6.- Confrontación

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❤️:

Al escuchar el silencio y ver las expresiones de Kimoe, pude deducir que estaba en lo cierto, jamás me imaginé que eso fuera posible, era tan extraño, pero para ese punto ya no me importaba que fuese o no un hombre lobo, él me había tratado bien y nunca había intentado lastimarme, sentía que podía confiar en él.

Fue entonces cuando me dí cuenta de que no sabía en dónde dormiría, ya era algo tarde y no creo que a estas alturas esté bien que vuelva a casa, además había comenzado a llover, pero tampoco estaba bien que me quedara, no quería ser una molestia.

-Kimoe, creo que debería volver a casa, no está bien que abuse de tu amabilidad- Dije apenado, era lo correcto, tenía que irme.

-Azami, está lloviendo a cántaros y ya es muy tarde, ¿Por qué no mejor te quedas a dormir? Yo dormiré en el sofá, tu puedes acostarte en mi cama-

Su voz era suave y encantadora pero eso no haría que me convenciera tan fácilmente.

-¿Y si yo duermo mejor en el sofá? Es tu casa, no debería causarte tantos problemas-

-No-

Dijo secamente para después cargarme de costalito como anteriormente había hecho y dejarme nuevamente en su cama.

-Te daré un cambio de ropa para que estés más cómodo, descansa, mañana ya veré cómo llevarte a la escuela-

-P-per-

No alcancé a finalizar la palabra, pues Kimoe había cerrado la puerta.

Estaba tan avergonzado, que un pequeño y ligero sonrojo se hizo presente en mi cara, Kimoe era muy considerado, ya veré cómo devolverle el favor después.

Al poco tiempo llegó con una camisa de mangas largas y un pantalón, como había prometido, ambas cosas me quedaban demasiado grandes, así que tuve que remangarme un poco para no tropezarme, estaba muy incómodo al principio pero después de un rato ya ni lo notaba.

Me acurruqué en su cama y noté lo grande que era, a pesar del dolor que aún me daban mis heridas, me sentía un poco mejor, los cuidados de Kimoe eran muy efectivos...

Me perdí por unos momentos mirando el techo de la habitación, el sonido de la lluvia chocando con todo a su paso, era tranquilizante, casi como una linda canción de cuna, estaba comenzando a dormitar, me encontraba realmente cómodo, ya no me importaba si quiera como me las arreglaría para el día de mañana, solo me desplomé y quedé fuera.

♠️:

Aún no podía creer que Azami estuviese durmiendo en mi casa, no, espera, está en mí cuarto y peor aún usando mi ropa, tenía curiosidad por saber cómo se vería, pero decidí ignorarlo, todo ésto era como un sueño, quería verle dormir y velar por su seguridad, quería despejarle los cabellos que le estorbaran a su bella cara... Quería abrazarlo mientras dormía.

Al pensar en ello rápidamente sacudí mi cabeza de lado a lado.

¿P-pero en qué estoy pensando? Claramente eso no va a ser posible, no debería, sería muy extraño si lo hiciera.

Es solo mi invitado, contrólate, además podría lastimarlo si lo aprieto demasiado fuerte, o podría aplastarlo sin querer.

No quiero hacerle daño... Solo quiero poder atesorar a la persona que me salvó la vida... ¿Acaso eso está mal?

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❤️:

Llegó la mañana y la luz del sol no tardó en despertarme, miré el reloj cercano a la cama y noté que aún era algo temprano.

Al pensar en que estaba en casa ajena, decidí ayudar un poco con cualquier tarea fácil del hogar, me levanté de la cama y salí de la habitación, al llegar a la sala noté como Kimoe yacía sobre el sofá descobijado y con unas ojeras marcadas.

Al final el sacrificó su comodidad por mí, no tengo vergüenza.

Lo cobijé apropiadamente y me dispuse a hacer un desayuno ligero, además de lavar los pocos trastos que había en el fregadero.

Kimoe no era muy desordenado, solo parecía ser algo despistado, tendí mi cama y acabé por servir los platos en la mesa,hasta que me dí cuenta de que Kimoe se había despertado, quizás fuí muy rudoso...

-Azami... ¿Por qué estás despierto? Deberías descansar, un momento, ¿Es eso comida?... Huele delicioso... - las expresiones de Kimoe eran confusas se veía feliz y enojado al mismo tiempo.

-L-lo hice para agradecerte... Sé que te dí muchos problemas, así que quice acerte algo especial, espero que te guste...- dije algo apenado.

Al final Kimoe devoró todo el plato de comida, sin dejar una sola migaja, supongo que al final no soy tan malo cocinando después de todo.

Al acabar nos preparamos para ir a la escuela y salimos juntos, más que nada por que no sabía cómo volver por mi cuenta, no conocía ésta parte de la ciudad, cosa que me pareció extraña, pero no le dí más importancia de la que debía.

Llegamos a la entrada de la escuela y recordé lo que pasó ayer.

Paré en seco y me quedé estático, tenía miedo, no traía lo que había prometido, no quería ser golpeado, no otra vez, aún me dolían los golpes, comencé a temblar y de repente Kimoe tomó mi mano con suavidad, al inicio eso me sorprendió un poco, pero después de ello me sentí seguro.

Caminamos un poco y pude ver al chico de la otra vez, esperándome cerca de la puerta, solo.

Me miraba con cara de pocos amigos, sabía que si me hacercaba a él sin el dinero... Me daba miedo solo pensar en ello.

Kimoe se adelantó un poco y quedó a la par del chico, mirándolo fijamente a los ojos, un aura de hostilidad e ira invadía su ser.

-Hey ¿No eres el chico al que molestamos la otra vez? ¿Qué? ¿Vienes a defender a tu noviesito o qué? Jajajajajajaj-

En un instante Kimoe lo tomó del cuello azotándolo contra la pared, se notaba que estaba ejerciendo mucha presión en su cuello pues no tardó mucho en que su cara se volviese morada.

♠️:

Éste era el idiota que había osado tocar a mi ángel, era el que le había hecho sangrar, era el que había hecho que se desmayara por lo herido que lo había dejado... No lo permitiré, no dejaré que lo vuelva a tocar, no de nuevo.

Mi mano se movía por sí sola, ya no me podía controlar, aunque forsejeara no lo soltaría, no me importaba si moría en mis manos, TODO AQUEL QUE TOCARA A AZAMI MERECÍA MORIR.

Podía sentir cómo éste perdía fuerzas y comenzaba a marchitarse en mis manos, estaba ansioso de verle dar su último aliento hasta que de repente pude ver cómo Azami trataba de liverarlo, éste lloraba y gritaba mi nombre con temor... ¿Por qué? ¿Por qué lo defendía? Solo quería darle su merecido.

Me quedé estático contemplando esa mirada de horror, decidí ceder antes de que fuese demasiado tarde y pude ver cómo ese parásito comenzaba a toser.

Terminó por huir, espero que al menos haya captado la advertencia, a la próxima no sería tan amable, pensé.

Miré nuevamente a Azami, su bella cara estaba roja y sus lagrimas hacían que sus ojos azulados parecieran bellas lagunas cristalinas.

Me acerqué un poco a él e intenté consolarlo, rápidamente me apartó, quizás si me había pasado un poco .

Sonó la campana y se apresuró a entrar a clases, sin mirarme de vuelta.

Ahora me siento fatal.

Moon loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora