-Ah, ¿Yoshimura te gustaría escucharla?-
-¿A ella?-
-Sip, supongo que Eto no querrá hablar contigo pero ta...-
-Por favor-Pidió alegre.
-Bien, espero que no se moleste conmigo-Tras unos segundos marco el numero colocándolo en altavoz.
-¿Ya terminaste?-La piel de Kuzen se erizo de solo escucharla.
-Si-
-¿Por qué mientes?-
-Vale, perdona sigo aqui solo... Extrañaba tu voz-
-¿Mi voz? O ¿Mi cuerpo?-Boris pillo un sonrojo a sabiendas por el lugar que iría esa conversación.
-T-tu voz... No digas tonterías-
-Cuando me la metías y gemías mi nombre no parecía una tontería-Cubrió su cara sin saber que decir [De todos los días ¿Ahora?]
-E-eto-
-¿Te avergüenzas ahora? Cuando te la chupaba no parecías tan avergonzado-
-¡Oye! ¡Ya!-
-¿Porque tan molesto? ¿Sera que alguien más me escucha...? ¿Quizás un cobarde asqueroso que no merece vivir?-
-...-Callo a sabiendas de lo que vendría.
-Boris, esta será la última vez que te metes en mi vida, y créeme que lo lamentaras-Colgó.
-L-lo siento-Musito avergonzado y asustado pues no quería ni imaginar que le deparaba con el infierno personificado.
-No te preocupes-Dijo levantándose.
-¿N-no vas pegarme?-
-¿Porque lo haría?-
-E-ella dijo que...-Su sonrojo era abismal.
-No tengo ningún problema con vuestra relación, si es que la hay, ella te eligió y yo soy el menos indicado para juzgarla, además como ya dije me pareces un chico increíble-Vio a su empleada sonriéndole.
-Cierto, tengo que volver a trabajar-
-No, tomate este día libre-
-Pero acabas de abrir y estoy castigada-
-Lo sé, pero Boris es muy importante para ti, disfrútalo junto a el-Una reluciente sonrisa emergió.
-¡Gracias!-
-No es nada, nos vemos Boris-
-¡Adiós!-Ambos salieron
-Yomo, no sé si lo recuerdas, pero Louis era tu primo, no seas tan duro con él-
-...--Así que...-
-¿Quieres dar una vuelta? Creo que estaremos más tranquilos-
-Tienes razon...-Mientras bajaban lo observo con una traviesa sonrisa.
-"Cuando me la metías y gemías mi nombre no parecía una tontería" ¿Hay algo que quieras decirme? Jovencito-
-N-no-
-¿Seguro?-Asintió avergonzado-Había olvidado lo tierno que te ves ruborizado-
-C-cállate-
-Ghoul SS~ y sigues siendo tan tímido-
-Irimi...-Detestaba que resultarán su defecto.-Boris...-Observo fijamente su cuello.
-Dime-
-Tu cuello ¿Qué te paso?-Como antes un rubor abismal quemo su cuerpo.
-¡N-NADA!-
-Aja-Ambos llegaron a la primera planta observando la aun vacía cafetería a excepción de dos persona muy conocidas.
-Señorita Ryouko ¿Cómo esta?-Kaya la saludo, el chico hizo oídos sordos a su alrededor, pues una parte de él no para de arrepentirse por decepcionar a Eto, también había un persistente temor pues podría asegurar que sea lo que sea que le haga no lo disfrutara.
-¿Boris no saludaras tu amiga?-
-¿Ah...?-
-¡BORIS!-Eufórica la joven de su misma edad se abalanzó sobre él, cayendo a horcajadas creando un contacto entre ambas intimidades más a diferencia de la perversa mente del joven ella ni se percató-¡Te extrañe!-Exclamo abrazándolo del cuello mientras inconscientemente movía su cadera creando fricción.
[¡Mierda! No te levantes]Como siempre no logro controlarse dejando que apréciese un bulto entre sus pantalones.
Irimi lo vio y con una sonrisa afirmó que su chico seguía siendo el mismo.
-H-Hinami-Al escuchar su voz al niña se emocionó, creando mucha más fricción.
[Joder...]Kaya junto a Koma invitaron a Ryouko un café, ignorado la escena de ambos menores pues a ambos de la madre y Enji solo era un "Jugueteo"
-¡Boris!-[Gracias Irimi]
-S-si-Ambos se levantaron y con curiosidad Fueguchi la observó con sus grandes orbes.
-¿Hizo algo malo?
-No, Hinami no hizo nada-Frunció el ceño aun molesta.
-Hinami ¿Quieres un café?-Mama pregunto.
-Sip, pero que lo haga Boris-
-Vale, pídeselo-
-¿Puedo pedirte algo?- [Boris por una vez en tu puta vida ¿Podrías dejar de pensar en sexo? Maldito depravado] Golpeó su cabeza un par de veces tratando de callar.
-Dime Hina-
-¿Puedes prepararme un café?-
-Claro, Irimi ¿Puedo?-
-Si, hazlo-
-Ven-La tomo del dorso dirigiéndola tras la barra.
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Mi Querido Perdido (Una historia de Takatsuki Sen)
Fiksi PenggemarEsa vez, mientras me aseguraba que nadie me notara (ni siquiera el padre) en secreto y en silencio escribí el resumen. Uno solo puede destruir cosa que no puede cambiar. Esto es así para mi, una persona que dejó en el útero todo lo que necesitaba. ...