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Isabella

Solo me quedan 10 minutos y termino mi turno. Estoy exhausta. Estaba dejando químicos de limpieza en el armario, de mi "oficina"- es un armario bajo las escaleras- para dirigirme a tirar la basura.

- Bella- me dijo Tañia en modo de saludo. Le correspondí con una sonrisa y fui directo a la cocina.

Ahí estaban todos los cocineros a mil. De aquí para allá, de allá para acá. Hacía mucho calor.

- Bella- me saludan algunos cocineros mientras voy pasando hacia la puerta trasera del hotel.

Cuando abro la puerta, el aire fresco me golpea. Salgo hacia el callejón, al que da la parte trasera del hotel y me dirijo a los contenedores de basura.

Salté cuando desde una punta del callejón se ve pasar un auto a toda velocidad. Dejo mi susto de un lado y me dirijo a tirar la basura. Cuando estaba volviendo a la puerta vi algo extraño. Una cuerda. Parece que alguien la tiró de arriba. Instintivamente miré hacia arriba y vi a alguien bajando de ella.

Mi corazón empezó a latir a toda velocidad. Iba a moverme cuando la persona saltó de ella. Me asuste tanto que solté un grito.

Genial, ahora sabe que estás aquí.

No tuve tiempo de escuchar a mi conciencia, porque él se giró y me vio. Intenté correr, pero enseguida me estampo contra la pared.

Aidan

Saltar no es mi fuerte. Estaba empezando a sudar, mientras seguía a Marco. Ese inútil nos metió en esto.

- ¿Se dan cuenta que nos van a matar?- grita, Ivan atrás mío.

Lo ignoro categóricamente, porque sabía que si le hablaba lo golpearía. Hablando de "mis fuertes", la paciencia tampoco es una de ellas. Desde que soy un niño golpeaba a todos los que estuvieran delante mío cuando me enfadaba, claro que ahora lo controlo más.

- Deja de gritar, maricon- habla Marco delante mio.

- Todo esto es por tu culpa- susurró Ivan.

- Si te digo que no, te miento- dice sin darle una pizca de importancia- No te voy a mentir.

No soporto a ninguno de los dos. En especial a Marco. Es una mierda. No entiendo porque me toca hacer trabajos con él. Pero mi jefe dice que somos un buen equipo. Y aquí estoy, tratando que no me maten por su culpa.

Cuando llegamos a la punta de un edificio, Marco saca algo de su mochila.

- Debajo hay un callejón, nos esconderemos ahí hasta que se calmen las aguas- dice Marco sacando una cuerda y tirandola para abajo del edificio - Voy primero.

Estábamos en el techo de un edificio.

- ¿Bajas tú o yo?- me pregunta Ivan con algo de miedo en su voz. Es algo normal que la gente me tenga miedo.

Ni siquiera le contesto, y me tire yo.

Isabella

Cierro los ojos por el dolor en mi cabeza. Cuando los abro de nuevo veo a otra persona bajando. En seguida mi corazón se empieza a acelerar.

Había un tipo alto con tatuajes en los brazos, los cuales me sujetaban. Tenía el pelo rubio, y estaba vestido todo de negro.

- Pero que tenemos por aquí- dice apretandome más contra la pared.

Mi respiración se estaba volviendo un desastre. Sudor caliente recorría mi cuello. Estaba muerta de miedo.

- Aidan, mira- agrega con una sonrisa malévola mirando al tipo detrás de él- Eres muy hermosa para morir.

Comienzo a llorar. Lágrimas calientes caen de mis ojos. Intento gritar por ayuda pero no me sale la voz.

- O no, trata de no hacer ruido dulzura- agrega poniendo su mano en mi cuello, como si fuera una caricia- Quédate calladita, si no quieres que te hagamos nada.

Escucho un ruido que hace girar al tipo que me está agarrando.

- Mierda- dijo una tercera persona, apareciendo de la oscuridad- ¿Qué hacen?- pregunta al ver la situación.

Ya que esta distraído intentó escapar, pero el es mas rápido que yo y me vuelve a agarrar.

- ¿Quieres ver lo que pasa por hacer estas cosas?- pregunta muy enojado.

Yo sólo niego con la cabeza llorando. Estira una mano para taparme la boca, intenté zafarme pero no puedo.

Veo a los otros dos tipos ahí parados mirándome, por favor ayuda.

El tercero habla- No tenemos que hacer esto, suéltala- agrega un poco cansado.

- Le voy a dar una lección- dice callando al último que bajó de la cuerda.

"No", es lo único que puedo decir. Pero no se entiende por la mano en mi boca.

- Vamos, no va a decir nada- sigue insistiendo.

- Eso no lo sabemos- agrega con una sonrisa fría.

Siento su mano, rozar mi seno. Empieza a masajear y apretar uno de ellos. Yo intenté safarme pero no pude. Estoy muy débil.

El chico que no había dicho nada, tiró del chico que me tocaba y lo dejó en el suelo de un empujón. Grite por la acción tan repentina.

Nunca en mi vida había visto a una persona tan grande. Era mas alto que el otro tipo, y su pelo era de un negro azabache. Tatuajes en los brazos, y una cicatriz en el cuello.

- Se puede saber qué haces- pregunta el otro levantándose del piso.

Yo seguía llorando en mi lugar. Estaba paralizada y asqueada.

El segundo chico se puso delante de mí, interfiriendo entre el otro tipo y yo.

El no le contesta y se da vuelta hacia mí. Me hago chiquita en mi lugar, por el miedo que él irradia. Se acerca a mí mirándome fríamente.

- No le vas a decir a nadie verdad- dice con su voz ronca y fría. Tiemblo por su voz, era muy escalofriante.

No puedo ni contestar, así que él vuelve a preguntar- Verdad- grita aún más.

Yo me limito a asentir sin dejar de mirar sus ojos que parecían negros.

- Ahora vete- agrega en un tono de voz más bajo.

Como puedo entro al hotel y voy corriendo a buscar mis cosas. Me encierro en el baño todavía temblando por lo que pasó. Me empiezo a tirar al agua para calmarme un poco. Luego de media hora salgo del hotel, y me dirijo rápido al metro.

Cuando llego a mi pequeño apartamento voy directo a mi medicación, no puedo respirar.

Aidan

- Se puede saber que mierda te pasa - Me grita Marco- Dejaste escapar a la chica que nos vio.

- Esa pregunta va para vos- interrumpe Ivan- ibas a abusar de esa chica. Nuestro trabajo es matar a personas que le hacen las cosas difíciles a nuestro jefe, no abusar de chicas inocentes- grita Ivan cada vez más a medida que avanza al hablar.

- Yo hago lo que yo quiero- le dice gritándole.

Yo los ignoro, no puedo ponerme a pegarles ahora, por mucho que quiera. Apretó los puños y tenso la mandíbula para no hacerlo. Tengo que llegar rápido a casa.

Cuando llego a ella voy desesperado a buscar mi medicación. Al tomarme la pastilla me ducho y me tiro en mi cama. Ya son las 2 am.

Mi mente empieza a pensar en esa chica. Estaba tan asustada. Me muevo en la cama incomodo, no puedo creer lo que iba a hacerle Marco.

Eso me llena de rabia, me levanto y me dirijo a mi sala de entrenamiento. Y empiezo a golpearle sin piedad al saco de boxeo.

MiradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora