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Pov. Johnny

Ser el único de tus amigos totalmente libre de ocupaciones universitarias era aburrido. Tanto Doyoung como Jaehyun aún seguían en la universidad, incluso su hermano menor, Ten. Realmente estaba aburrido.

Me quedé en el sofá mientras miraba a la nada pensando que hacer. Esperar a los demás a que se desocupen tardaría demasiado y muy probablemente estén demasiado ocupados como para pasarla con él.

Ahora él estaba solo y no sabía que hacer.

Suspiré cerrando los ojos tratando de descansar un poco, así mataba el tiempo más rápido. A veces me preguntaba como es que me aburría tanto ahora, antes podía distraerme con cualquier cosa y pasar un día de lo mejor.

Relajé mi cuerpo para dormir de una vez, justo antes de conciliar el sueño unos golpes en la puerta de la entrada sonaron. Ignoré eso, traté de volver a conciliar el sueño, pero volvieron a tocar. Me levanté al tercer intento y abrí la puerta con desgano. Nada. Saqué un poco la cabeza mientras miraba de un lado a otro y nada.

No había nadie.

Fruncí el ceño levemente y volví al sofá para volver a intentar dormir. Antes de cerrar los ojos, unos golpes sonaron en la puerta de mi habitación. Alguien estaba tocando la puerta de mi habitación. Extrañado, subí hasta el segundo piso para dirigirme a mi habitación. Los golpes pararon apenas me acerqué a mi habitación. Me volteé para irme a la sala, pero volvieron a tocar en mi habitación.

Abrí la puerta rápidamente esperando algo, pero nada pasó. Miré desconcertado a la nada por un buen rato ¿qué demonios fue eso? ¿quién estaba tocando la puerta de mi habitación?

Sacudí mi cabeza levemente, cerré la puerta y caminé en dirección a las escaleras de la planta baja. Una vez en la sala, me senté en el sofá y nuevamente cerré los ojos.

Uno, dos, tres, cuatro golpes se escucharon por toda la casa. Cinco, seis, siete y ocho golpes fueron los que sonaron con menos potencia. Nueve y diez son los que se escucharon que fueron tocados con ferocidad y rabia. Todos venían de una misma dirección, el sótano.

Oh, el viejo y olvidado sótano. Desde que se había comprado esta casa nunca revisó el sótano en su totalidad. Siempre fue un miedoso con ese viejo lugar de la casa, nunca le transmitió confianza.

Y ahora sabía por qué.

Tragué con lentitud, mi respiración se volvió irregular y mis manos sudaban demasiado ¿quién demonios hacía ese ruido? estaba más que claro que no iba a bajar a ver.

En un atisbo de valentía me acerqué a la puerta que llevaba en dirección al sótano. Toqué de vuelta esperando una respuesta, una que no tardó en llegar. Tocaron la puerta tres veces, está vez con un tono algo sutil.

Corrí lo más rápido que pude a mi habitación, me encerré en ella y me metí bajo las cobijas tratando de protegerme de lo que sea que estuviera ahí abajo. Cerré mis ojos fuertemente, escuché mi celular sonar, lo tomé y contesté la llama sin ver quién era.

Leves susurros se escuchaban del otro lado de la llamada, sollozos y lamentos también. Con temor, traté de contestar:

— ¿a-aló?

Un silencio abrumador siguió después de eso, tragué duramente esperando algo.

...Abre la puerta del sótano — canturreó alguien concon un tono de diversión.

Colgué inmediatamente esa respuesta fue dada, definitivamente no iba a bajar en un buen rato.



Escuché el sonido de unas llaves chocar y luego el de una puerta abriéndose y cerrándose, alguien había llegado. Froté mis ojos despacio y miré la hora en mi celular, eran las 9:40 pm. Vaya, sí que había dormido demasiado. Esperé un momento a que la persona que había llegado haga un ruido o algo.

— Johnny, ya estoy en casa.

Oh, era Ten.

Salí de mi habitación para ir a recibir a mi hermano. Al llegar a la sala lo pude ver alimentando a Louis y León. Me le quedé mirando por un buen rato.

— ¿Qué? ¿Pasa algo? — se volteó a mirarme con duda.

— Oh no, no pasa nada.

— Entonces ¿por qué me miras como si hubieras visto un fantasma? — rió bajito— ¿acaso te asustaste mientras no estaba?

Recordé lo que había pasado hace unas horas, tragué duro.

— No te burles, solo me sorprendió que vinieras temprano.

— Terminé a tiempo, así no te dejaba solo — suspiró—, además Seulgi se encontraba ocupada con su bebé y no quería molestarla.

— Paras demasiado tiempo con ella.

Ten me miró mientras cerraba levemente los ojos.

— Sabes que está sola, su madre no está en Corea y no hay nadie quien la ayude con su bebé — ladeo la cabeza— hoy no quería molestarme, así que me dijo que no la ayudara por hoy.

Mordí el interior de mi mejilla, lo que él decía era verdad.

Me paseé por la cocina buscando algo para comer, no ví nada y me volteé para ver a Ten.

— Oye, no hay nada para comer.

— Pediré algo, tú pagas.

Chasqueé lala lengua en reproche, él se río.

Caminé hasta sentarme en el sofá, agarré el control y prendí el televisor. Comencé a pasar los canales aburrido, nada parecía interesante. Tiré mi cabeza hacia atrás, hasta que ví a Louis totalmente atento a la puerta del sótano.

Se veía curioso, lo miré fijamente esperando algo. Maulló fuertemente, una, dos, tres veces, hizo un sonido raro ¿acaso no le gustaba ese lugar?

— Eh, Ten, tu gato está actuando raro.

Ten asomó su cabeza a la sala viendo a Louis.

— Hey, Louis— se acercó lentamente— ¿acaso hay algo ahí que te moleste?

Louis miró a Ten y volvió a ver al sótano, esta vez maulló más fuerte.
Inmediatamente recordé lo que pasó hace horas ¿y si Louis sentía algo?

Dudé en decirle a Ten, pero...¿qué podría perder diciéndole?

— Oye, yo...— Ten me miró— hace unas horas, escuché como alguien o algo golpeaba la puerta principal — tragué despacio— después la de mi habitación y...al final la del sótano...

Ten frunció el ceño, me veía como si dijera algo incoherente.

— ¿Y fuiste a revisar que era?

— Sí...no había nadie ahí.
Ten me miró asustado.

— ¿Estás seguro que no fue tu imaginación?

Moví mi cabeza en negación.

— Oye, no me asustes de esta manera.

— ¡Te juro que lo escuché y yo mismo fui a ver! ¡No había nada ni nadie ahí! — relamí mis labios y respiré rápidamente— pero...no fui hasta el sótano.

— ¿Acaso te da miedo?

— Oye, a tí también te da miedo, no fastidies — Le lancé una almohada que estaba en el sofá— nunca revisamos totalmente esta casa, así que...

La misma almohada que le lancé a mi hermano chocó con mi cara con fuerza, me quejé y él estaba riendo.

Iba a reclamar, pero lo dejé así. Volvimos a escuchar al gato maullar y arañar la puerta del sótano.

Los dos lo miramos con duda y temor, si había algo ahí realmente no querían saberlo.

Nos miramos mutuamente y como si de telepatía se tratara nombramos a la misma persona que nos ayudaría con esto.

— Jaehyun.

ㅡ𝙉𝙤 𝙗𝙖𝙟𝙚𝙨【Johnil】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora