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Hoseok miró a su prometido con atención. Park Jimin era un omega precioso, su cabello castaño podía confundirse con un tono rubio bajo el sol; su cuerpo revelaba que le gustaba ejercitarse: mantenía una figura delgada y estilizada a pesar de tener las mejillas regordetas, pero los labios de infarto y sonrisa encantadora. Era hermoso.

—Es hermoso —escuchó  mencionar a Jimin—, el paisaje desde aquí arriba es mágico, las lagunas, los árboles, todo. Me gusta mucho, nunca había subido hasta aquí.

—Sí, es realmente bonito, tú también lo eres Jimin —alago en alfa.

—Y tu muy guapo —Hoseok se sintió un poco incómodo por el alagó, lo hizo sentir como si estuviera programado. Era claro que el omega no era del todo feliz por la relación forzada entre ellos.

—Pero no estas interesado en mi —dijo lo que le parecía obvio—, y te entiendo, ni siquiera nos conocemos, pero aun así vamos a casarnos porque nuestras familias lo decidieron. No me molesta casarme contigo Jimin, sé cual es mi deber y si tu intentas amarme yo también lo intentare. No debe ser algo difícil al menos que tu estés enamorado de alguien más, ¿Lo estas Jimin?, ¿Estás enamorado de alguien más? —preguntó, no es que fuera a cambiar algo si Jimin estuviera enamorado de alguien, aun así se casarían sin importar nada; sin embargo, al menos estaría preparado para un rechazo absoluto.

—En realidad no lo sé.

—¿Qué clase de respuesta es esa?  —dijo Hoseok bastante confundido.

—Bueno yo, es que toda mi vida creía que me casaría con Taehyung, supongo que lo quiero.

—Oh —El alfa pareció sorprendido—, con razón el chico me mira como si quisiera matarme, está enamorado de ti. Debe estar muy molesto conmigo tanto que cuando me mira me causa escalofríos —dijo el pelirrojo abrazándose así mismo.

—Taehyung es un buen chico, él no te hará nada —le aseguro el omega con una sonrisa amable.

—No lo sabes, un hombre enamorado es capaz de cualquier cosa —aseguró, no es que le temiera a Kim, pero no tenia tiempo para lidiar con problemas de enamorados. Sus madres confiaban en él para lograr una unión de manadas bendecida por la Diosa.

—No hay nada que pueda hacer de todas formas. Taehyung no es un problema —el omega se acostó en el techo, con sus brazos debajo de la cabeza y admiro el cielo que empezaba a tomar un color naranja.

—Podría matarme cuando este durmiendo —opino Hoseok, más como una broma.

Jimin sonrío negando con su cabeza: —Taehyung no hará eso, es algo impulsivo, pero no idiota.

—Eso espero —Hoseok bostezo y se acostó a lado del omega, recargando su cabeza sobre sus brazos también—, estoy muy cansado por el viaje Jimin, me daré una ducha y me acostare, ¿quieres que te ayude a bajar de aquí?

—Por favor —pidió el omega tímidamente.

—Pero en un rato más, me gusta este cielo.

—De hecho, se parece a ti —le dijo Jimin—, tu cabello es como el cielo del atardecer. Hoseok atinó a sonreír cálidamente.

Hoseok no era fan del clima frío. Podía enumerar fácilmente lo que no le gustaba del clima con el que vivía la manada del norte: no le gustaba la lluvia, ni la sensación de lodo en los pies, o tener los pies y manos helados; odiaba que su pelaje no le ayudara a mantener su cuerpo caliente y en su forma humana, todo lo anterior se multiplicaba.

Jung salió de la ducha temblando de frío y corrió hasta donde se encontraba su maleta buscando sus prendas dormir más abrigadoras. Estaba seriamente pensando en tomar su forma animal y acostarse en la cama, pero no quería llenar las sábanas de pelo, así que esa idea quedó descartada rápidamente.

Otra cosa que Hoseok odiaba, era cualquier tipo de cosa tenebrosa. Sí, él era un alfa algo cobarde: la oscuridad, los espíritus o fantasmas eran cosas que le causaban dolor de estómago y le ponían los vellos de punta. Así que cuando en el espejo, miró a una persona no invitada, mirándolo con los ojos rojos como la sangre, gritó.

Santa... Santa... Santa mierda.

Hoseok pego un respingo, Kim Taehyung estaba detrás de él, recargado en la pared, mirándolo con sus intensos ojos rojos, y cruzado de manos con postura de autosuficiencia.

Al alfa invitado, le estaba cabreando la actitud arrogante de Taehyung, paso su mano por su cabello aún húmedo y reto con la mirada al otro alfa.

—Se te ofrece algo —ni siquiera intento ocultar el tono molesto con el que salieron sus palabras—. Estaba a punto de acostarme y realmente no tengo ganas de lidiar con lobos celosos.

—Jimin es mío —gruñó el alfa y Hoseok quiso reír.

—Jimin no es de nadie aún, pero será mío. Te guste o no, así que puedes ir a llorarle a tu papí: no cambiará nada, voy a hacerlo mi omega, me uniré a él, su cuerpo será mío, morderé su cuello, le haré el amor tan fuerte que...

Taehyung de manera precipitada empujo a Hoseok contra un mueble, el alfa pelirrojo dió un pequeño quejido por el dolor en su espalda, intento empujar al otro alfa de su cuerpo, pero el castaño resultó que era más fuerte que él y eso molesto a Hoseok más que cualquier cosa. También estaba su olor, el olor de Taehyung lo mareaba, era embriagante y algo más que no podía descifrar.

Sin quererlo restregó su nariz contra el cuello del menor y respiro con fuerza, inhalando su olor, parecido al café amargo; realmente le gustaba el aroma que desprendía. Nunca en su vida se había sentido atraído por el olor de otro alfa, ¿Acaso había algo malo en él?, y Taehyung no sería la excepción, cuando recapacitó empujó más fuerte y logró apartarlo.

—No sé qué es lo que pretendes, pero esto —dijo refiriéndose al matrimonio—, no es algo que yo desee o algo que pidiera, no puedo hacer nada para cambiarlo, es mi deber de alfa.

"Deber"... ¿cuántas veces Taehyung había escuchado salir esa palabra de los labios de Jimin?, y ahora también lo escuchaba de los labios de ese alfa que tenía un extraño olor a bosque.

—No te voy a dejar a Jimin —sentenció el castaño antes de salir de la habitación dando un azoté a la puerta.

Hoseok suspiro profundamente y se tiró en la cama cuando el otro alfa se había retirado. Mañana será un nuevo día.

Al día siguiente el clima fue mucho mejor. Estaba fresco; no hacía mucho calor, ni mucho frío. Hoseok bajó a desayunar a pedido de su anfitrión y después le pidió a Jimin que le acompañara a hacer un recorrido por el lugar, para así poder dar inicio al cortejo.

AmbivalenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora