Capítulo 8| Bryce

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En multimedia: Drink me - Michele Morrone Aventura ~

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En multimedia: Drink me - Michele Morrone

Aventura
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Zeke abre la puerta de su apartamento y me invita a pasar, en este momento me doy cuenta del error que he cometido aceptando su invitación, debí convencerlo de ir a cenar a un restaurante y no aceptar que cocinara para mí.

Aunque tiene razón, no podemos ser vistos juntos en una cena, si alguien nos toma una foto será un chisme en las revistas. En realidad, debí rechazar su propuesta desde el primer momento, pero sus besos me nublan el juicio.

—Puedes pasar Bryce, te aseguro que no muerdo —dice sonriendo de lado, me sonrojo al darme cuenta que me he quedado parada como estatua delante de su puerta.

Entro con paso vacilante en la estancia, cuando paso por su lado él se inclina hasta llegar a mi oído —No muerdo —repite —, a menos que me lo pidas —sus ojos azules brillan al decir esas palabras, por un momento la idea cruza mi cabeza y trago grueso al darme cuenta que me gustaría que lo hiciera.

Me alejo apresurando el paso hasta llegar a mitad del pasillo principal, observo el apartamento; es muy luminoso. No es tan grande como el mío, pero tiene mejores vistas ya que su edificio está en una esquina, por lo cual el enorme ventanal muestra dos vistas diferentes de la cuidad; por un lado, puedo ver el central park mientras tanto en el otro veo la torre Rockerfeller, es impresionante el contraste de ambas vistas.

—Tienes unas vistas increíbles —digo mientras camino en dirección a la sala de estar, colocando mi bolso en uno de los muebles de cuero de color beige.

—Por eso lo elegí —comenta Zeke mientras tira la chaqueta en el mueble y se dobla las mangas de la camisa hasta los codos. Luego camina en dirección a la cocina abierta que hay al lado izquierdo del apartamento.

Observo el lugar; las paredes son blancas, las cortinas azules y grises, el comedor es de cristal, las sillas de madera tapizadas de azul y beige, las plantas naturales le dan un toque fresco y los cuadros llamativos le dan mucha vida al lugar.

—¿Una copa de vino?

Zeke coloca la copa en la encimera de la cocina para luego llenarla de vino tinto, camino hasta llegar a ella y me siento en uno de los taburetes —¿Seguro que puedes cocinar? —pregunto con tono burlón, llevándome la copa de vino a los labios.

Arquea una ceja en mi dirección —Te aseguro que tengo más talentos que solo follar bien.

Casi escupo el sorbo de vino al escuchar sus palabras y el muy capullo sonríe antes de guiñarme un ojo.

<<Maldito engreído>>

—Espero te gusten los raviolis de zetas con salsa al pesto —comenta mientras saca los ingredientes de la nevera.

—La verdad no como mucha pasta —admito.

—¿Por qué no? —cuestiona sacando una tabla de madera para picar —Es deliciosa.

Avenida Desastre #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora