Capítulo 25

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El tiempo pasa, enfermeras entran y salen preparando todo e higienizando la habitación para cuando Mateo esté de regreso. Estamos en unos sillones enfrente a la habitación esperando a que nos den el permiso de pasar.

Cuando nos dan el permiso de entrar me siento en la camilla y acomodo a Mateo que sigue dormido, entre mis piernas, la puerta de la habitación se vuelve a abrir y Enzo entra por ella, no dice nada. Solo se para en la esquina de la habitación y mira a Mateo fijamente.

- Hola mami, vamos a hacer la transfusión al pequeño. ¿Lo despiertas tú o dejas que siga durmiendo mientras le pongo la vía?

Giro mis ojos e ignoro el hecho de que me llamo mami.

- No, ponle la vía. Sino no se va a dejar.

Han pasado 3 horas y media desde que llegó Enzo y fue directo a la sala para donar la sangre.

Muevo mi rostro hacia un costado cuando pinchan a Mateo con la vía que esta conectada a la bolsa de sangre. La enfermera ajusta la velocidad de la gota y nos dice que si precisamos cualquier cosa que apretemos el botón azul de la pared y ella viene.

Mi bebé esta tan cansado que ni se movió cuando lo pincharon. Sigue blanco como un papel. Solo espero a que el tratamiento funcione para que sea el niño sonriente de siempre.

Gael viene a mi lado y me habla al oído:- Estaré fuera, deben hablar. Cualquier cosa me llamas.

Se va, no sin antes mirar al italiano de forma dura, pero  él no le devuelve la mirada, solo mira a Mateo.

Silencio.

Silencio es lo que hay en la habitación.

La tensión que hay se puede cortar con un cuchillo y creo que Enzo se da cuenta por que abre la boca y suelta la gran pregunta que todos esperamos.

- ¿Por qué?- pregunta sin mirarme.

- ¿Por que, qué?

Enzo fija su vista en mi y frunce su ceño. Eso era lo que quería rubio, que me mires.

- ¿Por que mierda no me dijiste?- Se separa de la pared y camina hasta los pies de la camilla.

Piensa Elena.

Piensa, piensa.

¡Vamos, dile alguna excusa para que no crea que eres una inmadura!

¡Eso estoy intentando pero no puedo! ¡No se me ocurre nada!

- No creí que te importaría.- Solté y al segundo me arrepentí.

¿En serio? ¿No creí que te importaría?

Muy bien Elena, simplemente genial.

- ¿No creíste que me importaría? ¿En serio? Tengo un puto hijo y ¿¡Tu crees que no me iba a importar!? Tienes que estar malditamente jodiéndome Elena.- Grita, no tan alto para no despertar a Matu.

- No somos alguien importante. Quizás no te querías hacer cargo y lo mejor que hice fue irme.

¡Bien! ¡Síguela cagando! ¡Vamos tu puedes, di otra cosa para que se le salga la vena de la frente y explote!

Mierda.

- ¿Qué no son importantes? ¡Eres la madre de MI hijo y es MI hijo a quien te llevaste sin decirme absolutamente nada!- dijo furioso y remarcando el mi.

Bueno.. por lo menos lo acepta como su hijo ¿No?

Si... creo que es bueno...¿Tu que dices?

Yo creo que si.

- No puedes decir que no son importantes, cuando sin saber que estabas embarazada de... él. Yo ya te estaba buscando por todas partes. ¿Qué mierda se te cruzo por la mente al irte sin decir nada?- siguió

¿Que, qué? ¿Él acaba de decir que me buscó?

Oh si, yo lo escuche con mis oiditos.

Mateo se remueve entre mis brazos y balbucea dormido.

- Mami, tita, puta.

Su pequeño pecho sube y baja al compás de su respiración.

Acaricio su cabello y lo retiro de su cara, hace tiempo que no se lo corto y ya le llega a sus ojitos. Sonrío al recordar cada vez que le voy a cortar su cabello, hay que correr por toda la casa para poder meterlo en el baño y cortarlo.

Odia que le quieran cortar el cabello pero cuando ya estar por terminar el quiere quitarte la tijera y cortase a el mismo.

- ¿Cuánto tiene?

La pregunta de Enzo me hace salir de mis recuerdos y me asombro al verlo sentado con su saco desprendido en los pies de la camilla.

- Hace poco cumplió los dos años.

Enzo vuelve a fruncir el ceño y lo vuelve a mirar de pies a cabeza. Se lo que piensa.

- Parece más pequeño.

- Si...- suspiro- tiene deficiencia en la hormona de crecimiento, por eso es más pequeño que los niños de dos años. Por eso volvimos, el doctor con el que lo atiendo vive en Estados Unidos y no sale del país. Es el mejor de aquí.

Asiente y un tiempo después aclara su garganta y se levanta.

- Me tengo que ir. Estaremos en contacto.

Y así se va el padre de mi hijo.

***

Horas después la transfusión termina y Mateo ya tiene su carita con color. Se despertó cuando estaban por sacarle la vía de su bracito y obviamente hizo su mini escandalo pero una tita con crema de maní, se pudo calmar.

Mientras la transfusión seguía en curso, vinieron, mi nana, mamá y papá y Caroline.

Trajeron juguetes, mantas y más ropa para Mateo así que cuando se despertó y vio todos los regalos que tenía, se puso como loco de la emoción.

- ¡MamiLe!  - me doy vuelta y miro a mi hijo cuando escucho su grito.

Lo veo venir corriendo hacia mi con cara de susto, no entiendo el porqué hasta que veo a Caroline venir corriendo atrás de él con los brazos abiertos.

Tomo a Mateo en mis brazos cuando se prende de mi pierna y tira de mi ropa para que lo levante.

- Caroline, ¿Qué te dije de correr?

- Lo siento, solo quería abrazarlo y darle un beso porque ya me voy. - Cruza sus brazos y golpea con su pie el piso.

- Él te tiene miedo porque pones cara de desquiciada, ya te lo dije. Deja de sonreír de esa forma y no correrá de ti. Sabes que te ama.

- Ne amo - Mateo saca la cabeza de mi cuello y estira sus bracitos a su tía, que lo recibe con una sonrisa y muchos besos.

La noche se hizo presente nuevamente. El día parece que pasó rapidísimo, no he dormido casi nada y estoy desgastada tanto emocionalmente como física.

Si, definitivamente esto no es como quedarse despierta dos días seguidos por trabajo, para nada igual. Siento que me pasó un camión por encima.

- Hora de bañarse pequeñín. - tomo a Mateo por debajo de las axilas y no lo acerco a mi cuerpo.- Eres un sucio, un niño muy sucio. No te acerques a mi pequeña sabandija.

La risa de Mateo se escucha por toda la habitación mientras lo acerco a mi y lo huelo para después hacer cara de asco y alejarlo en el aire.

- ¡Mami!

- Al agua pato.

Mis padres se despidieron con un beso al aire y nosotros con la mano desde el baño.

- Te amo cariño.

- Ne amo mamiLe

En las garras de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora