Zoro asintió sonriendo, para luego dar un buen trago al sake.
--¡Agh, está realmente frío! -Rio el peliverde.
--Ten cuidado no bebas sake frío de golpe, te dolerá la cabeza.
--¿Te preocupas por mi? Que considerado, Sanji.
--No te burles, idiota. No es que me preocupe por ti, es porque si tienes que morir que no sea culpa de la comida, o bebida.
--Puedes simplemente reconocer que te has preocupado por mi, no me burlaré, sería tierno...
--Gilipollas. -Masculló el rubio antes de tumbarse en la hierba del barco a observar el amanecer, la risa de Zoro mezclada con la de Sanji hizo la más bonita de todas las melodías para luego dar paso a un silencio para nada incómodo, dejando como partitura final una obra de arte. La primera de todas que crearían los dos chicos juntos.
Era curioso, siempre era un domingo a las seis y media de la mañana cuando los dos se encontraban, daba igual el país donde estuvieran, siempre era el mismo día a a misma hora cuando se encontraban para mirar el cielo, beber y fumar juntos; porque aunque no lo quisieran reconocer, la compañía del otro hacía las notas más bonitas. El que pudieran pasar una madrugada más juntos daba magia, porque había tranquilidad y comodidad con el otro, porque si se dormían tumbados mirando al cielo no había ninguna burla, todo era paz, juntos todo era como el paraíso que los dos buscaban.
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--Hay una fiesta organizada en el barrio de Onigashima, ¿Vamos? -Preguntó Luffy, un amigo en común de los dos, una mañana.
--Si hay sake por mi se puede ir, ¿Cuándo dices que es la fiesta? -Preguntó Zoro comiendo la tostada que Sanji le había preparado para desayunar.
--Empieza el sábado a las once y media de la noche y acaba de madrugada por ahí las siete, la fiesta es en el barrio de Onigashima pero es en casa del amigo de Luffy, Yamato. --Contestó la pelinaranja, Nami.
--A las siete de la mañana... -Sanji miraba a Zoro; aunque ninguno de los dos dijera nada adoraban pasar las madrugadas del domingo juntos, para ellos se había vuelto algo común, ese día les quitaba su normalidad, eran notas nuevas en la partitura, notas que los artistas no querían tocar.
Zoro pudo notarlo, en ese momento, como Sanji quería que la melodía siguiera igual, como Sanji quería seguir pasando las madrugadas al lado del peliverde, a su lado.
--¿Porqué la fiesta es hasta las siete? Si se puede saber claro -Dijo mientras comía Law, el mejor amigo de Sanji y pareja de Luffy. --Es que me suena raro una fiesta en una casa con tiempo límite, a todas las que fui duraban lo que durara la gente o hasta que viniera la policía.
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6:30 a.m - zosan
Short StoryEran las seis y media de la mañana la primera vez que Zoro y Sanji hablaron con tranquilidad. Eran las seis y media de la mañana la última vez que Zoro y Sanji pudieron dirigirse la palabra. -- todos los derechos de los personajes que participan en...