📖CINCUENTA Y CUATRO📖

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-déjelos pasar... ¿Eres nuevo, verdad?

Para mi sorpresa y la de los presentes, la mismísima Reina Historia apareció en aquel instante.

-¡su majestad! - comentó el soldado enseguida - si, su majestad, recién comencé a trabajar hace un mes aquí...

-bueno, entonces lo dejaré pasar, pero recuerda que los héroes de Paradis pueden pasar cuando lo deseen - le reprendió Historia con seriedad - el palacio está abierto para quienes lo merezcan...

-si, su majestad, perdóneme, su majestad - respondió el hombre con gran lealtad.

El soldado nos dejó pasar y con dejarnos hacerlo me refiero a que abrieron las rejas que nos separaban de Historia. La rubia nos sonrió y espero a que llegáramos a ella.

-Comandante Levi - dijo ella con respeto.

-su alteza - le dijo mi padre con respeto y un poco de sarcasmo bien escondido.

-y la cabecilla del gran trío problemático de la nueva generación - me dijo Historia divertida, se acercó a mí y me revolvió el cabello. - ¿a que debo el honor de su visita? Más la tuya, a Ymir le molestara saber que haz venido sin avisarle...

Ymir era unos años mayor que yo, pero dado a que nuestros padres siempre se reunían la conocía bien y sin duda alguna el hacerlo me había dado el título de “la cabecilla del gran trío” (conformado por Carla, Kikyō y yo) y era de la nueva generación porque los originales problemáticos habían sido Mikasa, Armin y Eren.

-vinimos a entregarte el informe de Ami - respondió Levi sacando los papeles de su portafolio.

-oh, no espere que estuvieran listos tan pronto - comentó Historia recibiendo los papeles.

-dijiste que eran urgentes, además Ami insistio en entregarlos lo mas pronto posible, esta muy interesada en lo que hagas con esa información - le explico Levi.

-bueno, lo sabrán en unas semanas, aún lo estoy planeando con Jean y la verdad el tema requiere privacidad - comentó Historia, con lo último me lanzó una mirada rápida.

Lo entendía, no tenía porque ofenderme, aún era solo un niño y aquel era un tema de adultos.

-le avisaré a Ami entonces - acepto Levi. - eso era todo.

-muchas gracias - le dijo Historia con una sonrisa y luego me miró - espero que vuelvas pronto, a Ymir les gustara verlos.

-en unas semanas regreso a la escuela, así que vendré más seguido a la ciudad - le dije emocionado.

-bien, hasta entonces - aceptó la rubia.

Nos despedimos de la Reina y la vimos seguir su camino hasta el palacio, seguramente hiba llegando de su visita al orfanato (uno de los pocos proyectos de Historia con los que mi padre estuvo de acuerdo).

Después de salir de nuestra breve visita, volvimos a las ruidosas calles de la ciudad, en específico recorrimos las calles hasta el área comercial, donde haríamos las compras.

-a la próxima traeré a Ami aunque sea arrastrando - se quejo Levi entre dientes cuando hibamos llegando al distrito comercial.

-si tanto les molesta venir a Ciudad, ¿por qué no sólo vamos al pueblo más cercano a la casa? - había tenido esa duda rondandome toda la mañana.

-porque lo que le gusta a tu madre no lo encuentra en el pueblo, solo aquí puede comprarlo - explicó Levi buscando entre sus bolsillos la lista de que Ami le había dado.

-debí suponerlo - dije resignado.

Mi madre era algo especial con las compras, debería ser exactamente lo que pedia de lo contrario no lo aceptaba, quizá era por sus genes de comerciante. Quizá si la historia no hubiera pasado, ella ahora seguiría en la ciudad subterránea, subiendo de vez en cuando para abastecer el local de su familia.

Seguí a Levi de un lado a otro por toda la avenida llena de comercios, buscaba por todos lados lo de la larga lista de compras; yo le ayude con algunas bolsas y el llevaba a otras. Era toda una hazaña el estar haciendo las compras con el, también era extraño, pero ya era algo.

Tardamos una hora buscando todo, para cuando terminamos ya habíamos recorrido todo el distrito comercial y ambos teníamos cara de fastidio por el recorrido. Hibamos camino a la estación del tren, cuando de la nada Levi se detuvo.

-espera aquí un segundo - me ordenó y entró a una tienda.

Deje las bolsas que yo llevaba en el suelo y observe el letrero del lugar: “Floristería Rose and Freedom”. Mi padre salió a los pocos minutos con un ramo de crisantemos, los favoritos de mi madre.

-listo - anunció y reanudó la marcha sin dar explicaciones.

Sonreí mientras tomaba las bolsas de nuevo, me emocionaba ver que Levi había pensado en mi madre y le llevaría flores, pese a que tan solo una hora antes se había quejado sin piedad de ella.

El camino a casa fue más corto de lo que espere, tanto la espera por el tren como el propio viaje en el pasaron en un parpadeo. Estaba comenzando a anochecer cuando llegamos a la estación de la casa.

-bienvenidos, ¿qué tal el viaje? - nos recibió el señor Vital.

-emocionante - le respondí sin poder esconder la sonrisa que traía desde que habíamos parado por las flores.

-ya lo creo, que bueno que llegaron con bien - añadió el señor Vital igual de sonriente que yo. - supongo que te veré hasta dentro de unas semanas, ¿verdad?

-así es, dele mis saludos a Niggel - le dije.

-por supuesto y cuidate, pequeño capitán - se despidió el señor.

-¡nos vemos! - me despedí.

Estaba ansioso por llegar a casa, así que no insistí en seguir la charla y el señor Vital lo comprendió a la perfección. Así pues, mi padre y yo salimos de la estación y caminamos hasta la casa. Pará cuando la construcción apareció frente a nosotros, Levi se detuvo y medio las flores.

-entregárselas cuando lleguemos - me dijo con seriedad.

-ni hablar, tu se las compraste a ella - me negué divertido.

-Kai... - me dijo ya como una orden.

Si tono me dio escalofríos, no quería arruinar aquel día así que terminé tomando el ramo de flores.

-tsk, lo que tengo que hacer por un par de adolescentes - me queje chasqueando la lengua, estaba intentando no morir de risa ante las acciones de mi padre.

-se está acabando tu día de rebeldía, ¿eh? - insinuó Levi reanudando la marcha.

-que suerte que suelo serlo siempre - comenté divertido siguiéndolo.

El chasqueo la lengua, pero también sonreía mínimamente. Mi nuevo propósito era verlo sonreír mas a menudo y hasta ahora lo había cumplido muy bien. Poco a poco, poco a poco descubriría a mi padre.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora