Capitulo 25

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Quiero dedicarle este capitulo a mis chicas; Yuri Naranjo, y a mi Fiore:) Por estar siempre apoyándome desde un principio, las amo.


Narrador omnisciente.

Todo estalló.

No había más nada que le gustara a Verónica que la adrenalina de poder matar a los malos, no era una vengadora mucho menos una heroína, en vez de eso era la mala, la asesina para los ojos de los demás, no usaba capaz, su identificación era un arma, una capucha roja y labios rojos. Muchos la subestimaban por tener cara de angel, que una hermosura de mujer seria incapaz de matar, por eso cuando Diana Wells, se enteró de lo que le había pasado a su hermano que ella era la culpable, le tomó tiempo procesarlo y aunque busco la manera de ignorar lo sucedido no podía. Le dolía amar a alguien que la había engañado.

¡Pero joder! Verónica, le había dejado en claro que no la quería aunque nunca se lo dijo, se lo demostró, las indirectas fueron claras ahora Diana sufre porque se hizo la ciega y paso de largo.

—¿Todo listo?—le preguntó Diana a su hermano Junior.

Estaba molesta por todo lo que estaba pasando a su alrededor porque todo era un caos, porque aunque estuviera segura tenía miedo de que algo fallara de que su corazón se ablandara al momento de confrontar todo lo que se avecinaba.

Junior asienta con la cabeza- Nos veremos en Marruecos, mañana atacaran a Hassan- le entrega el equipaje- No me dejes plantada. Cuando acabe todo esto te daré los papeles.

Junior, por otra parte quería sacar a su padre del poder que tiene, tumbar su imperio por todo lo que ha echo y con solo unos papeles lograría su objetivo y se largaria con su hermana.

O eso era lo que nos quería hacer creer.

El teléfono de Diana, comenzó a sonar. Lo revisa y es Steven, ella contesta.

—Hola.

Reunión de emergencia a casa de Roberto. Todo se fue a la mierda.

Entró en desespero y sus manos empezaron a sudar frio, ¿que ocurría? Aunque quería matar a Verónica, algo por dentro se removió. Ella la quería, pero al mismo tiempo la odiaba.

—¿Confias en ella? —le pregunta Rebecca a Steven mientras esperaban angustiado en la sala de Roberto.

— No confío ni en mi sombra.

Steven, no era estupido y Rebecca por cuidar a Verónica tampoco lo era.

—Si hace una estupidez la mato—dice Rebecca, mientras se truena los dedos de las manos.

— La matamos—añadió Steven.

En aquella sala se sentía la tensión, algo andaba mal para la vista de todos pero el que más mal la estaba pasando era el pobre Esteban, que durante una semana no había podido dormir, el insomnio se hacía presente en cada noche, con una botella de licor se sentaba en frente de la chimenea de su cabaña pensando en los momentos hermosos que vivía con Nicol, y echándose la culpa por no ir a rescatarla.

Diana, ya había llegado y la tención entre todos se hacía más presente solo faltaba Roberto.

Unos minutos después ya estaba la sala llena. Todos miraban a Roberto con suma intriga y la verdad la angustia se hacía más presente al ver el semblante de Roberto, definitivamente había algo grave en todo esto.

Latidos infernales [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora