35 - 12 semanas

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Crece la panza, crecen los problemas. 

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En la cita de las doce semanas Amelia estaba tranquila, había ido sola y aguardaba Luisita en la entrada, cuando la vio aparcar el coche recién salido del taller su sonrisa se agrandó.

-Buen día mi amor. – La rubia saludó sacando las gafas de sol.

Amelia profundizo el beso. – Hola mi amor. – Susurro cerca de los labios rosados de la rubia.

-Estas con buen humor hoy...

-Sí. – Dijo con una sonrisa. – Entramos?

.

-Buenos días Amelia, Luisa. – El doctor Gabriel las saludó y luego ocuparon sus debidos asientos. – ¿Cómo has pasado estas semanas Amelia?

-Bien.

-¿Las sesiones de transfusión, fueron bien?

-Sí. Muy tranquilas.

-Vamos a ver tu análisis... – Abrió la aplicación en la computadora y después de algunos segundos de suspense. – Muy bien. Ya están estabilizados tus niveles de hemoglobina y de hierro. Por ello ahora solo vas a tomar las pastillas multivitaminas y el hierro común de todas las embarazas. Porque como te lo he dicho antes, el bebé pide muchísimo eso.

-Vale. – Respiraron aliviadas.

-¿Y lo demás, todo bien?

-Sí, hemos hecho el examen ese del sexo del bebé.

-Ah, que bien. ¿Y entonces?

-Es un niño. – Respondió sonriente.

-Que bien. Felicidades chicas.

-Gracias. – Luisita estaba quieta se limitó a responder un gracias y luego el medico volvió a hacer preguntas a Amelia.

-Doctor es posible que, por ser niño, sea como yo? – Luisita rompió su silencio y Amelia se quedó pensando que nunca le paso por la cabeza que Luisita pudiera pensar en eso. Se reprochó por ello.

-Luisa, hoy las tecnologías de diagnóstico por imagen son mucho mejores que a 20 años atrás, por ello, podremos ver perfectamente los órganos de tu bebé a medida que vayan desarrollando. También te digo que tu caso no es hereditario, o sea, es muy poco probable que pase de generación a generación. Claro que vamos acompañar más de cerca el embarazo de Amelia, haremos ultrasonidos todos los meses para que veamos los órganos, pero quédense tranquilas.

-Vale. Gracias. – Respondió la rubia aliviada mientras Amelia buscaba su mano para un apretón suave seguido de una sonrisa.

Siguieron con la consulta, el médico hizo miles de preguntas a Amelia, apuntó sus nuevos datos en la libreta, su nuevo peso, la nueva pastilla de reposición de hierro para tomar todo el embarazo. Y se fueron al ultrasonido. La imagen gris empezaba a tomar forma, la cabecita más evidente, los bracitos y piernitas. Amelia se reía y lloraba a cada movimiento que veía hacer su pequeño en la pantalla y Luisita a su lado, sin soltar su mano sonreía como una idiota, imaginando y soñando como sería su carita, si tendría rizos como Amelia, como serían sus ojitos o su voz.

-Siento como un cosquilleo a veces. Como ahora, cuando pusiste el gel.

El médico sonrió. – Esto son los movimientos del bebé.

-Enserio? – Abrió mucho los ojos y miro a una Luisita embobada.

-Sí. Como es muy pequeño todavía no lo sientes mover como vemos en los videos, pero empieza a moverse más, cuando estas agitada y luego te paras, cuando comes algo que te gusta mucho, cuando está contenta.

Tu y Yo y todo lo que vino después...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora