¿Cuántas veces lloras al día?
Uno. Dos. Respira.
¿Lo haces solo o en público?
Respira. Uno. Dos. Tres.
¿Escuchas música triste mientras lo haces?
Solo Respira.
Muchas veces quise autoconvercerme que, solo para encajar o ser querida, tenía que cambiar cosas de mi.
Cállate un poco.
¿En serio te gusta esa música?
Deberías comer menos.
Me he esforzado tanto tratando de cambiar, ¿y para qué? ¿Solo para que se sigan quejando de mi?
¿En serio te vas a poner eso?
Deberías usar otra cosa.
No hables así.
Ponte recta.
No digas groserías.
Esas palabras rondan en mi cerebro una y otra vez. Pensé que no me afectaba. Quise autoconvencerme de que así era. Me negaba a ello. Pero de a poco, me fui dando cuenta que, quiera o no, las opiniones de los demás siempre me importaron. Con solo ver una sonrisa de satisfacción daba la señal que de alguna manera, había complacido a esa persona. Me sentía bien con ello. Y si la situación era contraria, era capaz de cambiar hasta todo de mi solo para agradarle a esa persona.
¿Es en serio? ¿A tanto puede llegar querer la aprobación de todos? ¿A tanto puede llegar en deseo de complacer?
¿A querer que todo sea perfecto cuando no lo es?
Pero cuando todo se junta en ti, cuando te das cuenta que no puedes más, algo se rompe.
—¡Los latidos están disminuyendo! ¡Traigan refuerzos!
Así que, ¿cuántas veces lloras al día?
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Todo lo que nunca fui
Teen Fiction«La perfección no existe. Solo es una simple etiqueta que usamos para engañarnos a nosotros mismos de algo que no es cierto» • P A U S A D A •