Nothing ✧

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No hacer nada junto a JungKook era el pasatiempo favorito de TaeHyung.

El simple hecho de escuchar la respiración de su mejor amigo a su lado era suficiente para hacerlo sentir en casa.

O cuando JungKook reía como un niño pequeño cuando le ganaba a TaeHyung en Mario Kart.

También cuando JungKook le contaba en las noches aquellas anécdotas de su infancia que TaeHyung conocía de memoria —pero aún así le encantaba cada vez que JungKook lo hacía y siempre lo escuchaba con atención.

En pocas palabras, amaba pasar tiempo con su mejor amigo.

Y a decir verdad, el hecho de que se hubiera quedado atrapado en plena cuarentena en la casa de JungKook le hacía creer que no ocurría nada, que el mundo seguía su curso común y corriente, ya que cuando estaba junto a JungKook lograba olvidar todas sus preocupaciones y miedos, JungKook era como un escudo que lo mantenía a salvo y completamente feliz.

A su lado perdía la noción del tiempo. Como en aquel momento. TaeHyung llevaba alrededor de unos 30 minutos observando entretenido a JungKook, el cual se hallaba sentado en el suelo de la sala de estar, tarareando suavemente la letra de alguna canción de TikTok mientras se entretenía jugando con Yeontan.

—¿Tae? — preguntó JungKook, riendo al ver la expresión soñadora que adornaba el rostro de su mejor amigo. Al ver que no reaccionaba, agarró la pelota de tenis con la que estaba jugando con Yeontan, tirándosela encima.

—¡Auch! — se quejó TaeHyung al sentir el dolor provocado por la pequeña pelota, la cual había caído encima de su cabeza y ahora rebotaba por toda la sala.

JungKook sólo reía en el suelo agarrándose el estómago, y TaeHyung no pudo ni siquiera fingir que estaba enojado con él, porque eso nunca había sucedido antes y no cree que pasará tampoco.

Y mientras JungKook seguía riendo con Yeontan dejando pequeños lametones en sus mejillas, TaeHyung agarró su cámara, capturando aquel momento en una bella imagen que le gustaría recordar por siempre.

Y mientras JungKook seguía riendo con Yeontan dejando pequeños lametones en sus mejillas, TaeHyung agarró su cámara, capturando aquel momento en una bella imagen que le gustaría recordar por siempre

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—Ay, no~

JungKook estaba recostado sobre las piernas de TaeHyung, abriendo una segunda caja de paños para poder secar sus lágrimas.

—Es tan hermoso pero tan triste — dijo sorbiéndose la nariz.

Mientras TaeHyung acariciaba lentamente los cabellos de JungKook, consolándolo como todas y cada una de las veces que miraban juntos The Nothebook. Y como todas las veces, JungKook estallaba en llanto al final de la película.

Y no es que TaeHyung amara aquella película, pero JungKook sí, y si JungKook decidía ver aquella película no era TaeHyung el que iba a quejarse de aquello, aunque sabía que su mejor amigo terminaría llorando como cada vez que la veía, también sabía que era su favorita y con tal de ver a JungKook feliz y risueño, TaeHyung también estaría feliz.

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