Al día siguiente, por la tarde aún no se habían separado. Carla llamó a Adriana para preguntarle cómo había ido la noche y Adriana la invitó a casa para presentarle a Gabriela. Carla le dijo que no le extrañaba que se hubiera enamorado de tal monumento y Adriana sólo pudo sonreír y darle la razón.
Adriana le presentó a Carla a Gabriela, y cuando Gabriela vio quién era Carla, sólo quería que la tierra la tragara de la vergüenza que pasó. Las hermanas se disculparon con ella, sobre todo Carla. Pero Carla le recalcó que lo que hizo en el Luxury, fue por una buena causa.
Por fin parecía que Adriana no se avergonzaba de ella. Por fin le demostraba que la quería de verdad. Ahora no tenía ninguna duda de lo que Adriana sentía por ella. Sentía la felicidad por todos los poros de su piel.
Y aún quedaba explicarles a sus padres que se había enamorado perdidamente de una mujer excepcional. Le daba exactamente igual si sus padres la rechazaban. Era su vida y la iba a vivir como ella quisiera. Había llegado el momento de ser la dueña de su propia vida. Y en esa vida iba a participar la mujer de su vida y de sus sueños. Además tenía el apoyo de su hermana y de sus amigas. Y con eso le bastaba.
Adriana quería hacer una cena con Gabriela, sus amigas y Carla en su ático. Antes se lo comentó a Gabriela y le pareció muy buena idea, ya que la auxiliar pasaba muchas noches en la casa de la cirujana y ésta quería contar con su opinión. Prácticamente vivían juntas. No querían dormir separadas y si lo hacían, era porque Adriana tenía alguna guardia. Quedaron en hacer la cena la noche del viernes ya que no trabajaba ninguna de ellas.
Justo el jueves le preguntó Carla a Adriana si podía llevar a una compañera a la cena, ya que se olvidó de que había quedado previamente con su amiga cuando le dijo a Adriana que no tenía planes para el viernes,y no la quería dejar tirada. Adriana no tuvo inconveniente en que su hermana llevara a una amiga. Lo que Adriana no sabía es que la llegada de esa abogada le iba a traer problemas con Gabriela.
Llegó la noche del viernes y Adriana y Gabriela ya tenían todo preparado para cuando llegaran sus amigas. Estaban las dos guapísimas con sus respectivos vestidos. Mientras Adriana estaba en el baño arreglándose el cabello, sintió unos suaves brazos abrazándola por la cintura. Gabriela se pegó a la cirujana, mientras pasaba su nariz por todo el cabello de Adriana. Quería absorber todo el aroma que desprendía. La volvía loca. Pegó su cuerpo al de la cirujana y enseguida las dos se pusieron cachondas.
-Adriana... Quiero hacerte el amor aquí mismo, en el baño.- Le dijo Gabriela mientras le levantaba el vestido hasta la cintura. Bajó su mirada al trasero de ella y se excitó tanto que mordió su labio inferior con fuerza. Casi se sacó sangre. Mientras pegaba sus partes íntimas al trasero de Adriana, pasó sus manos por los muslos de la cirujana y ésta se tensó al instante. Recorrió todo lo que pudo y más. Parecía un pulpo en el cuerpo de Adriana. Hasta que se acercó a la entrepierna de ésta. Como siempre, ya se encontraba humedísima. Gabriela le bajó las bragas hasta las rodillas, y comenzó a acariciarle el clítoris con unas ganas que la estaban extasiando y volviendo loca. Comenzaron a gemir las dos, como si se fuera a acabar el mundo.
-Pues házmelo...Gabi. Aún tenemos tiempo hasta que vengan- le dijo excitadísima Adriana.
Gabriela le tocó los labios vaginales mientras Adriana gemía y gemía sin parar. Le hizo círculos con tres de sus dedos y luego decidió introducir dos dedos. Al principio los metió con delicadeza, abriéndose paso en las paredes vaginales de la cirujana y luego como vio que Adriana le pedía más y más, los metió y sacó con ganas. Adriana no podía más. Con la otra mano Gabriela se dispuso a tocarle los pechos. Y ya la cirujana no pudo aguantar más y se corrió, dejando los dedos de Gabriela empapadísimos. Gabriela los sacó del interior de la cirujana y directamente llevó los dedos a su boca. Lamió todos los flujos presentes en éstos. A Gabriela le volvía loca lamerlos, como también meter su lengua en el interior de Adriana. Y a ésta la dejaba drogada cuando hacía eso.
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Descargas eléctricas. (1°Historia)
Romance¿Puede una bella,madura y heterosexual cirujana enamorarse de una preciosa auxiliar de enfermería-psicóloga, mucho más joven que ella, nada más verla? ¿Puede surgir algo entre ellas siendo de diferentes clases sociales? Puede, pero tendrán que derri...