77. ᴘᴇsᴀᴅιʟʟᴀ

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๛Jungkook de movió incómodo en la cama cubriéndose hasta el cuello con las cobijas, sabía que sería demasiado aburrido estar solo en casa pero jamás pensó que llegaría al extremo de pasar días enteros viendo películas desde su cama.

Los primeros días a solas no habían estado tan mal.

Yeonjun había clausurado el baño de su habitación para adaptarlo para Hannie, por lo que en ausencia de todos Jungkook había intentado sin éxito abrir la puerta picando la cerradura con un cuchillo, también había buscado la llave en la habitación de sus hijos pero no estaba allí por lo que se dió por vencido rápidamente asumiendo que Yeonjun se había llevado la llave consigo.

Se había paseado desnudo por la casa haciendo su vida normalmente mientras disfrutaba de su soledad.

Había comido hasta casi reventar.

Había visto también películas para adultos en la TV principal y sin quitar el audio de las mismas, ya que no había nadie que pudiese atraparlo.

Había registrado cada rincón de la casa buscando secretos de los demás.

Los primeros días habían sido maravillosos.

Pero luego comenzó a jugar partidas de ajedrez siendo su propio rival.

Comenzó a pedir comida rápida por montones, sintiéndose miserable por extrañar la comida de su esposo quien estaba cubriendo turnos dobles en su empleo para ayudar a costear los gastos.

Se sintió tocar fondo al verse hablando con personajes de películas o series al azar en su desesperación por conversar con alguien.

Prácticamente no veía a sus hijos porque Taehyung los llevaba al colegio y a la guardería respectivamente, dejándolos luego de su horario escolar con Jisoo o Jennie para que no le dieran problemas en casa o lo hicieran pasar rabias, yendo a buscarlos para cuando terminaba su turno y regresaba a casa bastante tarde.

Yeonjun solía llamarlo por videollamadas pero por lo general se excusaba de estar ocupado cuando Jungkook le preguntaba como iba el asunto de las compras para la remodelación.

Como si Jungkook no supiera que lo dejaba sólo para ir a revolcarse con el pobre diablo que tenía por novio.

Volteó en dirección opuesta en su cama buscando mayor comodidad, deteniéndose abruptamente al sentir un exquisito aroma llenar la habitación.

Su ceño se frunció levantándose de la cama rápidamente antes de caminar en dirección al primer piso, sintiendo el aroma tornarse más intenso y apetecible.

Escuchó un ruido en la cocina al haber llegado al primer piso, haciéndole detenerse y pegar su espalda a la pared sintiéndose asustado.

¿Podría ser un ladrón?

Esta le pareció una opción real hasta que se detuvo a pensar en porqué un ladrón se pondría a cocinar en su casa en lugar de sólo llevarse todo lo que encontrara.

Se asomó ligeramente viendo la familiar coleta mal atada de su esposo quien no dejaba de moverse por la cocina preparando algún platillo por el cual Jungkook pagaría millones, sólo sabiendo que había sido preparado por esas gloriosas manos.

Re lamió sus labios viendo el torso de su esposo cubierto por su ajustada chaqueta de cocinero del lugar en el que trabajaba, marcando su amplia espalda y aferrándose a todos los lugares correctos, siendo lo suficientemente corta como para alcanzar a cubrir a penas la mitad de sus glúteos, dejándole ver el ajustado pantalón negro que había decidido utilizar ese día.

Peaches and Cream // Libro N#2 KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora